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Desprestigio tardocastrista y Día de las Madres precipitaron acción policial contra Otero Alcántara

Pocas veces un parte médico que refiere "innanición voluntaria referida" resultó tan demoledor para la ética médica cubana, que pone en duda la huelga de hambre de Otero Alcántara, aclarando que el ayuno es voluntario y referido por el paciente, "quien arribó en transporte sanitario, en estado consciente, y deambulando sin dificultad".

Luis Manuel Otero Alcántara © Facebook / Otero Alcántara
Luis Manuel Otero Alcántara Foto © Facebook / Otero Alcántara

Este artículo es de hace 2 años

El desprestigio del tardocastrismo ante el mundo y la proximidad del Día de las Madres, que se celebra el próximo domingo en Cuba, precipitaron la acción policial contra Luis Manuel Otero Alcántara, llevado al hospital "Calixto García", tras la irrupción de militares en su casa, donde había desafiado a la dictadura con una huelga de hambre de más de una semana.

La casta verde oliva y enguayaberada volvió a equivocarse en sus cálculos y no aquilató los desgastes político interno y externo que sufre con la imagen de un cubano pacífico, empobrecido y agredido reiteradamente por las fuerzas represivas y la prensa a sueldo del partido comunista.

Pocas veces un parte médico que refiere "innanición voluntaria referida" resultó tan demoledor para la ética médica cubana, que pone en duda la huelga de hambre de Otero Alcántara, aclarando que el ayuno es voluntario y referido por el paciente, "quien arribó en transporte sanitario, en estado consciente, y deambulando sin dificultad".

¿Qué sentido tiene trasladar a un cubano en ambulancia -con lo escasas que están junto con el combustible- estando aparentemente sano, sin "signos de desnutrición y parámetros clínicos y bioquímicos normales"? y menos aún, llevarlo "al amanecer", como si se tratara de un asunto de vida o muerte; cuando lo sensato era que acudiera por sus propios medios a una hora más apropiada y tras el cambio de turno que refresca al personal sanitario.

Pero el celo médico es tal que "como establece el protocolo de atención médica para COVID-19, se le realizó test de antígeno, con resultado negativo, y se tomaron muestras de PCR, pendiente de resultado". Dos pruebas caras e innecesarias a juzgar por el buen estado general de Luis Manuel Otero Alcántara que -desde su arribo a la institución, y durante todo el proceso- "se ha mantenido cooperativo con el personal de salud que lo atiende" y decide dejarlo ingresado en observación, "a partir de los motivos referidos que lo hicieron arribar a la institución".

¡Que raro!, pese a que los médicos no encuentran malestar alguno en el paciente llegado en ambulancia, asumen su relato y lo hospitalizan. ¿Podría el ministro de Salud Pública de Cuba facilitar el dato del costo de un paciente/cama/día? Igual esos facultativos están despilfarrando los escasos recursos estatales en tiempos de coronavirus.

Con médicos como el equipo directivo del "Calixto García" está asegurada la continuidad tardocastrista como potencia médica, que alquila al mejor postor sus profesionales sanitarios, a los que luego despoja del 75% de sus salarios; pero imaginemos el alborozo de gobiernos extranjeros al enterarse que los facultativos cubanos son tan excelsos que examinan e ingresan hasta personas sanas; ni el revolucionario Hipócrates se atrevió a tanto.

La desventaja de copiar partes médicos, al dictado de la Seguridad del Estado para intentar desacreditar adversarios, es que el firmante acaba haciendo el ridículo mundial, aunque esta vez haya que agradecer la minuciosa aunque contradictoria descripción del estado de salud de Luis Manuel Otero Alcántara.

El próximo domingo, Cuba celebra el Día de las Madres, que será el primero que Luis Manuel pasará sin la compañía de su mamá, Vivian del Carmen Alcántara Carbonell, fallecida a los 57 años, a causa de una cirrosis hepática que le provocó un fallo multiorgánico, en enero, y las autoridades tendrían muy difícil que -aún debilitado- su hijo no intentara llevarle unas flores a su tumba, o peor aún, muriese en el intento.

Peticiones del gobierno norteamericano, el Parlamento Europeo, Amnistía Internacional, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) y ex militares objetores de conciencia acabaron cercando al gobierno cubano, que sigue empeñado en mostrar su incapacidad y emular al capitán del Titanic, que desoyó los avisos de iceberg en la travesía.

Muchos cubanos desconfían del gobierno de Miguel Díaz-Canel Bermúdez y no se tragaron las mentiras de la televisión oficial sobre la huelga de hambre de Otero Alcántara, que consiguió poner en aprietos al tardocastrismo por su torpeza de destruir y/o secuestrar la obra del líder del Movimiento San Isidro, una salvajada devenida boomerang y que solo perseguía provocar la ira y desafiar al despojado, que se mantiene en sus pacíficas trece.

¿Aceptó Otero Alcántara el rescate de sus carceleros? ¿A qué hora se produjo la irrupción policial? ¿Solicitó el huelguista en estado de inanición una ambulancia y su traslado a un hospital? ¿Qué leyes cubanas amparan al estado y a los ciudadanos en este tipo de situación?

Luis Manuel reiteró en sus directas que apostaba por la vida y que solo concebía su muerte como una ofrenda a la libertad de Cuba; cualquier intento de la dictadura por escamotear el valor simbólico de su huelga de hambre, aún cuando reconociera que aceptó una solución policial-sanitaria al conflicto, solo sepultaría en el lodo a los agitadores de la nefasta disyuntiva de patria o muerte, impotentes ante un mulato empobrecido, pero colmado de sensibilidad, luz, patria y vida.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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