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La tragedia en cifras: 7 mil 437 cubanos han muerto o desaparecido durante el régimen castrista

El aparato represivo cubano opera de manera calculada, es fruto de tácticas y estrategias muy bien estudiadas y se vale de un andamiaje gigantesco que opera en todos los niveles de la sociedad, no importa las formas que se escojan para reprimir.

María Werlau © Cortesía de la entrevistada
María Werlau Foto © Cortesía de la entrevistada

Este artículo es de hace 4 años

Si Cuba no tuviera a María Werlau, tendríamos que inventarla entre todos los demócratas de la isla, porque es la compañera de trabajo ideal, una hormiguita discreta que ha hecho del estudio y vigilancia de los Derechos Humanos su leit motiv laboral, al que dedica muchas horas y parte de su dinero personal, superando incluso terribles experiencias personales.

Graduada en Georgetown University, fue banquera con una carrera brillante, llegando a la vicepresidencia del Chase Manhattan Bank, pero el tema cubano siempre la estuvo rondando hasta que en 2000 se lanzó al ruedo y fundó Archivo Cubano, un trabajo ciclópeo que también ha llegado hasta la actual intromisión de Cuba en Venezuela, con un libro reciente ya publicado en inglés y a punto de salir en español: “La intervención cubana en Venezuela: una ocupación estratégica con implicaciones globales”.

CiberCuba conversó durante varios días con esta mujer valiente y honrada, que ha sido capaz de sobreponerse a la muerte de su padre en Bahía de Cochinos, al que el castrismo dio por desaparecido, con un trabajo riguroso sobre la fatalidad de las víctimas cubanas, desde 1952 hasta el mes pasado.

Siguiéndola por su atareada geografía laboral de Estados Unidos y Puerto Rico, esa otra ala de pájaro que vio la poeta boricua Lola Rodríguez de Tió. María Werlau no ha aprendido a descansar y tuvimos que robar tiempo de su escaso reloj para esta cháchara rigurosa, reflejo de su profesionalidad, capacidad de perdón y tolerancia.

Archivo Cuba documenta asesinatos y desapariciones desde 1952 hasta la fecha. ¿Qué cifra de muertos y/o desaparecidos padece la isla, a que causas obedecen sus muertes y/o desapariciones?

Hasta el 12 de julio de este año hemos documentado 10,771 casos de muerte o desaparición con los siguientes responsables:

  • 7,437 al régimen de los Castro.
  • 324 a la resistencia anticastrista.
  • 1,572 al régimen de Fulgencio Batista.
  • 432 a la resistencia anti-batistiana.
  • 984 a otros (incluyendo fuerzas armadas de otros países)

¿Y cómo es posible entonces que Bohemia sacara aquella portada con 20 mil muertos a manos del batistato?

El régimen "revolucionario" nunca ha publicado una lista oficial, ni siquiera extraoficial. Nuestro querido cofundador, Armando Lago (fallecido en 2008), escribió un artículo titulado "El fraude de los 20.000 muertos de Batista que fue publicado por CubaEncuentro.com en octubre 2002 donde derrumba el mito de las 20,000 muertes. Asimismo, cita cifras de su investigación sobre la etapa de la lucha contra Batista (1952-1958).

En los últimos cuatro años, hemos hecho una investigación muy exhaustiva y minuciosa utilizando especialmente información que proviene del gobierno cubano (de los Castro) y se han ajustado los casos documentados así como las cifras que citó el Dr. Lago. Esperamos publicarla en varios meses, pero adelanto que se le atribuyen 1,572 muertes al régimen de Batista, de las cuales 869 fueron asesinatos extrajudiciales, 31 fueron desapariciones forzadas y 639 fueron en combate. El saldo incluye muertes accidentales, civiles muertos por acciones armadas y otras causas tales como suicidio o causas médicas. Cada caso tiene un archivo y muchos tienen foto. No quiere decir que estos son resultados finales, siempre puede aparecer más información, pero pensamos que es una investigación muy rigurosa.

¿Qué métodos de trabajo usan en las investigaciones de denuncias de casos?

Todos los casos tienen su archivo con los datos que tenemos, incluyendo las fuentes de la información que son primarias (de familiares y testigos) o secundarias, como (memorias, listas, informes, noticias, etc.

