La activista e historiadora del arte, Anamely Ramos, expresó su dolor por no poder estar junto a Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro (MSI), quien agoniza en soledad reclamando sus derechos a través de una huelga de hambre y sed que ya dura una semana.
A pesar de la determinación del artista, quien la ha dejado patente ante los que se han podido comunicar con él, Ramos no pierde las esperanzas en una solución del conflicto o compromiso que permita a su amigo seguir viviendo.
“Voy a comprar un Cristo así para ti, porque sé que podré regalártelo. Diera todo por estar allá contigo, pero no puedo. A estas alturas sólo puedo decir que seguiré dando todo y no perderé la fe. Es justo lo que hacemos. Es justo y necesario”, manifestó la activista en un post publicado este domingo en su página de Facebook.
Cercado por la policía, impedido de asistencia e incomunicado, el artista permanece en su domicilio de la calle Damas 955 y mantiene sus exigencias a pesar de encontrarse al borde del colapso de su organismo por los efectos de la desnutrición y la deshidratación, que podrían provocarle un fallo multiorgánico de no deponer la huelga en las próximas horas.
La gravedad del momento mantiene en vilo a miles de cubanos que siguen con dolor e indignación el curso de los acontecimientos, y que no se explican el encarnizamiento del régimen contra un activista pacífico.
La solidaridad con Otero Alcántara ha dejado imágenes inéditas como la protesta este viernes de un grupo de jóvenes activistas cubanos que se manifestaron en la calle Obispo de La Habana, exigiendo que les dejasen pasar el cerco y verse con el líder del MSI. La represión desatada contra los manifestantes fue condenada por otros muchos cubanos que gritaron Patria y Vida durante la violenta actuación policial.
Vecinos del barrio San Isidro permanecen en alerta frente al domicilio del artista, temiendo el allanamiento del domicilio de Otero Alcántara por parte de la Seguridad del Estado y su traslado hacia dependencias policiales sin garantías para su salud y su integridad física.
La movilización de los residentes de la barriada es una de las mayores preocupaciones del régimen, luego de los sucesos del pasado 4 de abril, cuando vecinos de San Isidro enfrentaron a la policía, haciendo fracasar la detención del rapero Maykel Osorbo y celebrando luego en la calle cantando Patria y Vida y otros temas de carácter contestatario.
"La cosa se está calentando en San Isidro. El llamado es a ir para San Isidro. Hay que acabar de romper ese cerco y hacer valer los derechos de las personas de Cuba", convocó Ramos este sábado a través de una directa de Facebook. "No tenemos garantía de que le hagan un bien a Luis Manuel", añadió.
Acuartelada en San Isidro en los días de noviembre en que varios integrantes del MSI realizaron una huelga de hambre exigiendo la liberación de Denis Solís, la activista teme que la Seguridad del Estado actúe como aquella vez, allanando el domicilio del artista y llevándoselo por la fuerza para desarticular violentamente la protesta.
Desde aquellos eventos, Otero Alcántara ha sido hostigado a diario por los represores del régimen, quienes lo obligan a permanecer en su domicilio sin orden judicial alguna, lo arrestan cada vez que sale, lo encierran en calabozos, es interrogado, amenazado y torturado psicológicamente en cada ocasión que lo detienen.
El allanamiento a su casa el pasado 16 de abril, en el que, junto a la artista Áfrika Reina fue detenido con violencia y una tromba de represores arramplaron con su obra -provocando destrozos en las mismas-, sumado a las amenazas de muerte sufridas en el calabozo por dos “delincuentes” durante su última detención, desencadenaron la decisión de la huelga de hambre y sed.
No obstante el agravamiento de sus signos vitales, Otero Alcántara mantiene sus exigencias para deponer la huelga se mantienen: el cese de la represión, el levantamiento del cerco y la vigilancia policial y la recuperación de sus obras junto con la correspondiente compensación por los daños ocasionados.
“Es justo y necesario”, considera Ramos en el post dedicado a pedir una vez más responsabilidad ante la gravedad del momento, ante el cual se han pronunciado desde la administración Biden hasta ONG’s y organismos internacionales.
Con la imagen de una crucifixión hecha por artesanos, la publicación de la curadora dejó claro el dolor que siente de no poder estar junto al amigo y la esperanza de que la vida de Luis Manuel Otero Alcántara continúe iluminando el camino de quienes quieren un cambio y libertad para Cuba.
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