Son más de 200 los cubanos que hoy esperan en Matamoros, localidad del estado mexicano de Tamaulipas, a que le llegue su turno para solicitar asilo político a Estados Unidos.
Adultos y niños conforman este gran grupo de cubanos que decidió salir de la Isla y, a través de Centroaméricana, llegar a alguna zona de México fronteriza con Estados Unidos, a pesar de que hasta el presidente Donald Trump dijera: “El sistema está lleno. No podemos aceptarte. Sea que quieras el asilo, sea que quieras cualquier otra cosa. Es inmigración ilegal”.
“La situación es tétrica, mujeres, niños, mujeres embarazadas. Gracias a la iglesia sobrevivimos,” dijo a Radio Televisión Martí el cubano Frank Silveira, quien salió de Cuba a Guyana el 15 de septiembre de 2018, y pasó por 8 países antes de llegar a Matamoros.
Según cuenta, los cubanos allí -como el resto de los miles de centroamericanos que han llegado- viven en carpas frente al puente internacional a la espera de su turno en una lista para pedir asilo político, y en la que hay anotadas más de 10 mil personas.
“Para el aseo vamos a un río cercano (Río Grande) y para las necesidades, a los matorrales circundantes”, dijo. “Son condiciones infrahumanas”.
Relató además que “la iglesia y otras instituciones independientes proveen desayuno, almuerzo y comida. A veces traen golosinas y juguetes para los niños y algo de ropa”.
Matamoros no es el único lugar donde hay cubanos. Incluso se hablan de unos 4 000 provenientes de la Isla en ciudades mexicanas como Laredo o Ciudad Juárez. Según datos del Colegio de Bachilleres de Juárez, actualmente el 70 % de los más de 3.300 migrantes que se encuentran en tránsito en Ciudad Juárez son cubanos.
No obstante, ese turno por el que esperan avanza muy lentamente. Incluso, recientemente algunos migrantes cubanos en el cruce fronterizo de Ciudad Juárez con El Paso denunciaron que los funcionarios del Consejo Estatal de Población (COESPO) en la zona están vendiendo los números para pasar a la entrevista con EE.UU. entre 500 y 1.000 dólares.
“Hay días que no llaman a nadie. No dan información”, dijo Frank en medio de la desesperación entre una crisis migratoria que se ha generado en los últimos tiempos.
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