El gobierno cubano convertirá las ruinas del edificio de la Aduana de La Habana en un hotel 5 estrella y una Terminal de cruceros.
La prensa oficialista indicó que esta obra de restauración patrimonial que realiza el Estado cubano pretende "impulsar y recuperar el turismo insular", pero evita hacer referencia al millonario coste de esta inversión en medio de la actual crisis que sufre el pueblo.
"Cuba con los hospitales colapsados por la pandemia y el Gobierno anuncia que el edificio de la antigua Aduana de La Habana será convertido en un hotel de lujo y complejo de cruceros. Ni rey sobre el derecho político, ni rey sobre la conciencia. Por encima del hombre, sólo el cielo", dijo una cubana en Twitter.
Prensa Latina evitó dar información sobre el coste de esta millonaria inversión que ya viene desarrollándose desde hace tiempo solapadamente.
La embarcación turística “Norwegian Sky”, propiedad de la compañía de cruceros Royal Caribbean, fue el último barco de su tipo que zarpó del puerto de La Habana. Ocurrió en 2019, tras la finalización del plazo otorgado por la administración de Donald Trump para que los navíos estadounidenses cesen sus operaciones en Cuba.
Todo parece indicar que las autoridades cubanas confían en que los cruceros volverán y que salvarán el turismo. Han previsto cambiar el uso del edificio, cuando en caso de producirse sus previsiones se deberían retomar las funciones originales para las que fue diseñado.
Sin embargo, lo convertirán en hotel 5 estrellas y lo nombrarán "Hotel Real Aduana". Aseguran que será una edificación con todas las características para "convertirse en el alojamiento más atractivo de la capital de Cuba".
El hotel será gestionado por Habaguanex y tendrá 55 habitaciones. Se incorporarán al complejo los tres viejos espigones, San Francisco, La Machina y Santa Clara.
El edificio es patrimonio cultural. Tiene grado II de protección, otorgado por la Comisión Nacional de Monumentos de Cuba. Esta característica hace que cualquier acción constructiva se encarezca porque se deben respetar aspectos de la estructura, materiales y diseño de la edificación, para preservar sus valores arquitectónicos.
La Aduana de La Habana se inauguró en 1914 y se extiende por 300 metros a lo largo de la Avenida del Puerto. Es una obra de Barclays Parson & Klapp. Su muelle estuvo operado por la compañía estadounidense Havana Docks Corporation.
Este impresionante edificio alojó originariamente oficinas de varias compañías, a la Aduana de La Habana, la Policía Marítima, Inspección General del Puerto y a la Capitanía del Puerto, entre otras instituciones del Estado.
La noticia de la restauración de este gigantesco edificio en ruinas, sale a la luz el mismo día en que una cubana reportó desde Cienfuegos el colapso de los servicios médicos.
En los hospitales cubanos no hay los recursos mínimos indispensables para atender a la población en la actual crisis del coronavirus. Los médicos no poseen el instrumental necesario para protegerse. Agosto es el mes que más muertes se han reportado desde que se inició la pandemia. A pesar de todo esto, el Estado prefiere destinar los recursos que posee para impulsar el turismo.
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