La cubana Geidy Alvelay, quien se encuentra embarazada, tuvo que esperar más de 10 horas para que la ingresaran en un hospital de la provincia de Sancti Spíritus.
Según denunció Alvelay en redes sociales, estuvo esperando horas para ser atendida, ingresar y ponerse la heparina para la circulación y dar a luz con menor riesgo.
"10 horas llevo esperando mi ingreso, es antihumano, una embarazada a término con riesgo de trombosis por las varices, que tenga que ser expuesta a tanto sacrificio", sostuvo.
"¿Quién tiene la culpa? ¿Con quién me quejo? ¿Dónde están los médicos? ¿Por qué funciona así si Cuba es una potencia de la medicina y ejemplo ante la humanidad? ¿Por qué aquí internamente todo funciona tan mal?", se cuestionó la embarazada.
Desgraciadamente, el sistema de Salud de la Isla está cada día más en detrimento, y no son pocos los casos de embarazadas que se quejan por falta de atención o negligencia médica.
Hace unos pocos días una joven madre cubana de veinte años tuvo que admitir que no podrá tener más hijos a causa de prácticas negligentes por parte del personal médico del Hospital Nacional Enrique Cabrera, en La Habana, donde le tuvieron que hacer una cesárea por preeclampsia y terminaron vaciándola.
El pasado año María Isabel Font Lugo, de 35 años, falleció en La Habana por complicaciones sufridas tras una cesárea en el Hospital América Arias del Vedado, y sus familiares acusaron a los doctores y enfermeras que la atendieron de negligencia.
Por si fuera poco, en medio de esta escasez de alimentos que sufre el país, las embarazadas también se han visto muy afectadas. Tal fue el caso de una embarazada que denunció que las empleadas de una tienda en La Habana se negaron a venderle pollo porque estaba prohibido atender a mujeres encinta y madres con hijos para evitar la propagación del coronavirus en personas vulnerables. No obstante, la falta de alimentos en el país no permite que quienes van a dar a luz se queden tranquilas en casa.
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