Cuando cifras en 984 los cubanos muertos por acciones de ejércitos extranjeros, presumo que están excluidos los caídos en Angola, Etiopía y otras expediciones militares en el exterior.

Lamentablemente, tenemos una cuenta muy parcial de los cubanos muertos por acciones de ejércitos extranjeros por falta de suficiente información para documentar los casos. En el caso de la guerra de Angola, por ejemplo, el gobierno de Cuba ha publicado una lista parcial con los nombres, pero sin fecha y lugar de muerte de los cubanos que perecieron. Tenemos sólo 65 casos con suficientes datos, mientras que la cifra oficial de caídos es de 2,085 y los estimados sobre cuántos fueron en realidad llegan a 10,000. Tenemos en nuestro portal un informe sobre la relación Cuba-Angola con algunos detalles.

¿En los 7.437 muertos y/o desaparecidos por el castrismo incluyes a los ahogados en mares adyacentes a Cuba, huyendo de la isla e intentando llegar a Estados Unidos?

Nadie sabe ni puede realmente estimar con precisión el número de cubanos que han muerto escapando de Cuba. En la base de datos tenemos 1,398 casos documentados de tales muertes o desapariciones. Sin embargo, sabemos que hay decenas de miles más. Sólo podemos reportar los casos con los datos mínimos de nombre y fecha, información que venga de fuentes que se consideren creíbles. Eso es muy difícil de por sí pero, además, carecemos de los recursos para dedicarle la debida atención a esta tarea.

Los líderes opositores Laura Pollán y Oswaldo Payá, ¿fueron ejecutados extrajudiciales o murieron por enfermedad y accidente, respectivamente? ¿Existen casos parecidos?

Luego de analizar muy cuidadosamente los elementos de ambos casos, los reportamos como asesinatos extrajudiciales probables, cometidos por agentes del Estado cubano. No podemos aseverarlo, porque existe una falta de pruebas fundamentales como autopsias y pruebas forenses independientes, informes oficiales, etcétera, una carencia que es típica del Estado totalitario cubano y la falta de debido proceso legal. Tenemos dos informes sobre el caso de Payá y Cepero en nuestro portal.

Y sí, lamentablemente hemos documentado muchos casos similares, algunos aparecen en un informe reciente. “La eliminación de detractores y opositores del régimen cubano: en Cuba (Parte I).”

¿Cómo llegas al tema Cuba y lo conviertes en el centro de tu actividad profesional?

El tema Cuba ha sido un elemento muy central en mi vida desde antes de tener razón de ser. Me engendraron en medio del drama cubano. Mis padres fueron ambos miembros del Movimiento 26 de Julio, mi madre como parte de una cédula clandestina en La Habana y mi padre fue parte del Ejército Rebelde, en la columna del Che Guevara en la Sierra Maestra. Desde muy joven sabía que quería dedicar mi vida a servir al prójimo. Cuando llegué a la Universidad (Georgetown, en Washington, DC) fue que por primera vez pude expresar mi gran interés en la problemática cubana y presidí la asociación de estudiantes cubanoamericanos (Cuban American Students Association, CASA). Luego, la vida me fue llevando a dedicarme exclusivamente a esto. Tuve una carrera anterior en la banca y vinculada al mundo de los negocios, pero siento que tanto mis estudios como mis experiencias profesionales y personales han sido meras oportunidades para prepararme para mejor cumplir con este llamado.

¿Cómo se financia Archivo Cuba y qué relaciones tiene con los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos? ¿Cuáles son sus vínculos con la oposición cubana y con los partidos estadounidenses, la Unión Europea, el Vaticano y la OEA?

Comenzamos oficialmente en el 2000 y la mayor parte de nuestro trabajo se ha hecho a pulmón, sin ayuda financiera y con el trabajo voluntario de nuestro co-fundador Armando Lago, quien falleció en el 2008, de otros directores y el mío personal. Durante muchos años operamos con donaciones mínimas, prácticamente sin fondos, y financié a modo personal todos los gastos y el trabajo. ¡Pero no soy rica! Durante dos años, y desde mediados de 2000 tuvimos una subvención pequeña de Freedom House que nos permitió crear la base de datos electrónica de casos de muerte y desaparición de cubanos.

