Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) acaban de propinar sendos revolcones a los regímenes de Cuba y Venezuela por sus prácticas totalitarias y avisando que seguirán de cerca el proceso judicial contra José Daniel Ferrer, y exigiendo la libertad "incondicional" de todos los presos políticos en manos del tardochavismo.
El Servicio de Acción Exterior (SEAE) de la UE emitió este jueves una declaración en la que reiteró una petición de la Delegación de la Unión Europea en Cuba, que solicitó acceso al proceso judicial contra José Daniel Ferrer, demanda que -hasta la fecha- no ha sido otorgada y en la que avisa: "Seguiremos de cerca este ensayo".
El 26 de febrero, José Daniel Ferrer fue juzgado por cargos de asalto, pero "la información disponible sobre su caso sugiere que está siendo juzgado por la expresión pacífica de sus puntos de vista", afirma el comunicado del SEAE, que denuncia que los derechos constitucionales del enjuiciado no fueron respetados por las autoridades en la fase de instrucción penal, incluida la cárcel con aislamiento para el comisor de un supuesto delito común.
Por si no bastara, la Unión Europea, a través del SEAE, expresa su esperanza en que Cuba revise, "con carácter de urgencia, todos los casos de encarcelamiento relacionados con el ejercicio de los derechos fundamentales", y que libere a todos los involucrados, en correspondencia con los compromisos internacionales contraídos por su gobierno.
Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Naciones Unidas en el ámbito humanitario, aseguró ante el plenario del 43º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que su equipo ha documentado más de 130 casos de violaciones de las garantías ciudadanas de presos políticos venezolanos y condenó las detenciones arbitrarias cometidas por el régimen de Nicolás Maduro.
El canciller chavista, Jorge Arreaza, se había entrevistado poco antes con Bachelet y el Palacio de Miraflores reaccionó de inmediato, tildando de "errónea" la postura de Naciones Unidas, pero la expresidenta de Chile no se amilanó y avisó que el próximo 10 de marzo abordará la situación de los Derechos Humanos en Venezuela.
El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla viajó hasta Bruselas para verse con Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la cita no fue nada bien para los intereses tardocastristas porque Granma, en su nota del encuentro habló de "diálogo franco", que es la fórmula habitual para reconocer que hay discrepancias de fondo, aunque las formas sean exquisitas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba erró en su estrategia, quizá confiado en el distanciamiento de Bruselas con Trump por su hostilidad hacia La Habana y Caracas, y subestimó la presencia y el trabajo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) en el ámbito europeo, donde apoyó el diálogo crítico con Cuba, pero advirtió a sus interlocutores que no se trataba de elegir entre un presidente norteamericano y "una democracia de partido único".
"Los cubanos sufren la dictadura más antigua de América y Europa no debe alinearse con los verdugos, sino con las víctimas de 61 años de castrismo", transmitieron Elena Larrinaga, Alejandro González Raga y Yaxys Cires Dibb a sus interlocutores europeos, que acabaron reaccionando y pidiendo explicaciones a La Habana sobre el caso Ferrer y otros 120 presos políticos.
Otro síntoma del desprecio castrista a Europa y Naciones Unidas fue la designación de una burócrata joven, educada y mentirosa, Heidy Villuendas, diplomática de tercera categoría, para responder al sensato y medido discurso del OCDH en el foro humanitario y en los pasillos y salas de reuniones.
Europa y Naciones Unidas, con sus gestos frente a las dictaduras castrista y chavista, no solo reconocen el acierto en la moderación del Observatorio de Derechos Humanos, sino que lanza un aviso para navegantes castristas y anticastristas que no se va a alinear con posturas extremistas, como empieza a ocurrir en la carrera electoral norteamericana y como vienen padeciendo Cuba y Venezuela.
Bruselas acaba de abrir una puerta a un espacio que -de momento- sigue vacío en la oposición cubana: El centro, donde siempre es complicado y caro situarse; pero merece la pena porque es la opción más viable frente a la sinrazones tardocastrista y anticastrista.
La efectividad en la oposición anticastrista pasa por un escenario de moderación activa, de diálogo multilateral con todo el espectro político internacional, de presencia permanente al lado de los cubanos empobrecidos y la identificación de posibles interlocutores en la grisura aparencial del tardocastrismo, donde los moderados nadan y guardan la ropa hasta que escampe.
La Habana andará sopesando si movilizar a Elpidio Valdés por el Comité Militar o lamentar la injerencia extranjera en la soberanía nacional, asumiendo pose de ofendida; pese a que lleva años entrometiéndose y manipulando la soberanía venezolana, por ejemplo.
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