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En medio de la crisis alimentaria y el deterioro social que golpean a Cuba, una comunidad metodista en Santiago de Cuba se ha convertido en refugio y esperanza para cientos de personas que ya no pueden garantizarse una comida diaria.
Cada domingo, en la Iglesia Metodista San Juan, más de 400 personas —ancianos, madres, familias enteras, creyentes y no creyentes— reciben desayuno y almuerzo sin condiciones, un gesto que el activista Yasser Sosa Tamayo describió en Facebook como “una victoria diaria” en una publicación compartida este fin de semana.
“En Cuba hoy, comer no es rutina. Es una victoria diaria”, escribió Sosa. “Aquí no se pide fe a cambio del pan. Aquí el pan es la fe.”
El proyecto solidario, impulsado por el pastor Darlon Bermúdez y sostenido por voluntarios de la congregación, ha logrado mantenerse a pesar de la escasez generalizada.
Los miembros de la iglesia cocinan, organizan y sirven sin aplausos, con lo poco que consiguen, conscientes de que el hambre crece cada semana.
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Las imágenes compartidas muestran las personas beneficiadas por esta iniciativa que representa un suspiro en medio de un contexto asfixiante.
“He visto a un anciano guardar un pedazo para después, a una madre dividir su porción con precisión de amor”, relató el activista. “Aquí el amor al prójimo no es consigna: es rutina, es cansancio, es insistencia.”
En un país donde una comida familiar se ha vuelto un lujo, el gesto de la iglesia metodista es más que asistencia: es una acción de resistencia y dignidad.
En tiempos donde las promesas oficiales no alcanzan los hogares, la fe se traduce en comida, abrigo y acompañamiento.
“Durante estos días queremos acompañar a miles de familias, no para borrar sus carencias, sino para decirles: no están solas”, afirmó Sosa, quien participa como voluntario en el comedor.
El pastor Bermúdez, sin protagonismos ni discursos políticos, lidera una red que no busca reconocimiento, sino sostener lo esencial: la vida.
En su templo, la espiritualidad se mide en platos servidos, no en sermones.
“Cuando una comunidad decide alimentar, vestir y acompañar, no está haciendo caridad”, escribió Sosa.
“Está defendiendo la vida, una cucharada a la vez, mientras aprendemos a no mirar hacia otro lado”, recalcó.
Preguntas frecuentes sobre la acción solidaria de la Iglesia Metodista en Santiago de Cuba
¿Cómo está ayudando la Iglesia Metodista de Santiago de Cuba a la comunidad?
La Iglesia Metodista San Juan en Santiago de Cuba proporciona desayuno y almuerzo a más de 400 personas cada domingo. Esta iniciativa solidaria está dirigida a ancianos, madres y familias enteras, sin importar su fe, como un gesto de resistencia y dignidad en medio de la crisis alimentaria del país. Además, han abierto sus puertas para refugiar a personas vulnerables ante desastres naturales como el huracán Melissa.
¿Quién lidera el proyecto solidario de la Iglesia Metodista en Santiago de Cuba?
El proyecto es liderado por el pastor Darlon Bermúdez, quien junto a voluntarios de la congregación, ha logrado mantener esta iniciativa a pesar de la escasez generalizada en Cuba. Su enfoque está en servir a la comunidad sin buscar reconocimiento, priorizando la vida y la dignidad de las personas.
¿Qué desafíos enfrenta la Iglesia Metodista en su labor humanitaria en Cuba?
La Iglesia Metodista enfrenta desafíos como la escasez de recursos y el contexto de crisis económica en Cuba. A pesar de ello, continúan sus esfuerzos humanitarios, incluyendo la provisión de alimentos y refugio a personas vulnerables, y la distribución de ayuda a los damnificados por el huracán Melissa. Su labor es un símbolo de fe y humanidad, en un entorno donde las promesas oficiales no alcanzan los hogares.
¿Cuál ha sido el impacto del huracán Melissa en Santiago de Cuba y cómo ha respondido la Iglesia Metodista?
El huracán Melissa ha dejado miles de damnificados y graves daños materiales en Santiago de Cuba. La Iglesia Metodista ha respondido entregando ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, agua potable y artículos de primera necesidad, a las comunidades afectadas. Además, han brindado refugio y apoyo espiritual a las personas más vulnerables.
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