Desde el 2015 recibimos una subvención del National Endowment for Democracy (NED), organización no gubernamental sin fines de lucro que recibe financiamiento del Congreo de los Estados Unidos. Es una cantidad discreta, pero ha sido una tabla de salvación que nos ha permitido no sólo sobrevivir sino también expandir nuestro trabajo. También contamos con otra pequeña suma de donativos de individuos que nos permiten solventar gastos que no cubre la subvención de la NED. Y todavía sigo haciendo una parte considerable del trabajo sin compensación económica alguna.

Nos relacionamos con un amplio espectro de la oposición cubana y también participo en actividades académicas que me permiten relacionarme y conocer a académicos cubanos del oficialismo. Somos una organización sin fines de lucro no partidaria ni política, por lo que nuestras relaciones con gobiernos son con el fin de influir en pro de los derechos humanos, tal como lo hacemos con la ONU, OEA, y otras organizaciones internacionales.

Recientemente, la administración Trump incluyó a Cuba en la lista negra de países que no impiden el tráfico de personas. ¿Consideras que es una decisión errónea o acertada?

En 2015, durante el gobierno de Obama y en el marco del proceso de la normalización con Cuba, se subió la clasificación de Cuba a categoría 2 (son tres categorías), o sea como un estado en lista vigilancia (“Watch”) y fuera de la lista negra, donde estuvo muchos años.

Considero que la decisión de devolver a Cuba a la lista negra es la correcta, ya que la exportación de la mano de obra cubana por parte del Estado cubano deliberadamente contraviene el derecho internacional, viola los derechos humanos y constituye tráfico de personas y explotación.

¿Cuánto crees ha influido el trabajo realizado por Archivo Cuba en la toma de la decisión presidencial?

Llevamos años informando sobre esto a la Oficina de Tráfico de Personas (TIP) y otras entidades del gobierno estadounidense pero la burocracia dentro de la oficina TIP del Departamento de Estado, que es la que califica a los estados, se ha resistido regularmente a aceptar los elementos oscuros de la exportación de la fuerza laboral cubana.

Tal como lo manifesté en mi testimonio al Congreso de Estados Unidos, en marzo de 2016, mejorar la clasificación de Cuba se había hecho sin fundamentos objetivos y justo durante el período en que los ingresos por exportación de servicios con la mano de obra explotada crecieron enormemente. Sin embargo, la realidad es que no les quedó más remedio que pasar a Cuba a la lista negra (categoría 3) por un mero tecnicismo procesal.

¿Cómo se maneja ese tecnicismo para incluir o calificar a un país en la lista negra?

Sólo se puede mantener a un país en la lista de vigilancia (Watch), o categoría 2, por dos años sin reclasificar a dicho estado ya bien en cumplimiento (categoría 1) o no (categoría 3 o lista negra). La única salvedad que permite la regla del proceso TIP es hacer uso de dos exenciones (“waivers”) consecutivos, que habían sido agotados en el 2017 y 2018. De manera que, sin contar con fundamento alguno para pasar a Cuba la categoría 1, no tuvieron más remedio que devolverla a la lista negra.

Creo que Archivo Cuba ayudó a que los burócratas no pudieran fácilmente buscar formas de beneficiar a Cuba. No sé cuánto pueda haber influido nuestro trabajo, pero esperamos que haya contribuido, ya que por varios años sostuvimos sesiones informativas con la oficina TIP sobre la práctica y, en enero de este año, preparamos un informe oficial detallado destinado a la oficina TIP informando sobre las ilegalidades cubanas.

El tema también había cobrado un mayor perfil con la referida vista congresional del 2016, una resolución en el Senado por parte de los senadores Marco Rubio y Robert Menéndez, el descalabro de la misión médica en Brasil y varios casos legales allí a favor de médicos cubanos, y una demanda, del 2018 en EEUU, contra la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por triangular los contratos de Brasil y cobertura mediática negativa incluyendo el influyente diario The New York Times.

Hace poco, las organizaciones UNPACU y Cuban Prisoners Defender denunciaron al gobierno cubano ante la Corte Penal Internacional, ¿qué trascendencia jurídica prevés que tendrá está acción, teniendo en cuenta que Cuba no es miembro del Tratado de Roma y que las sentencias de este tribunal no tienen carácter de justicia universal?

