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Preso político Virgilio Mantilla lleva 12 días en huelga de hambre en una cárcel de Camagüey

El opositor está aislado en una celda de castigo, en la prisión Cerámica Roja, en la ciudad de Camagüey.

Virgilio Mantilla © Facebook Virgilio Mantilla
Virgilio Mantilla Foto © Facebook Virgilio Mantilla

Este artículo es de hace 2 años

El preso político cubano Virgilio Mantilla Arango, coordinador de la Unidad Camagüeyana por los Derechos Humanos, lleva 12 días en huelga de hambre en una cárcel de Camagüey en protesta por lo que considera una "injusta condena" por razones políticas.

El opositor está "plantado" desde el pasado 21 de octubre, cuando se le notificó la sentencia dictada por el Tribunal Provincial de Camagüey de 3 años y 3 meses de privación de libertad por el delito de "daños a la propiedad", del cual lo acusaron por poner carteles contra el gobierno en la vía pública, explicó Radio Televisión Martí.

Ángela Emilia Nodal Hernández, esposa del detenido, dijo a ese medio de prensa que Mantilla Arango está débil y a pesar de ello lo mantienen aislado en una celda de castigo, en la prisión Cerámica Roja de la ciudad de Camagüey.

La mujer asegura que el pasado sábado intentó visitarlo en el penal pero no la dejaron. Sin embargo, supo que "se mantiene en la misma condición: no quiere comer, sigue 'plantado' porque él no está de acuerdo con los tres años de la sanción".

Afirmó que el preso político le dijo que ni siquiera iniciara el proceso de apelación, que dura un mes, porque "él no iba a cumplir ni un año de esa sanción".

Preocupada por esa declaración, la esposa ha denunciado que la salud del opositor, quien apenas tiene 51 años, se deteriora vertiginosamente y que padece de fuertes dolores en la columna vertebral.

Esta es la cuarta vez que Mantilla Arango ha sido condenado por razones políticas encubiertas con delitos comunes.

El opositor cubano había sido liberado el pasado 4 de julio, pero 20 días después fue condenado nuevamente a 9 meses de cárcel por el presunto delito de "desacato", luego de manifestarse pacíficamente en el poblado camagüeyano de Céspedes.

A inicios de septiembre se contagió de COVID-19 en la prisión y, a pesar de ello, lo mantuvieron en una celda de castigo. A Mantilla Arango no se le ha podido comprobar ningún acto violento en estos años.

Su caso cerró el pasado 24 de septiembre la campaña #PresosPorQué del Departamento de Estado de Estados Unidos, una iniciativa para visibilizar a los prisioneros cubanos por razones políticas.

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