Se embarcaron en un viaje buscando el sueño americano.
Vendieron sus casas, sus electrodomésticos. Quien tuvo un auto lo vendió.
Yaneisy, por ejemplo, vendió hasta su ropa. Se quedó con dos jeans, un par de pullovers, unas zapatillas, y en Panamá se compró unas botas de goma. Yaneisy ya está en EE.UU, pero estos otros cubanos no.
Están en Panamá, país al cual llegaron sabe Dios cómo. Muchos saben que otros ni siquiera pudieron pasar de la Selva de Darién. Otros vieron como los traficantes de personas violaban a una novia. Un par de chicas fueron violadas. Es la triste realidad de un sueño, que ahora mismo es una pesadilla.
La agencia Reuters informa desde Panamá que la situación en los albergues de Caritas, en Panamá, no puede ser más tensa. Dentro de unas horas, cuenta Reuters, serán más, porque por la selva vienen otros en camino. Mujeres, niños, ancianos... un mar de cubanos.
En Peñita una cubana dice que "hasta hoy era fan de Obama". Su nombre es Yanse Ricar Díaz, y cuenta que siempre "lo defendió" y que siempre creyó que "hacía el bien". Hoy no lo tiene claro. Más bien piensa que lo ha traicionado.
Pero Obama ha actuado mirando cifras. 40 mil cubanos llegaron a Estados Unidos en el 2015 y 54 000 lo hicieron en el 2016. Todos llegaron buscando Asilo Político, pero muchos, al año y unos meses, regresaban a la tierra de la cual decían huir. Esa, es la realidad que enfrentó Obama antes de tomar una decisión que ha perjudicado y perjudicará a miles de cubanos.
Tal vez Panamá y Costa Rica quieran , finalmente y de modo excepcional, "quedarse con esos cubanos" que hoy se quedaron atrapados y sin futuro en sus tierras.
Todos querían llegar a Estados Unidos, pero ahora mismo, lo que más importa, es no regresar a Cuba.
Ya allá, no les queda nada.
Lo vendieron todo, menos sus sueños. Esos, que ayer, quedaron tronchados.
inspirado en una nota de Reuters.
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