No estoy al tanto de cómo y cuándo sometieron el caso a la Corte (CPI), pero entiendo que hay solo tres formas de hacerlo. Uno. Que lo someta al menos un estado miembro, Dos. Que lo someta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y Tres. Que el fiscal de la CPI decida iniciar una investigación motu proprio y solicite autorización para hacerlo. En cualquiera de las tres, el caso debe pasar por un procedimiento y ser aceptado por los jueces asignados.

Cuando le planteamos a nuestros colegas de UNPACU que tomaran este crimen de lesa humanidad en cuenta para su proyecto de demanda a la CPI, teníamos claro que Cuba no es un estado miembro de la CPI (por no ser signatario del Estatuto de Roma). Pero les explicamos que las violaciones contra los trabajadores cubanos se están cometiendo en estados y con la participación de estados que están bajo la jurisdicción de la CPI, por lo que pensábamos que habría mayores elementos para justificar una demanda ante la CPI.

Cuando se convencieron y decidieron potenciarlo, trabajamos en los inicios del proyecto a sabiendas de que era muy difícil que la CPI aceptara el caso, pero reconociendo que dicha gestión internacional tendría valor para fomentar el conocimiento por parte de la comunidad internacional sobre el peculiar negocio de trata de personas del gobierno cubano.

En los últimos tiempos, el aparato represivo cubano parece inclinarse por detenciones cortas de opositores, artistas contestatarios y periodistas independientes a los que, además, premia o castiga con prohibiciones de sus viajes al extranjeros. ¿Qué piensas de este estilo represivo?

La represión por parte del Estado cubano ha ido cambiando en el tiempo en cuanto a tácticas. Esto puede verse, por ejemplo, en los patrones de eliminación de detractores que, por cierto, corresponde a los mismos patrones en los antiguos países del bloque soviético. En Venezuela hoy día aún se mata a mansalva, mientras que en Cuba ya no es necesario, pues el miedo y el aparato represivo se han institucionalizado.

En los últimos tiempos en Cuba se ven elementos tales como las detenciones arbitrarias de corto plazo, con la que el régimen busca sembrar terror sin el costo en imagen de mantener mayores números de presos políticos de largo plazo. Y también vemos otras herramientas de una represión más sofisticada tales como con el uso del control cibernético, cambios en los procedimientos, como es el caso de la imposición de elevadas multas, en vez de arrestos.

El aparato represivo cubano opera de manera calculada, es fruto de tácticas y estrategias muy bien estudiadas y se vale de un andamiaje gigantesco que opera en todos los niveles de la sociedad, no importa las formas que se escojan para reprimir.

Cuba es un país pobre y emisor de emigrantes. El gobierno se defiende alegando que la culpa es de la política norteamericana. ¿Qué evaluación hace Archivo Cuba de la emigración y qué opinión le merece el notable tránsito de cubanos por Sur y Centro América con muertes y desapariciones como la ocurrida recientemente con la crecida del río Darién, en Panamá?

Es una de las grandes tragedias del drama cubano de los últimos sesenta años. El costo humano ha sido y sigue siendo enorme. Y es una migración forzada que devenga grandes beneficios materiales al régimen (muchos miles de millones anualmente en remesas y otras ayudas materiales, viajes, ingresos telefónicos, pasaportes, tarifas aduaneras, etc.) así como políticos (disminuye la presión política y permite una suerte de ingeniería social en la diáspora que favorece al régimen).

El gobierno puede alegar lo que quiera, sabemos que culpan al supuesto bloqueo de Estados Unidos hasta de cuándo y cómo caen los cocos de los cocoteros en Cuba. La realidad es que los cubanos emigran adonde pueden y como pueden y están regados por el mundo entero. Y la otra realidad es que, a pesar de la propaganda, a donde prefieren ir es “al imperio.”

En otoño de 2018, se hablaba de 40 mil cubanos emigrantes que habían decidido repatriarse a Cuba para vivir su jubilación o invertir en pequeños negocios en la isla. ¿Has estudiado ese fenómeno?

