El opositor cubano Armando Abascal Serrano, detenido por su participación en las protestas del 11 de julio, denunció las pésimas condiciones que vivió durante el tiempo que estuvo en prisión.
Abascal, miembro del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, fue excarcelado el viernes pasado tras más de 45 días de injusto encierro, y ahora permanece en su casa en Matanzas bajo una medida cautelar de libertad condicional hasta que se le celebre un juicio por el supuesto delito de desorden público.
El activista fue arrestado en el poblado de Carlos Rojas, del municipio Jovellanos, y en todo el tiempo que estuvo privado de libertad pasó por dos centros penitenciarios.
Los primeros 15 días estuvo en la sede de Instrucción de la Seguridad de Estado, situada en el reparto Versalles, en la ciudad matancera, donde las celdas estaban tapiadas y el aire no circulaba de ninguna forma.
"Ocho hombres que teníamos que turnarnos para poder respirar por la parte inferior de la rejilla de la tapiada, porque las escotillas instaladas en el techo -que en su tiempo deben haber funcionado porque tenían extractores de aire- en este momento no funcionan", declaró a Martí Noticias.
Según el opositor, las autoridades penitenciarias no le entregaron el aseo que le envió su familia y permaneció todo el tiempo con la misma ropa.
"Estoy denunciando esto, porque yo no pensaba que en pleno siglo XXI las tapiadas siguieran en Cuba en esas condiciones infrahumanas. Allí los hombres estábamos bañados en sudor. Cuando llegaban las 3:00 de la tarde aquello se hacía irresistible, no se podía estar. Eso es salvajismo, terrorismo, es un abuso, asesinato lo que se comete en ese centro de operaciones de Versalles de Matanzas", denunció en un video enviado al portal Diario de Cuba.
Posteriormente Abascal Serrano fue trasladado a la prisión provincial Combinado Sur, donde se intoxicó por un brote de chinches que lo picaron y lo llenaron de ronchas.
"Nunca había visto ese insecto tan desagradable que está dentro de todos los calabozos y en los colchones, los presos no pueden dormir por la picazón y no hay medicamentos. Se suma, además, la situación del COVID-19 dentro de la prisión; la mayoría de los casos los están aislando en el mismo centro penitenciario sin las mínimas condiciones", aseguró.
Durante la estancia en prisión de Abascal, su esposa Ania Zamora y su hija Sissi Abascal fueron acusadas de desorden público por sumarse a las manifestaciones del 11 de julio en Matanzas.
"Nos dicen que estamos bajo un proceso investigativo por la manifestación del 11 de julio y nos hicieron varias preguntas, nos preguntaron que si conocíamos personas que se manifestaron, que si alguien nos había mandado a salir y esas preguntas así", reveló Zamora a Martí Noticias.
Las dos mujeres tuvieron que ir a la estación de policía de Jovellanos, donde les dijeron que serán citadas nuevamente cuando termine la investigación.
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