La curadora e historiadora de arte Carolina Barrero denunció que es víctima del acoso de la Seguridad del Estado las 24 horas del día.
"Yo no hablo con abusadores, acosadores, secuestradores", le dijo Barrera desde el balcón de su casa a un individuo que la vigila y graba desde la calle.
El intercambio de palabras entre la cubana y su represor ocurrió en la madrugada de este sábado y se pudo conocer a través de un video en vivo que se transmitió en Facebook, donde Barrero le reprochó al hombre que defienda un socialismo que masacra al pueblo tras las protestas pacíficas del 11J.
Barrero identificó al hombre como el agente Ramón y le acompañaban otras dos personas, como parte del acoso selectivo que la Seguridad del Estado comete contra activista, opositores y periodistas independientes.
La activista cubana se encuentra bajo arresto domiciliario mientras la investigan por el supuesto delito de clandestinidad de impresos, luego que distribuyera unas tarjetas con la imagen de José Martí en solidaridad con la protesta del 27N y en apoyo al Movimiento San Isidro.
"Tú ya me secuestraste, entraste a mi casa sin una orden judicial, te robaste cosas, todas las noches vienes a gritar, a amenazar, a querer chantajear. Vergüenza debería darle a la Seguridad del Estado", dijo.
Tras llamar al individuo "cínico, abusador y opresor del pueblo", Barrero denunció la vigilancia permanente que el estado cubano ejerce sobre ella y otras personas que se oponen al sistema comunista y defienden los derechos humanos de los ciudadanos.
La curadora de arte se mostró preocupada por los juicios sumarísimos y sin garantía de todos los derechos a los que someten a una parte importante de los manifestantes del 11J.
"De qué socialismos ustedes hablan, cuáles son las ideas que ustedes defienden, haciendo juicios sumarios colectivos donde no puede estar un abogado, con patrullas delante de casas de mujeres, acosándolas. ¿Qué clase de Revolución es esa?", mencionó.
Al igual que otro importante grupo de cubanos, Carolina Barrero permanece durante meses encerrada en su propio domicilio de La Habana por mostrar su inconformidad con el gobierno cubano.
Durante todos estos meses ha sido secuestrada varias veces por oficiales del Ministerio del Interior se ha visto afectada su relación familiar y personal e incluso faltó a una cita en la Fiscalía de La Habana donde recibiría información sobre su caso porque los policías no le permitían salir del domicilio.
Grupos no gubernamentales, como el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, denuncia que el arresto domiciliar y las viviendas sitiadas sin una orden judicial se convierten en una tendencia de la Seguridad del Estado para amedrentar a activistas, opositores y periodistas independientes, violando incluso la propia Constitución comunista de 2019.
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