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Fraude masivo en una OFICODA y bodegas de Villa Clara

Los implicados en el supuesto fraude crearon una red de consumidores falsos.

Central "Panchito Gómez Toro" y parte de su batey, en Quemado de Güines, Villa Clara © Vanguardia
Central "Panchito Gómez Toro" y parte de su batey, en Quemado de Güines, Villa Clara Foto © Vanguardia

Este artículo es de hace 3 años

Empleados de la Oficina de Control para la Distribución de los Abastecimientos (OFICODA) y bodegueros de Quemado de Güines, permanecen detenidos y/o a la espera de juicio por un supuesto fraude masivo de creación de núcleos familiares ficticios, incluidos 56 menores de un año, para apropiarse de los alimentos y artículos y revenderlos en el mercado negro, reveló a CiberCuba una fuente del Ministerio del Interior.

Un grupo de funcionarios de la OFICODA quemandense, en coordinación con administradores y dependientes de bodega, crearon falsos núcleos de consumidores que registraron oficialmente y asignaron a diferentes tiendas de alimentos, donde se apropiaban de las cuotas racionadas y subsidiadas por el estado para revenderlas, creando una red donde todos los implicados ganaban dinero, precisó la fuente.

"El fraude más escandaloso se produjo en el batey del central azucarero Panchito Gómez Toro (antiguo ingenio San Isidro), donde los implicados crearon falsos núcleos de consumidores con 56 menores de un año, que reciben -entre otras- una cuota mensual de tres kilogramos de leche en polvo, a precio subsidiado por el estado", comentó el oficial del MININT, que no está relacionado directamente con la investigación policial en curso.

"En el caso del Panchito (central azucarero) funcionarios de la OFICODA de Quemado de Güines y los bodegueros del batey se apropiaban mensualmente de 168 kilogramos de leche en polvo que, en la calle, tienen un valor de unos diez mil pesos cubanos", aseguró la fuente, que cifró en 60 pesos el precio de venta de un kilo de leche en polvo, en la bolsa negra en esa zona del norte de Villa Clara.

En La Habana, el kilo de leche en polvo está en 100 pesos, pero allá (Villa Clara) los precios son menores, indicó el oficial del MININT que se mostró "dolido" porque pasen estas cosas en Cuba, y aclaró que es un fraude que vendría sucediendo desde época anterior a la epidemia de coronavirus.

Hasta ahora, permanecen detenidas 18 personas en el Órgano de Instrucción Policial (DTI) de Villa Clara, entre jefes y empleados de la OFICODA y bodegueros de Quemado de Güines, otros implicados están en sus casas, pero sujetos a diferentes medidas cautelares, mientras "continúan las investigaciones para definir el alcance total de la red", precisó.

La falta de recursos tecnológicos en las Oficodas ha sido un factor determinante como facilitador del fraude porque "no tenemos un sistema informático de registro de consumidores y los controles se llevan a punta de lápiz en esas oficinas, donde pueden alterarse datos sin posibilidad real de verificarlos", aseguró la fuente, que no descartó ocurran hechos similares en otras zonas de Cuba.

"Los cubanos recibimos siete libras mensuales de arroz, un poco menos de azúcar blanca y prieta, medio litro de aceite cada dos meses, pastas, huevos y algo de pollo; yo sé que eso no es nada en comparación con otros países, pero calcula cuánto sería el daño económico si varias Oficodas del país crean 100 consumidores falsos, por ejemplo", se preguntó el alto oficial.

Hasta el momento de redactar esta nota, los gobiernos de Cuba, Villa Clara y Quemado de Güines mantienen silencio sobre el caso, pese a que es motivo de rumor popular desde hace varios días en esa villa costera de unos 22 mil habitantes, según cifras oficiales.

Los medios estatales nacionales y provinciales y los perfiles sociales de periodistas a sueldo del régimen castrista no han informado sobre un hecho que ha conmocionado a esa zona del centro de Cuba.

CiberCuba intentó obtener algunas reacciones de funcionarios del partido comunista y el gobierno municipal y de quemadenses; pero en ningún caso obtuvo respuesta.

Los dirigentes no contestaron llamadas ni correos electrónicos y los vecinos respondieron con amabilidad y dos excusas: esto no es fácil, y esa gente estaba luchando, yo nunca les compré nada, porque gracias a Dios no lo necesito, pero no me ponga en su periódico porque ustedes son contrarrevolucionarios.

Abogados miembros de la Red de apoyo al Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) en la isla, dijeron -sin conocer el caso en detalle- que el delito que deben estar imputando es el de Falsificación de documentos bancarios y del comercio que, en su tipo básico, la sanción es de tres a ocho años; pero si la infracción la comete un funcionario con abuso de sus funciones, la sanción puede aumentar hasta los doce años de privación de libertad.

