Desde hace tres meses una fuerte lluvia emperó las condiciones en que viven Jorge Luis Estrada Bueno y Elizabeth Valdés Ruiz en Damas 905, en San Isidro, Habana Vieja. Desde entonces, entran a su casa por la ventana del baño.
“El 20 de mayo, a las 10:30 p.m., bajo una lluvia intensa, se desplomó el techo de la escalera, todos esos escombros partieron los escalones que se fueron abajo y nos quedamos trancados allá arriba, sin acceso a la calle”, dijo Elizabeth a Cubanet.
En ese momento los bomberos habilitaron la ventana del baño para que salieran y luego treparan a la azotea del consultorio colindante. Pero lo peor es que la situación en todo este tiempo no ha cambiado.
“Tenemos que subirnos en un muro de aproximadamente 50 cm para llegar a la ventanita, sentarnos, entrar los dos pies y tirarnos para el murito del baño”, cuenta la mujer.
Ahora la familia se encuentra en un dilema por el que muchos habitantes de Centro Habana o Habana Vieja han tenido que pasar: si se van de la casa a un albergue, pierden la propiedad.
“Dicen que si me dan la orden de albergue pierdo el derecho a la propiedad e inmediatamente me retiran el subsidio de 55.000 pesos”, dijo Jorge Luis.
"Eso significa pasarnos los próximos 20 años de nuestras vidas en albergues”, sostiene Elizabeth.
La pareja ha ido en “reiteradas ocasiones” a vivienda y al Poder Popular, pero “el presidente siempre está reunido”.
“Hemos obtenido tres respuestas y ninguna nos ha dado esperanzas”, dicen.
Según Elizabeth, esta situación ha afectado mucho a su familia: teme por la carrera de su hija de 14 años y los amiguitos de la escuela se burlan de la otra hija de 9 años.
El esposo, por su parte, tiene una gran impotencia por no poder solucionar el problema y asegura que “allí peligramos todos”, pero “la solución que es la orden de albergue tampoco ha llegado”, y parece que están esperando a que ocurra una tragedia mayor.
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