Máximo Omar Ruiz Matoses, exteniente coronel de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior (MININT) de Cuba aseguró a CiberCuba que los incidentes acústicos que causaron problemas de salud a 26 funcionarios de la embajada norteamericana en La Habana, fueron técnicamente reales.
Ruiz Matoses, quien cumplió veinte años de prisión en la Isla por pedir la jubilación de Fidel y Raúl Castro, conversó con ‘Las mañanas de CiberCuba’ acerca del llamado “Síndrome de La Habana”, que afectó seriamente primero a diplomáticos de Estados Unidos y luego a los de Canadá, dos países miembros de la OTAN, que constituyen objetivos prioritarios de los servicios de inteligencia de Cuba.
“Es sabido que la técnica operativa, que es la encargada con sus distintos departamentos de aplicar, todo funcionario de la OTAN que sirva en la República de Cuba, en especial, Estados Unidos y Canadá”, dijo.
“En este caso, por algún lugar saltó la aplicación esta que se la hicieron, que para mi apreciación técnica, es un nivel de irradiación no ionizante muy poderoso, que nunca debió aplicarse y que sí, es dañino para las personas”, agregó.
Según explicó Ruiz Matoses, cuando esta irradiación sobrepasa un nivel determinado, la relación de absorción específica en watts por el cuerpo humano, empieza a introducir calor.
“O sea, la energía electromagnética se transforma en energía calorífica en distintas partes del cuerpo humano, y como consecuencia trae fuertes dolores de cabeza, mareos, se desestabiliza el ser humano. Esto a mi parecer fue lo que pasó, en este caso, en Cuba y a los funcionarios estadounidenses en específico”, subrayó.
“¿Por qué a ellos? Se puede abordar desde distintos puntos de vista el por qué precisamente a ellos con todas estas secuelas médicas. Puede haber sido una metida de pata de los que manipularon estos equipos, que yo los conozco, conocí algunos de estos equipos en mis tiempos”, precisó.
Recientemente la administración de Joe Biden nombró a la embajadora Pamela Spratlen como asesora principal de alto nivel para buscar una respuesta definitiva a los ataques acústicos que sufrieron los diplomáticos estadounidenses en La Habana entre 2016 y 2017, que llevaron al gobierno de Donald Trump a reducir su personal diplomático en la capital cubana.
El Departamento de Estado puso a Spratlen al frente del Grupo de Respuesta a Incidentes Sanitarios, creado en mayo de 2018 para indagar sobre estos hechos, y que investiga además los daños cerebrales y auditivos que padecieron funcionarios norteamericanos en las sedes diplomáticas de Rusia y China.
“La selección de la embajadora Spratlen nos ayudará a avanzar en la solución de este problema allí donde afecte al personal del Departamento y a sus familias. Ella agilizará nuestros esfuerzos de coordinación con la comunidad de nuestras agencias e instituciones, y reafirmará nuestro compromiso de asegurarnos de que los afectados reciban la atención y el tratamiento que necesitan”, dijo en un comunicado Antony Blinken, secretario de Estado.
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