La apuesta del gobierno cubano por el ferrocarril para transportar viajeros y carga choca contra la escasez de locomotoras, y el mal estado de las vías férreas, según especialistas del sector.
Los trenes gastan menos carburantes que otros medios de transporte, y el gobierno apostó por ellos en 2019, pero sin contar con una infraestructura de locomotoras y viarias que satisfagan la demanda de los viajeros cubanos.
De momento, la estrategia gubernamental choca con la escasa infraestructura ferroviaria, que funciona con 17 locomotoras de alto porte cuando debería hacerlo con unas 33.
De las 17 locomotoras disponibles, 11 están consagradas a convoyes de carga, cuando deberían ser 21, y 6 a los trenes de pasajeros, necesitándose 12 para cubrir adecuadamente la demanda; afectando especialmente a los de recorridos más largos, detalló Fátima Palacios Garrido, vicedirectora de la UFC, al diario estatal Granma.
La falta de partes y piezas de repuesto también influye en las carencias del parque móvil ferroviario de Cuba, donde las vías férreas están deterioradas, obligando a los trenes a ralentizar su marcha en numerosos tramos.
En Cuba hay unas 158 rutas de ferrobús en zonas de difícil acceso para las guaguas. CiberCuba informó el año pasado del viaje de cubanos en vagones de caña "adaptados" para personas para llegar a campismos de Villa Clara.
Este servicio se ofrece en varias provincias, donde se vinculan 421 asentamientos rurales: Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Las Tunas, Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, especificó la funcionaria estatal.
Según la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC), en 2019 se transportaron 6,2 millones de personas por ese medio, 713.700 en los servicios de trenes nacionales, así como 13 millones 313,9 toneladas de carga.
La anunciada recuperación del ferrocarril en Cuba chocó en septiembre de 2019 con la crisis energética o "situación coyuntural", como la tildó en su momento el gobernante Miguel Díaz-Canel.
Durante 2019 la isla recibió equipos de China y Rusia para recuperar su deteriorado sistema ferroviario, pero la transportación de larga distancia sigue siendo poco prioritaria y mal gestionada por la UFC.
En julio del pasado año, una cubana que viajó en un tren de La Habana a Guantánamo afirmó que pasó tremenda hambre.
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