El tipo legal del posible delito cometido por funcionarios de la OFICODA, bodegueros y tenderos de Quemados de Güines, está contemplado en el artículo 251 del Código Penal vigente, precisaron.

Otra "adecuación técnica" es que si el delito es de carácter continuado, el mínimo de la sanción se aumenta una cuarta parte y el máximo en la mitad. Por tanto, los tres años de pena mínima pueden elevarse a entre cinco y siete años de cárcel y los doce de máximo pueden llegar a dieciocho, explicaron los abogados.

En este caso concreto, el Tribunal Provincial de Villa Clara, podría dictar sentencias con su arbitrio, que estará influido por la propia entidad de las ilegalidades cometidas, el daño económico causado, la responsabilidad de cada uno de los encausados y los "aires políticos que soplen", lo que hace pensar en el máximo rigor posible, comentaron.

Los implicados de la OFICODA de Quemado de Güines serían condenados a entre doce y dieciocho años de cárcel porque son los diseñadores del supuesto delito y porque sin ellos no habría sido posible cometer el posible fraude, calcularon.

Los bodegueros podrían recibir penas de entre tres y siete años y medio de prisión porque sería la comisión de un delito de manera continuada; salvo aquellos que hayan entrado tarde a la supuesta red de fraude, que calificarían para condenas de entre dos y cinco años, detallaron.

La política penal cubana es grave con delitos de drogas, violación de menores y todo lo que implique a la economía, por tanto, si el juicio lo hicieran la semana que viene, "les va a caer la de Dios, pero como son muchos implicados, debe demorar la instrucción del expediente", dijeron los abogados vinculados al OCDH.

"Quizá sería oportuno que un fiscal, actuando con apego a la ley, abriera diligencias contra el Ministerio de Comercio Interior y los responsables del sistema de OFICODAs, que habría contribuido al supuesto fraude", apuntó uno de los consultados.

"Si se prueba que esa gente estaban lucrando con los féferes y la libreta, lo van a pasar mal porque son temas sagrados ahora mismo en Cuba (...) la gente debería saber que a quien cojan vendiendo un saco de arroz de la cuota, que se olvide de la playa una buena temporada (...) la cosa está mala y se pondrá peor, contar los chícharos es cuestión de patria o muerte para el gobierno, subrayó.

La instrucción policial en Cuba tiene un marcado carácter acusatorio, no es muy profesional y cada vez tiene menos expertos porque los viejos del MININT se jubilaron, pero ese handicap no será tenido en cuenta por el tribunal que les va a pasar la cuenta a los oficoderos y bodegueros, sin contemplación, aseveró.

"En Cuba no hay seguridad jurídica, recuerda lo que contamos sobre los presos preventivos, y el gobierno está nervioso con las tensiones que generan la escasez; pero no hay que engañarse, ahora la represión es muy dura, pero más sutil que en los tiempos de Abrantes (José, fallecido ex ministro de Interior) que era muy aparatoso como aquel caso del administrador de la heladería Ward", concluyó.

El 28 de abril, el Tribunal Municipal de Quemado de Güines sentenció a ocho años de cárcel a un hombre, que no identificó, por haber agredido a miembros de la policía con un machete, tras haber sido multado con tres mil pesos por no usar nasobuco.

Quemado de Güines ocupa el lugar 17 en la clasificación por antigüedad de los pueblos cubanos, al ser fundado en 1667, siendo la segunda villa más vieja de la actual provincia de Villa Clara, por detrás de San Juan de los Remedios, fundado en 1513.

La producción de azúcar, ganadería, el tabaco y otras actividades agrícolas son las principales actividades económicas del municipio, que tiene tres tiendas de venta en divisas extranjeras y, hasta 2003, tuvo dos centrales azucareros: Panchito Gómez Toro, donde ocurrió parte del fraude en la venta de alimentos racionados, y José René Riquelme.

Quemado de Güines cuenta con una apreciable colonia de flamencos rosados en Las Picúas-Cayo Cristo, con diez mil ejemplares adultos, según datos oficiales de los gestores de una zona de especial protección ecológica, llamada Carahatas.

El pueblo ha sido cuna de cubanos reconocidos como Osvaldo Farrés, (compositor), Juan García Murciano (pintor), Enrique Núñez Rodríguez (escritor), Julito Martínez (actor), Víctor Bordón (comandante del Ejército Rebelde), Alejo O'Reilly (pelotero) y Carlos Fundora (humorista), entre otros.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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