Delfín hasta el fin y su aceite Sabroson

Delfin era vendedor de zapatos (algo que nunca debió dejar de ser), y vivía en Ecuador. Su madre lo crió y alimento, ignorante de lo que estaba ocasionando. Al crecer, Delfín se entusiasmó con la música y, pese a la oposición del ministerio de educación ecuatoriano y Greenpeace, logró fundar su propio estudio de grabación, en lo alto del cordón montañoso donde el oxigeno escasea. Meses después sacó a la venta su primer disco "Delfín hasta el fin", que fue ovacionado por toda la población de su pueblo: 30 campesinos, un medico y un profesor de matemática que también cumple la función de gobernador. Así nació el primer artista reconocido de Ecuador. Motivado por este inesperado e ilógico resultado, Delfín saco otros 32 discos más en los siguientes 2 meses, donde puso a prueba la tolerancia auditiva del ser humano con temas como "Diosito mio", "Candombe ecuatoriano" y "Fiebre de salsa".

Esta música llego por error a los oídos de los críticos norteamericanos que, luego de esto, consideraron posibles las predicciones mayas del fin del mundo en el año 2012, provocando suicidios en masa. La canción "Candombe ecuatoriano" fue exhibida por mera morbosidad en el vuelo 11 de American Airlines, en el cual viajaban miembros de Al-Qaeda con la intención de dialogar pacíficamente con el presidente de EEUU. Pese a las múltiples quejas de los pasajeros, la canción no fue detenida, provocando descontrol en el avión, que finalmente tuvo la necesidad de estrellarse contra lo primero que viera. De esta manera, paradojicamente, Delfín fue el responsable no sólo del atentado del 11 de septiembre, sino también de su siguiente canción: "Las torres gemelas". Curiosamente, esta "cosa" tuvo éxito gracias a la internet, que difundió esta serie de notas al azar por todo el mundo, provocando controversia sobre el título de músico que Delfín se daba a si mismo.

Delfín, apenado por estas críticas decidió producir un último disco que le demoro 9 años de arduo trabajo, que consistió solamente en la canción "fiebre de salsa", donde cambiaba la frase "saaaaaalsa diositooo!" por "Saaaalsa para ecuadorrrrr".

Delfín concluyó así su carrera musical, alegrando a miles de personas que fueron infelices durante el desarrollo de su carrera artística, y que sufrieron desgaste tanto físico como mental.