Bronia Sánchez Sáez (13 de agosto de 1980) creció en una familia feliz sin sospechar que el hombre que la crió no era su papá biológico. Hoy busca a su verdadero padre, que podría estar en Estados Unidos tras haber abandonado la Isla por el Mariel, en 1980. Se llama Arnaldo Rodríguez González y tiene otros dos hermanos, uno de ellos, llamado Reinaldo. Los tres se fueron de Cuba en la misma fecha.
Ella no tiene quejas de su padrastro, pero admite que al cumplir 15 años la asaltaron las dudas. "Yo vivía súper orgullosa de que mi papá vivía conmigo. Yo no sabía lo que era un padrastro porque, de verdad, quien me crió me trató como un padre".
Fue por esa época cuando Sánchez Sáez empezó a notar que su papá tiraba más para su hermana y esto la llevó a cuestionarse, por ejemplo, que los apellidos que ella tenía en la libreta de abastecimiento fueran los mismos que los de su madre. "Cada vez que le preguntaba a mi mamá me decía que eso era un error de la Oficoda".
Así fue pasando el tiempo hasta que un 13 agosto ella celebró su cumpleaños y su papá no fue a verla. "Estaba bravo porque yo tenía un noviecito". Pero esta explicación no la convenció y ella preguntó a su mamá y fue entonces cuando le contó la verdad: "El problema es que Modesto no es tu papá", le dijo.
Esa noche, su mamá, Juana Josefa Sáez Romero, conocida como Josefina, le contó que su papá se había ido para Estados Unidos cuando ella estaba embarazada y nunca supo nada más de él. "Eso, en plena adolescencia, me derrumbó por completo. No te puedes imaginar todo lo que pasó por mi mente", explica a CiberCuba.
Corría el año 1995 y por aquella época no había internet en Cuba. A Bronia Sánchez Sáez le daba pena preguntarle a su mamá por su padre porque cada vez que intentaba abordar el tema con ella, "como que se ponía molesta y no quería hablar".
Un día, su tío, José Pedro Sáez, le dijo que ella era idéntica a su papá; que se le parecía en los gestos y en la forma de hablar, sólo que su papá era más trigueño.
Fue en ese momento, cuando ella se enteró de que su papá vivía en Santa Clara y fue a trabajar a Bahía Honda cuando la 'limpia del Escambray'. Era un buen mecánico del central de Orozco, que siempre llevaba un sombrero de paño y se vestía al estilo cowboy. "Lo primero que me dijo es que era muy revolucionario y muy sociable".
De la relación con su mamá, sólo sabe que nunca oficializaron el matrimonio. Según testigos de lo ocurrido, él había ido al Mariel a llevar a un hermano suyo, pero estando allí los agredieron y él se montó también en el barco.
Nunca más se supo de él. Su hija ha puesto anuncios en Facebook y en cuantas páginas se le aparecen. Llamé a Sábado Gigante. He hecho de todo", dice Bronia Sánchez a CiberCuba.
Ella vive actualmente en Cienfuegos y cree que en Santa Clara le queda algún familiar de su papá, puede que un hermano mayor que ella, de 44 años, pero no lo conoce.
"Yo sé que mi papá tenía otros dos hermanos (uno llamado Reinaldo) y los tres se fueron (para EE.UU.). Él debe tener ahora 71 años y en el 80 debió tener 31".
Con su mamá, Bronia Sánchez nunca ha podido hablar sobre qué fue lo que pasó y por qué su papá no la quiso atender. Por amistades sabe que cuando era una niña, su papá intentó ayudar a su mamá, pero ésta no aceptó la ayuda por la situación política de aquella época. "Él sí sabe que yo nací. Sí sabe que yo existía, que existo, pero nunca he tenido vínculo con él".
Hace unos cuatro años, ella acudió a la Cruz Roja de Cienfuegos a pedir ayuda para localizar a su papá en Estados Unidos, pero le dijeron que no tenían permiso para contactar a la Cruz Roja de EE.UU. para localizar con tan pocos datos a una persona. "Ahí se me cayeron las alas y no hice más nada", confiesa.
"Tengo cuarenta años y quiero conocerlo para saber su verdad. Quiero saber por qué nunca me atendió. No es atenderme económicamente. Es saber por qué se fue; por qué mi mamá no me habla de él", dice completamente rota.
Bronia Sánchez tiene muy pocos datos que le puedan ayudar a localizar a su papá. Pero quizás sirva de referencia saber que cuando ella nació en Orozco, Bahía Honda, su mamá, Josefina, era maestra; tiene un hermano jimagua llamado Pepe y ya tenía un hijo varón, chiquito. De su padre no tiene fotos, sólo sabe que se llama Arnaldo Rodríguez González y que al llegar a EE.UU. se quedó en Fort Chaffee en la casa de Ana Laordes Ferrego.
El caso de esta cubana no es un hecho aislado. Varias familias se han puesto en contacto con CiberCuba en los últimos días buscando a familiares con los que perdieron contacto y que radican en la Isla o en Estados Unidos.
Es el caso de Ada Alfonso, que tras publicar su caso en este periódico, encontró a sus familiares en Santa Clara, luego de muchos años sin saber de ellos.
A Alfonso no sólo la contactó un sobrino desde Cuba, sino también recibió el apoyo de un lector que encontró los nombres a los que ella se refería en la base de datos de ETECSA.
En igual situación está Vidalina Sánchez Góngora, una santiaguera de 70 años, residente en Cuba. Su único hijo, que vive y trabaja en Surinam, se puso en contacto con CiberCuba para encontrar en Estados Unidos a sus primos maternos Ramón Rodríguez Sánchez, Alfredo Rodríguez Sánchez, Dolores Rodríguez Sánchez e Idailsa Rodríguez Sánchez, de los que no sabe nada desde hace medio siglo.
También Mercedes Fuentes Rodríguez una cubana de 51 años, que vive en Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos, busca a su hermano por parte madre Raúl Pérez Rodríguez, que se crió con la abuela materna de ambos, Julia Moreno Riso y que salió de Cuba por el Mariel en 1980.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (4)Archivado en: