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La detención de la intelectual cubana Alina Bárbara López Hernández, junto al escritor Jorge Fernández Era y la médica Lilian Borroto López, volvió a dejar al descubierto el patrón de represión, arbitrariedad y hostigamiento sistemático que ejerce el Estado cubano contra quienes intentan ejercer derechos básicos como la protesta pacífica.
Los hechos ocurrieron en Matanzas, el mismo escenario donde López se manifiesta de forma cívica cada día 18 desde marzo de 2023.
En una extensa y minuciosa relatoría publicada en Facebook, Alina Bárbara López explicó que su arresto no fue un hecho aislado, sino una decisión calculada del poder, motivada por el miedo y la debilidad de un sistema que se sabe impopular.
La activista vinculó directamente su detención con la sesión virtual de la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuyos diputados matanceros se encontraban reunidos en el edificio del Gobierno provincial, próximo al Parque de la Libertad, lugar donde ella pretendía manifestarse con un cartel exigiendo la liberación de los presos políticos.
Según López, durante meses las autoridades habían optado por permitirle protestar como una estrategia para reducir la presión, pero ese día regresaron al modus operandi represivo ante la sola imagen de una ciudadana reclamando derechos frente a representantes del poder.
"No se trataba de un acto violento, pero los diputados no podían soportar la imagen de una persona portando un cartel", denunció.
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Una detención sin orden y una retención de casi 11 horas
Alina relató que fue interceptada sin orden de detención, como en ocasiones anteriores, por oficiales que admitieron desconocer los motivos del arresto y alegaron obedecer órdenes superiores.
Tras ser conducida a la Unidad de la PNR de Playa alrededor de las 9:00 am, permaneció retenida hasta cerca de las 8:00 pm en una oficina en ruinas, ubicada sobre los calabozos, con mobiliario deteriorado, sin condiciones mínimas de higiene y con un baño descrito como insalubre.
Durante horas, nadie acudió a explicarle las razones de su privación de libertad. Solo apareció un médico de la Seguridad del Estado para tomarle la presión arterial, pese a que ella no lo había solicitado.
La profesora, hipertensa y de 60 años, accedió para dejar constancia de su estado físico.
El ambiente dentro de la estación, describió, era de nerviosismo inusual: movimientos constantes de patrullas, oficiales reunidos y evidente tensión.
La explicación llegó cuando decidió romper el silencio y comenzó a gritar consignas a favor de los presos políticos. Entonces escuchó una voz conocida desde los calabozos: era Jorge Fernández Era, detenido junto a Lilian Borroto, hija de Alina, quien había sido encerrada en una celda femenina.
Lilian había sido arrestada cuando protestaba por la detención de su madre y trasladada en un auto civil junto al escritor Fernández Era.
El "psicólogo" y la justificación del poder
Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando un instructor de la Dirección Técnica de Investigaciones, vestido de civil y presentándose como psicólogo, intentó descalificar la protesta no violenta.
Afirmó que "la revolución no se tumba con gritos y cartelitos" y que el poder llevaba "67 años arriba del caballo". Alina respondió con un alegato contundente sobre la historia del cambio social, la caída de dictaduras, la ruina económica del país y la diferencia entre revolución y gobierno.
Según su testimonio, la prepotencia inicial del oficial se fue transformando en duda. Antes de concluir el intercambio, López lanzó una advertencia directa: la detención de su hija había sido una línea gravemente cruzada.
Advertencias, apagones y actas no firmadas
A las 6:00 pm, un apagón dejó a Alina y a la oficial que la custodiaba a oscuras, rodeadas de mosquitos, sin que nadie acudiera a resolver su situación.
Finalmente, fue trasladada a otra oficina donde se le intentó imponer un acta de advertencia por supuestamente violar una medida cautelar de reclusión domiciliaria y se le incautó el cartel. Ella se negó a firmar cualquier documento, reiteró que seguirá protestando y denunció la ilegalidad del proceso.
