Cubanos, inspirémonos en Venezuela, votemos "No" en el referendo del 24 de febrero

Justo un mes antes de la votación por la nueva Constitución en Cuba, el pueblo de Venezuela ha salido a las calles para pedir el fin del régimen de Nicolás Maduro. Los cubanos podríamos hacer lo mismo, pero tenemos un camino más sencillo y es votar "No" el próximo 24 de febrero.

Los cubanos tenemos una cita en esa fecha con la historia, como los venezolanos lo están viviendo en las calles de su país desde el 23 de enero. De momento, salir a las calles en Cuba, donde la policía y el Ejército está controlado por el gobierno de Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro en la sombra, sería una temeridad.

Simplemente con marcar "No" el próximo febrero, estaríamos diciendo al gobierno que no apoyamos el nuevo texto constitucional que flexibiliza la economía para los inversores extranjeros, pero no las libertades y derechos de su propio pueblo. Las pretendidas elecciones en Cuba siempre han sido detrás de una cortina, el voto debe ser secreto y libre, ese es el momento para el "No", aunque ya sean 60 años sin conocer la verdadera libertad.

Ese acto de rebeldía de marcar un "No" es un paso como el del pueblo venezolano, que en las pasadas elecciones presidenciales se abstuvo porque Maduro no daba representación real a la oposición. Para nosotros los cubanos, abstenernos el 24 de febrero no es una opción válida. Toda la maquinaria estatal está a favor de Sí, pero ¿hasta cuándo en Cuba van a pretender contar con el apoyo de todos si obvian a muchos de sus ciudadanos, tanto los que están dentro, como los de fuera?

Quienes vivimos fuera de Cuba no podemos votar ni a favor ni en contra del nuevo texto constitucional que pone al partido único por encima de ella misma. El PCC tendrá más poder que cualquier gobierno presente o futuro.

Quienes vivimos fuera sabemos que la mínima expresión contraria en la Isla puede arruinar la vida de cualquiera, no pedimos manifestaciones como en Caracas –ojalá algún día sea posible–, solo esperamos un voto negativo a la continuidad de un proceso errático iniciado en 1959 por el fallecido dictador Fidel Castro.

Como los valientes cubanos que el 24 de febrero de 1895 salieron a pelear por la libertad de Cuba, quienes están en la Isla pueden reeditar un nuevo Grito que sea nacional y exprese un rotundo "No" a separar a los cubanos entre revolucionarios y gusanos, un rotundo "No" contra quienes viven como reyes y exigen ajustarse el cinturón a los ciudadanos, mientras ellos y los suyos no conocen la escasez.

Ese voto negativo no sólo será por los cubanos de ahora, será por los que nos fuimos para respirar y los que se quedaron intentando subsistir, por todos, hasta por los futuros cubanos que no se merecen ni un año más de dictadura, de eslóganes y de buscar las culpas en el exterior, mientras ellos se limpian las manos ante la escasez y la corrupción.

El 24 de febrero votar "No" será un primer paso por una Cuba más libre y aunque ese "No" se quede en un porcentaje inferior al Sí, demostrará que la unanimidad pregonada por el gobierno no existe porque cada uno es diferente, porque muchos seguimos separados de los nuestros y una ideología que solo favorece a unos pocos, frente a una mayoría sumida en la pobreza.

El "No" contra la Constitución será un sí por la libertad de los cubanos para vivir sin callar, para eliminar ese verbo "resolver" y cambiarlo por llegar a fin de mes y no pensar cada día qué llevarse a la boca.

Ese "No" en el referendo constitucional será un no a la inercia es Cuba. ¿Se acuerdan de aquella frase de "cambiar todo lo que debe ser cambiado"?

Un "No" ahora puede cambiar el discurso estatal en Cuba. No votes sí, no dejes de votar, tú que puedes, los más de dos millones que estamos fuera no podemos.