No. Solo sé lo poco que he leído en la prensa y las anécdotas que se escuchan en la calle. Entiendo que algunos, o muchos, de los que regresan cuentan con subvenciones del gobierno de Estados Unidos para personas de bajos recursos, lo que les permite vivir muy bien en Cuba.

Hemos pasado del embullo Obama al cierre Trump. ¿Qué política norteamericana consideras más acertada para afrontar la dictadura cubana? ¿Sería deseable un consenso bipartidista o consideras que es más útil la diferenciación entre Demócratas y Republicanos, aunque haya miembros de ambos partidos que coinciden en su enfoque cubano?

Siempre estoy a favor de los consensos y la búsqueda de soluciones razonables y justas para resolver diferencias y conflictos. He sido muy idealista y he luchado mucho para tender puentes, conversar con respeto, buscar soluciones comunes. Sería fantástico que hubiera coincidencias en un enfoque hacia Cuba, pero, lamentablemente, los partidos políticos en Estados Unidos están cada vez más distanciados entre sí y con respecto a Cuba lo han estado hace mucho tiempo. Tal vez con el tema de la intervención de Cuba en Venezuela pudiera haber algo de consenso, pero no lo estoy percibiendo.

Considero que el problema cubano no depende de la política exterior de cualquier otro país, incluyendo los Estados Unidos. Pero, en general, pienso que los países libres debieran tener una política consecuente con sus valores y, por tanto, de rechazo, presión y aislamiento hacia la dictadura criminal cubana, una política en la que los contactos e incentivos sean deliberadamente inteligentes y ayuden a la población y no al régimen que la reprime.

Es lo que los defensores de derechos humanos típicamente buscan sin importar cuando y en qué ubicación geográfica ocurre una dictadura. Después de seis décadas sabemos de sobra qué puede esperarse del régimen cubano, que no responde a diálogos ni apaciguamientos, que está empecinado en mantenerse en el poder a toda costa.

¿Cuánto influye el prestigio castrista en el Tercer Mundo en la evitación de sanciones en ONU y demás organismos internacionales y en la elección de Cuba como miembro de directivas de entidades multilaterales?

Cuba tiene una influencia internacional enorme y desproporcional a su tamaño y capacidad económica, especialmente en el sistema de Naciones Unidas. El régimen cubano le ha dedicado a eso gigantescos recursos humanos y materiales durante seis décadas, especialmente por parte de su servicio de inteligencia y el aparato de propaganda. Su gran efectividad obedece a las ventajas comparativas que tiene un régimen totalitario con una agenda decidida. Mi libro sobre la intervención de Cuba en Venezuela tiene un capítulo sobre esto. (Está disponible en Amazon en Inglés y a punto de salir en español).

Habitualmente, el gobierno cubano se muestra remiso a cooperar con organismos internacionales que promueven la defensa de los Derechos Humanos, mientras que su oposición, mayoritariamente, desarrolla una actividad política; ¿cómo crees que debe construirse un alternativa democrática a la dictadura cubana desde la óptica de los Derechos Humanos?

Requiere de esfuerzos profesionales que cuenten con personas capacitadas y que tengan características particulares (lingüísticas, experiencias profesionales, ciertos rasgos de personalidad, etc.), así como con recursos materiales y una estrategia inteligente. Es muy, muy poco lo que hay de eso.

Potenciando algo mínimo se podría lidiar una guerra asimétrica con mayores éxitos frente a los inmensos recursos del régimen cubano, ya que la verdad está contra la dictadura. Tristemente, he visto muy poca visión para esto y gracias a su manejo tan efectivo del entorno internacional Cuba ha ido acumulando y consolidando logros (apoyo político/diplomático, legitimidad, ayudas materiales, préstamos, negocios, intercambios educativos, etc.),

Montémonos en la máquina del tiempo. Archivo Cuba documenta su trabajo en defensa de los Derechos Humanos en Cuba tomando en cuenta incluso los siete años previos al triunfo de la revolución de Fidel Castro. ¿Cuál sería el papel de vuestra organización en un escenario postcastrista?

Esta obra es un regalo para las generaciones de cubanos presentes y futuras que merecen vivir en paz. Se espera que este trabajo sirva de cimiento a un futuro proceso de Verdad, Justicia y Reconciliación cuando exista una sociedad libre e impere un Estado de derecho en Cuba.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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