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Memoria del Exilio: Lo que hay que ver

"Volver a dirigir -contra todo pronóstico fatalista que cataloga, sin saber ni un carajo, a Miami, como 'cementerio de artistas' *- me hacen sentir que no todo está perdido..."


Este artículo es de hace 4 años

Semana bien cargada de emociones encontradas.

Volver a la escuela donde trabajé y recibir un cálido recibimiento, fue estimulante.

- Debes saber que esta es tu escuela - me aseguró el secretario docente - Miami Media School no ha dejado de ser tu lugar.

Con los alumnos todo anda chévere, así como con el resto de los maestros, o el personal.

Es lindo sentirse querido, ser útil, ganar experiencias y el buen convivir.

Sin embargo, no todo ha sido lecho de rosas.

La vida quita y da.

OBBA, mi fiel cabalgadura - mi blanca moto de encarnizadas contiendas - parece que, de coger tanta agua, se ahogó.

Hace lo imposible por encender, pero lo que le sale es una tos continua como de viejo fumador.

Y lo peor es que me lo hizo saber, luego de mi última visita al médico para mis chequeos regulares de salud, en la pequeña Habana.

Nada más fue salir feliz de la consulta, con mis resultados benévolos y satisfactorios, la muy cabrona no quiso arrancar.

- La que está enferma soy yo - parece aún todavía hoy decir. Porque ahora descansa tranquila, en una esquina del patio trasero de la casa.

Tuve que regresar a casa en Uber y realizar toda una operación de rescate y salvamento, con la ayuda de mi amigo americano. Quien, además, me tiró el cabo, pues, sin pensarlo, se ofreció a prestarme su camioneta para poder ir a trabajar.

Alivio pasajero, pues, tampoco fue la solución.

Repito: La vida quita y da.

Saliendo de casa - gracias a la providencia, o a quien sea - para hacer una simple gestión, justo en la entrada del garaje - y de repente - una de las ruedas delanteras de la camioneta, brindada amablemente la noche anterior, se desvió hacia el lado contrario y el pobre automóvil quedó como bizco por delante, como una dama renqueante.

Una goma miraba para el Morro y la otra para la Cabaña. Norte, sur, este u oeste, a ambas ruedas, les daba lo mismo.

Un peligro.

Tampoco fue un desastre.

Una vez más: la vida quita y da.

Si hubiese sucedido en medio del expressway, a toda velocidad - o, a cualquiera, eso da igual - no creo que estaría haciendo, en este momento, el cuento. *

* Me susurra mi madre al oído y sobre el hombro derecho, una vez más, como siempre: “Todo lo que sucede conviene y no hay mal que por bien no venga”.

Entonces, una vez más, mi amigo americano*, me brindó otra opción - ante las tormentas de agua desatadas durante esta estival temporada y para no caer, nuevamente, en las garras sedientas de Uber - que alquilar un carro, al menos por un día, hasta tanto apareciera un mecánico en nuestro auxilio.

* No son tan malos los “yumas”, como nos los pintaron desde niños. El socio mío está hasta buenísimo.

Con ese transporte, extremadamente pulcro, moderno y sofisticado, pude llegar, además, a tiempo, para un trabajo de preproducción, como asistente de dirección de un spot publicitario, que me ofreció otro iluminado amigo, en carácter de freelance, para la mega cadena televisiva, UNIVISION.

Al regreso de esa tarde, ya la ayuda técnica había pasado por la casa y nos había dejado “en talla” la averiada camioneta.

No así a la pobre motocicleta. Que, aún llora, con pesar, la pena de no poder andar, medio cubierta, bajo una raída, verde y vieja cobertura.

De nuevo: la vida quita y da.

Al siguiente día - media hora antes de que empezara la filmación y en camino hacia ella - el director me envió un mensaje de texto, haciéndome saber que estaba hospitalizado de urgencia y sin derecho a salir por prescripción facultativa.

Por lo que tendría que asumir, por entero, la dirección del proyecto.

Uf, la actitud cambió por completo.

De dispuesto a servir, pasó - en cuestión de segundos - al poder de decidir y emitir voces de mando.

¡Lo mío!

Como era un comercial interno de la empresa, los planos se filmaron en sus mismas oficinas, ya vacías y fuera de horario

Pero, estuvo presente, durante toda la noche - que fluyó en un ambiente de rapidez, buena vibra, eficiencia y creatividad - una de las directivas de la empresa. Quien se acercó a confesarme:

- ¡Me encanta verte dirigir!

- Y a mí me encanta hacerlo. Así que nuestros placeres son inversamente proporcionales - le respondí - Por lo que, cada vez que me quieran llamar para esto, estaré dispuesto a “sacrificarme”.

Trabajamos hasta tarde en la noche. A la mañana siguiente, fue un poco duro despertarse para entregar lo mejor de la experiencia acumulada, frente a los alumnos.

Y, tarde en la noche, fue el estreno de la colaboración, con un segmento, en EL SHOW DE CARLUCHO*, que quisimos titular LO QUE HAY QUE VER. Donde estaremos recomendando - acorde a nuestro gusto, o criterio - películas recientemente estrenadas, espectáculos teatrales, exposiciones, o todo lo que tenga que ver con el arte y su influencia en nuestras vidas

* Disponible a través tanto de Youtube, como del resto de las redes sociales. Aquí sólo adjuntamos el fragmento, como parte de esta crónica, de un programazo, súper divertido, de casi dos horas.

Una amena conversación que esperamos sostener - con el apoyo de todos los servidores/seguidores - CADA JUEVES después de las siete de la noche. *

* Y como es digital, el que no pueda a esa hora, tiene la comodidad de verlo en cuando tenga tiempo. Esperemos se pueda ver en Cuba a través del paquete semanal. Ojalá.

¡No se lo pierdan!

Ya ahí anunciamos el próximo estreno de la puesta en escena de LAS VIEJAS PUTAS. *

* Que como ya tuvo una segunda temporada en Cuba con el título LAS VIEJAS PUTAS contra el hombre lobo, aquí, se le agregará el subtítulo de LAS VIEJAS PUTAS se desencadenan en Miami. Con dos cuadros nuevos, estrenos mundiales absolutos y la participación regular de artistas y personalidades invitadas. Una oleada de risas para el corazón de Hialeah.

Así que, es un hecho, casi seguro, que volveré a hacer teatro, después de que se me decretara el silencio eterno sobre las tablas en Cuba.

Ya contaremos detalles en otras crónicas más adelante.

Volver a dirigir - contra todo pronóstico fatalista que cataloga, sin saber ni un carajo, a Miami, como “cementerio de artistas” * - me hacen sentir que no todo está perdido, que aún hay tela donde cortar y mucho quehacer por delante.

Porque lo mejor; lo mejor siempre está por venir.

Ya doblamos Amargura.

Sol, también, es paralela a Porvenir.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Juan Carlos Cremata Malberti

Director de cine y guionista cubano. Se graduó en 1986 de Teatrología y Dramaturgia, en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, posteriormente cursó estudios en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños graduándose en 1990.


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