El artista cubano Alexis Valdés salió en defensa del derecho a manifestarse que deben tener los cubanos y criticó que las autoridades castristas lo impidan.
"Cuba defiende el derecho a la manifestación de todos los pueblos del mundo, menos el del pueblo de Cuba", escribió el humorista en su perfil de Facebook.
Tras publicar la reflexión varios internautas comentaron sobre el tema en apoyo al derecho a manifestarse dentro de la isla, como ocurre en otras naciones democráticas.
"Cuba es un país de otra dimensión, inexplicable e incomprensible, no hay ser humano que tenga un entendimiento claro de lo que es", escribió un usuario de la red social.
Otra persona dijo que las doctrinas implantadas por el castrismo permiten que el pueblo solo soporte y acepte. "No está permitido pensar diferente, menos protestar. Han limitado al ser humano a decidir, discernir, disfrutar, es hora de cambios por el bien de las nuevas generaciones", apuntó.
Por su parte otra persona que se conectó a Facebook calificó al régimen cubano como un hipócrita, porque "aparenta para el mundo que es un paraíso cuando en realidad es un infierno".
Alexis Valdés se muestra crítico con el acontecer político y socioeconómico de Cuba a través de publicaciones que no solo tienen una marcado discurso activista, sino que se mezclan con el humor y la ironía, lo que agradecen muchos de sus seguidores.
"La historia del dólar en Cuba en tres actos" fue un poema que publicó, inspirado en la medida del gobierno comunista de no depositar la divisa norteamericana en los bancos de la isla, hasta nuevo aviso.
"El dólar sí, el dólar no, que te lo quito, que te lo pongo, que lo elimino, después lo impongo" cantó el humorista a través de Cristinito, uno de sus personajes.
El artículo 56 de la Constitución cubana de 2019 establece que "los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley".
Sin embargo, cada vez que activistas y opositores se reúnen en espacios públicos para reclamar sus derechos, son acosados por los órganos represores del Ministerio del Interior y terminan detenidos en calabozos o con amenazas y actos de repudio.
Uno de los casos con mayor repercusión mediática es la del joven Luis Robles, detenido por pararse pacíficamente en el bulevar San Rafael, de La Habana, para exigir la liberación del rapero Denis Solís.
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