La Escuela Vocacional Lenin, o como se llamó después, el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin, acaba de cumplir 44 años. Muchos de sus antiguos estudiantes se siguen reuniendo en Miami o en La Habana cada final de enero para celebrar su estancia en aquel centro y recordar épocas ya pasadas, cuando eran muy jóvenes y seguramente felices.
La Lenin fue inaugurada oficialmente el 31 de enero de 1974 por el propio Fidel Castro, en compañía del entonces presidente de la URSS Leonid I. Breznev. En materia de educación, era la niña de los ojos del dictador cubano, el lugar donde se formaban los jóvenes más inteligentes y estudiosos, cuya lógica meta era alcanzar la universidad.
El centro contaba en sus inicios con las mejores condiciones: laboratorios de ciencias y de idiomas, piscinas, áreas deportivas y hasta un pequeño cine. Como el régimen era interno las clases de combinaban con el trabajo, así que no podían faltar un amplio huerto donde los estudiantes cultivaban, así como una industria de implementos deportivos y otra de radio.
La decadencia, como casi todo en la Isla, se fue apoderando poco a poco de sus instalaciones. Hoy aquel gran centro, cuna de primeros amores, de amistades que aún perduran y de auténticas vocaciones, se ha reducido a sólo dos unidades (tenía seis) y el estado de la infrarestructura es lamentable.
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