Agentes de la Seguridad del Estado prohibieron, por tercer día consecutivo, salir de su casa a la reportera de CiberCuba Iliana Hernández.
Iliana transmitió un video en vivo para CiberCuba donde muestra la vigilancia policial en las afueras de su vivienda, incluyendo un agente vestido de civil, y una patrulla de la policía nacional con el número 635.
Hernández denunció que la intensa vigilancia y acoso policial a la que ha sido sometida durante los últimos meses han limitado su vida personal, pues si “yo quisiera visitar a una amistad el domingo, me secuestrarían al llegar a la esquina”, dijo.
La reportera insiste que sus directas tienen el objetivo de mostrar que en Cuba “violan los derechos humanos”, y mostrar la represión que sufren los activistas, a pesar de no haber cometido ningún delito.
En la jornada del 8 de abril, un día antes de estos últimos tres de vigilancia constante, Hernández fue arrestada por la policía mientras caminaba con sus amigos por la calles Obispo, en La Habana Vieja.
"Lo que yo no entiendo es si vamos caminando tranquilos, haciendo turismo por la Habana Vieja, ¿por qué vienen a pedirnos la documentación a nosotros si hay montones de personas aquí?", cuestionó Iliana, a quien montaron en una patrulla junto con sus amigos sin motivo alguno.
El 10 de abril, tras dos días de vigilancia, la reportera decidió enfrentar a sus represores y los encaró diciéndoles “que luego no quieren estar en la lista de los violadores de los derechos humanos”, a pesar de la represión injustificada.
Este domingo, varios activistas y periodistas independientes amanecieron sitiados, entre ellos la periodista de 14 y Medio, Luz Escobar y la rapera y poeta África, mientras que en Santiago de Cuba la policía le ha cortado el internet y la telefonía a la sede la Unión Patriótica de Cuba.
Aunque estas acciones represivas no tienen un motivo específico, la Seguridad del Estado utiliza esta tipología represiva para reducir la movilidad de los activistas y aumentar la percepción de riesgo en su vidas y la presión psicológica.
Así mismo, intentan aislar a los opositores del resto de la ciudadanía, temiendo el carisma y los seguidores que estos puedan despertar entre el pueblo.
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