Cuatro buques petroleros partieron desde el Complejo Refinador de Amuay, ubicado en la península de Paraguaná, en el estado de Falcón, con dirección a los puertos de La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba, según denuncian diversas fuentes venezolanas.
La información fue primero difundida en la cuenta de Twitter del dirigente petrolero Carlos Ortega, expresidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, que mostró fotografías de documentos en donde aparecen reseñadas las transacciones.
Según el medio independiente El Pitazo, que cita fuentes de la industria petrolera, los buques fueron el navío de bandera cubana, B/T Alicia, que cargó 24.446 toneladas netas y 30.971 toneladas brutas de gasoil; el Esperanza, que se abasteció con Uvgo, un residuo de las plantas de destilación al vacío y que es un componente que se utiliza para hacer funcionar plantas catalíticas; el buque Petión, también de bandera cubana, que cargó Fuel Oil, y el Carlota C, salió de Amuay en la mañana del 30 de marzo según marinetraffic.com, cargado de kerosene.
De acuerdo a documentos que se filtraron desde Petróleos de Venezuela, la cifra total de carga fue de 380.000 barriles, aunque es probable que el volumen de lo exportado sobrepase los 500.000 barriles, pues la subfacturación es una práctica habitual en los envíos de petroleo y sus derivados desde las refinerías venezolanas hacia la isla.
"Las prácticas de subfacturación permiten a funcionarios de los dos países hacerse de unas ganancias destinadas directamente a sus bolsillos", ha denunciado en el diario ABC el columnista Miguel Henrique Otero. "También aquí, como en absolutamente todos los ámbitos de actuación de los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, la corrupción opera en contra de intereses esenciales de la sociedad venezolana y, también en este caso, de la sociedad cubana", asegura.
"Mientras en nuestro país diariamente miles de venezolanos padecen y hasta pacientes mueren por falta de combustible, Maduro prefiere hoy enviar un cargamento de gasoil a Cuba", denunció por su parte Julio Borges, representante diplomático de Venezuela ante el Grupo de Lima designado por el presidente interino Juan Guaidó.
Los nuevos envíos se producen en medio de un clima de tensión que ha llevado a Estados Unidos a anunciar un despliegue naval frente a costas venezolanas como parte de sus operaciones antinarcóticos en el Caribe, luego de que el dictador Nicolás Maduro rechazara una propuesta del Departamento de Estado norteamericano para una transición democrática en Venezuela, que le exigía hacerse a un lado junto con el presidente interino Juan Guaidó, y celebrar nuevas elecciones en un plazo de 6 a 12 meses.
El propio presidente de EE.UU. Donald Trump informó que se estaban desplegando acorazados de la Marina, embarcaciones de combate, helicópteros, lanchas guardacostas aviones de patrullaje de la Fuerza Aérea y fuerzas de la Brigada de Asistencia de la Fuerza de Seguridad del Ejército norteamericano y aseguró que "no toleraremos que Maduro obtenga ganancias del narcotráfico".
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