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Díaz-Canel ya es antifidelista y protector de represores

El mandatario se coloca fuera de la ley, cuando su primera obligación es la defensa de la legalidad y la protección de todos los cubanos.

Partidarios del tardocastrismo armados con palos para reprimir a otros cubanos © Reuters
Partidarios del tardocastrismo armados con palos para reprimir a otros cubanos Foto © Reuters

Este artículo es de hace 2 años

El presidente Miguel Díaz-Canel sigue apostando a resolver la grave crisis política de Cuba con violencia, aunque -de cara al 15N- parece decidido a evitar que sean militares quienes repriman directamente a los manifestantes, como ocurrió el 11J, y ha tenido que recurrir a las siniestras porras de Gerardo Machado para que agredan con armas y palos a otros cubanos.

Con estos hechos, el mandatario se coloca fuera de la ley, cuando su primera obligación es la defensa de la legalidad y la protección de todos los cubanos; responsabilidad que ahora suplanta con su sumisión a intereses espurios, como su estatus económico y de quienes lo rodean, junto a los privilegios de la familia Castro-Espín; todo ello disfrazado de defensa de la patria y otras catibías recurrentes del tardocastrismo.

En un tema tan grave no valen remilgos y lealtades falaces; el 11J cambió todos los paradigmas en Cuba y, constitucionalmente, Díaz-Canel es el comandante en jefe, con amplias facultades; aunque se empeñe en escudarse en el general de ejército y mintiendo ante el pleno del Comité Central, que se inauguró ocultando la ausencia del miembro del Buró Político, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja que -a esas horas- andaba en Remedios para ser diputado a la Asamblea Nacional.

La operación de hacer a López-Calleja diputado fue tan burda, que solo encontró espacio en la prensa de Villa Clara y ningún medio nacional publicó la puesta en marcha del blindaje por inmunidad del Cajero-pagador de la familia Castro-Espín, neoligarquía reinante que desplazó incluso a la viuda y huérfanos de Fidel Castro.

Oficiales del MINFAR, del MININT y el movimiento de Militares Objetores de Conciencia (MOC) expresaron su malestar y repulsa al uso de uniformados para reprimir violentamente a los cubanos que protestaron el 11J; el General de División (r) Fabián Escalante Font criticó públicamente el descuidado trabajo de la Contrainteligencia Interna (CII) y el ascenso a teniente coronel del nieto preferido de Raúl Castro abrió heridas en el departamento de Seguridad Personal y otras dependencias.

La nación cubana no está en peligro porque grupos de cubanos marchen pacíficamente por ciudades y pueblos; sino por los llamados consecutivos a la violencia de Díaz-Canel, que sigue aturdido desde el 11J, y cada día miente más para simular que manda, como hizo en el reciente pleno del Comité Central del gobernante partido comunista; mientras cosecha el rechazo de muchos ciudadanos, incluidos revolucionarios confundidos.

La vuelta a la escena pública de los oficialmente jubilados Raúl Castro y Machado Ventura confirma la creciente debilidad del mandatario; aunque se empeñe en decir que el general de ejército anda con un pie en el estribo de un imaginario caballo; la lírica revolucionaria no tiene desperdicio, especialmente cuando se pone ñoña con ancianos de 90 años, que viajan a lomos de lujosos carros que nunca han pagado.

La táctica de emplear paramilitares en la defensa de un gobierno en crisis no es novedad en la historia cubana; ya lo hizo Gerardo Machado Morales, con su tristemente célebre Liga Patriótica, fundada -curiosamente. el 13 de noviembre de 1930; y que el pueblo cubano bautizó como La Porra.

La principal diferencia entre los porristas del machadato y del tardocastrismo estriba en que aquellos tenían carné y sueldo del gobierno y -en principio- estuvo solo formada por hombres, con oficina pública en las inmediaciones del entonces Palacio Presidencial; mientras que las porras de Raúl Castro, López-Calleja y Díaz-Canel son mixtas, cobran de sus trabajos o negocios y son premiados con la vista gorda de las autoridades en materia de pequeños delitos y algunas facilidades temporales que alivian la dureza de vivir bajo el comunismo de compadres; prestándose a la chivatería y lapidación de sus hermanos de desdicha.

El objetivo de La Porra era reprimir a golpes cualquier manifestación pública contra Machado, podían entrar a cualquier lugar, incluidas viviendas y -pese a que en aquella dictadura había tres partidos políticos legales- La Porra sólo se dedicaba a proteger a la dictadura, enfrentándose a la agitación callejera que iba en aumento en toda Cuba, como ocurre ahora.

Poco después de fundada la Liga Patriótica, a Machado le sugirieron agregarle una Porra femenina, capaz de enfrentarse a las mujeres que se oponían al régimen, y para dirigirla nombraron a Estela Moré, conocida cabildera política residente en la calle San Lázaro, en La Habana, y famosa por conseguir votos a cambio de camas en hospitales, y por desnudar y golpear a las opositoras en la vía pública.

La porrista Moré fue una de las precursoras de la colonización cubana del chavismo y otros gobernantes aliados de La Habana, mediante el trueque de votos a cambio de Salud para todos y otras operaciones milagro; hasta el extremo que una ocurrente cubana puso un cartel en la fachada de su casa: Permuto para Venezuela y, cuando los factores del barrio indagaron el origen de su singular reclamo era que llevaba casi dos años esperando para operarse de cataratas y no lo lograba porque los venezolanos tenían preferencia sobre los nacionales.

El tardocastrismo no levanta cabeza desde el apendejamiento de Raúl Castro ante Barack Obama, inmensamente popular entre los cubanos más pobres, esos que malviven en La Corea, La Güinera y La Timba, recién descubiertos por el presidente y la prensa estatal y; como a Díaz-Canel le ha dado ahora por desapolillar archivos, rescatando al maltratado Armando Hart Dávalos; sería conveniente que tenga en cuenta advertencias de Fidel Castro ante Naciones Unidas, en 1979, que vienen como anillo al dedo de su pescuezo:

"¿Por qué unos pueblos han de andar descalzos, para que otros viajen en lujosos automóviles? (...)¿Por qué unos han de ser míseramente pobres, para que otros sean exageradamente ricos? Hablo en nombre de los niños que en el mundo no tienen un pedazo de pan. Hablo en nombre de los enfermos que no tienen medicinas, hablo en nombre de aquellos a los que se les ha negado el derecho a la vida y a la dignidad humana.

"(...) Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos. Y, en el holocausto, morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo.

"Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes de nuestra era, esa es la responsabilidad y el deber más sagrado de todos los estadistas del mundo. Esa es, además. la premisa indispensable de la supervivencia humana".

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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