Al salir, encontró a Jorge y a Lili, liberados poco antes, así como a familiares que permanecieron todo el día a la espera.
Agradeció el apoyo de vecinos, colegas, pacientes de su hija y de múltiples medios y plataformas independientes que dieron seguimiento al caso.
Jorge Fernández Era: calabozos, humillación y dignidad
Por su parte, Jorge Fernández Era ofreció su propio testimonio bajo el título "El valor flotante".
Narró cómo llegó temprano a Matanzas para encontrarse con Alina, el despliegue policial inusual en la ciudad y su posterior detención junto a Lilian cuando se dirigían a la unidad policial para exigir explicaciones.
Fue recluido en un patio-celda insalubre, expuesto al sol, sin baño, entre charcos y ratas, y luego trasladado a una oficina oscura.
Confirmó que la orden fue liberarlos solo después de que concluyera la sesión de la Asamblea Nacional. También rechazó firmar el acta de advertencia y defendió el carácter pacífico y constitucional de las protestas.
Fernández Era expresó orgullo por haber compartido la detención con Alina Bárbara López y destacó su valentía, inteligencia y dignidad.
A la vez, lamentó el miedo social y la escasa presencia ciudadana acompañando estas protestas, en una ciudad golpeada por apagones y carencias.
Un patrón represivo reiterado
Estos arrestos se suman a una larga lista de detenciones arbitrarias contra activistas, intelectuales y ciudadanos que intentan ejercer derechos reconocidos incluso por la propia Constitución cubana.
La familia de Alina ha denunciado hostigamiento constante, vigilancia, interrogatorios y la inacción de la Fiscalía ante denuncias previas contra la Seguridad del Estado.
La protesta de Alina Bárbara López, vinculada además al Día Internacional del Migrante, volvió a poner sobre la mesa el drama del éxodo cubano, la existencia de presos políticos y la criminalización de la disidencia pacífica.
Su exigencia sigue siendo la misma: libertad, derechos y el fin de la represión.
Lo ocurrido en Matanzas no solo refleja la vulneración de garantías fundamentales, sino también la fragilidad de un sistema que responde con detenciones y amenazas ante un simple cartel y una voz que se niega a callar.
Preguntas frecuentes sobre la represión en Cuba y el caso de Alina Bárbara López
¿Por qué fue detenida Alina Bárbara López en Matanzas?
Alina Bárbara López fue detenida por intentar manifestarse pacíficamente en el Parque de la Libertad de Matanzas con un cartel que exigía la liberación de los presos políticos. Esta acción es parte de un patrón de represión sistemática por parte del régimen cubano contra quienes ejercen su derecho a la protesta pacífica.
¿Cuál fue la reacción de Jorge Fernández Era ante su detención?
Jorge Fernández Era rechazó firmar el acta de advertencia y defendió el carácter pacífico y constitucional de las protestas. Además, expresó orgullo por haber compartido la detención con Alina Bárbara López y destacó su valentía, inteligencia y dignidad.
¿Qué condiciones enfrentaron Alina Bárbara López y Jorge Fernández Era durante su detención?
Durante su detención, Alina Bárbara López fue retenida en condiciones insalubres, en una oficina deteriorada sin condiciones mínimas de higiene. Jorge Fernández Era fue recluido en un patio-celda insalubre, expuesto al sol, sin baño, entre charcos y ratas. Ambos fueron liberados solo después de que concluyera la sesión de la Asamblea Nacional.
¿Cómo se vincula la protesta de Alina Bárbara López al contexto político de Cuba?
La protesta de Alina Bárbara López está vinculada a la crítica al régimen cubano, especialmente en fechas significativas como el Día Internacional del Migrante. Ella denuncia el éxodo masivo de cubanos, la existencia de presos políticos y la criminalización de la disidencia pacífica como parte de un sistema represivo que vulnera derechos fundamentales.
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