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Prensa oficialista reconoce que el abastecimiento es la solución definitiva al problema de las colas en Cuba

Esto supone un giro en el argumento oficialista de que la escasez en los mercados tiene como principales responsables a los llamados revendedores.

Una cola para comprar en Santa Clara, en la que se ven varios ancianos, un sector vulnerable a las complicaciones de salud por coronavirus. © Cubadebate
Una cola para comprar en Santa Clara, en la que se ven varios ancianos, un sector vulnerable a las complicaciones de salud por coronavirus. Foto © Cubadebate

Este artículo es de hace 3 años

Un reportaje en el portal Cubadebate señala el abastecimiento como la causa fundamental de las aglomeraciones o colas de personas en los mercados, un problema de largos años con el que la isla ha tenido que lidiar aun en medio de la crisis sanitaria del coronavirus.

Esto supone un giro en el argumento oficialista de que la escasez en los mercados tiene como principales responsables a los llamados revendedores, es decir, las personas que a veces de maneras sinuosas e irregulares compran mercancías en grandes cantidades para luego venderlas a otro precio.

Pero ahora el material de Cubadebate saca otras conclusiones quizás más aterrizadas sobre el asunto. “No hace falta preguntar demasiado para encontrar la solución definitiva al problema de las colas y los revendedores: abastecimientos”, expone.

“Sin dudas es el camino, aunque transitarlo con éxito tiene poco de sencillez e ingenuidad”, apunta.

“Dejémoslo claro: en un contexto marcado por el el creciente y lacerante daño del bloqueo estadounidense, el impacto financiero de la COVID-19, las insuficiencias productivas de nuestra economía, la corrupción, y la burocracia, aspirar a tener de la noche a la mañana tiendas repletas de productos significa un espejismo. En tal sentido, ahora se trata de optimizar los recursos y distribuirlos de la mejor manera posible”, admite el autor del texto.

También recuerda palabras de una funcionaria en el espacio de la Mesa Redonda, las cuales planteaban que la situación de escasez no surgió con el nuevo virus, solo se agudizó con él.

“¿Qué hacer para que más personas accedan a los productos? ¿Cómo evitar que coleros y revendedores se conviertan en un gran peso para un mercado impedido de suplir la demanda? ¿Es posible optimizar la distribución de los recursos disponibles?”, son preguntas expuestas en el reportaje, para las que el autor sugiere que las respuestas son múltiples.

“La primera es quizás la más popular: vender todas las mercancías a través de la libreta de abastecimientos. Quienes defienden esa idea basan sus argumentos en dos puntos fundamentales: la equidad y la amplia red de esos establecimientos en toda Cuba. A fin de cuentas, el país tiene más de 12 700 bodegas frente a casi 3500 tiendas Caribe y CIMEX. En otras palabras, existen casi 4 bodegas por cada punto de venta de esas cadenas”, detalla.

“En todo este asunto una verdad sobresale: las colas y las ilegalidades en ellas son consecuencia del desabastecimiento como problema mayor”, asegura.

La figura del “colero” ha surgido en los últimos tiempos como un problema a resolver en el país, pues generan una especie de mafia de la que se acaban beneficiando unos pocos. “Donde caen uno, caen 20, en la misma cola tres cuatro y cinco veces, y lo que hay se lo llevan ellos. Y las demás personas solo están sufriendo”, opinó a Cubadebate un entrevistado.

De cualquier modo, las grandes aglomeraciones continúan siendo una escena común en el paisaje urbano de las ciudades. Recientemente, un reconocido psiquiatra cubano denunció las condiciones a las que se debían someter las personas en la isla solo para adquirir lo más elemental.

El especialista se refirió al caso particular de un policlínico en Bayamo, provincia de Granma, donde se concentró una gran multitud compuesta por trabajadores del sector de la salud, con el propósito de comprar alimentos y otros productos básicos en una venta al personal del centro.

“Esta es la ineficiencia socialista en la que hay que hacer esa cola para comprar, a un elevado precio, un poco de comida, cumpliendo el principio socialista de ponerte la vida difícil”, expresó.

“Consumir lo que ellos no consumen, hacer enormes colas y formar molotes de personas fajándose para alcanzar lo que se está vendiendo son estrategias socialistas para degradar la personalidad. Yo prefiero no comer, antes que hacerles el juego”, añadió en otra publicación.

Si bien el gobierno insiste en que la carestía general que afronta Cuba es parte del embargo estadounidense contra el régimen de La Habana, no pocos piensan en la incapacidad de la administración del archipiélago para hacer frente a una crisis que lleva décadas incidiendo en la vida cotidiana del país.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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