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Talan árboles en la calle de la activista Carolina Barrero para colocar cámara de vigilancia

La historiadora del arte fue puesta en libertad este martes luego de que una instructora penal le abriera un expediente con una denuncia formal por el presunto delito de “instigación a delinquir”, por su voluntad de salir a la calle el 15N, y le impusiera por ello una medida cautelar.

Cámara de vigilancia y ramas taladas del árbol © Twitter / Carolina Barrero
Cámara de vigilancia y ramas taladas del árbol Foto © Twitter / Carolina Barrero

Este artículo es de hace 2 años

La historiadora del arte Carolina Barrero denunció este miércoles la tala de árboles centenarios en su barrio en La Habana, para instalar cámaras de video apuntando hacia su domicilio, con el objetivo de mantener la vigilancia policial sobre su persona.

“En este momento están cortando los árboles centenarios de mi cuadra para ponerme una cámara”, indicó Barrero vía Twitter. En su publicación compartió un video de los operarios trabajando con motosierras, talando las ramas de un árbol enorme que dificultaban la vigilancia de la activista.

En una fotografía compartida en el mismo hilo, Barrero dibujó un círculo rodeando la cámara instalada en un poste de electricidad en la esquina de su calle. Despojado de sus ramas más bajas, se aprecia cómo el árbol ya no impide la observación directa de su vivienda.

Cámara de vigilancia instalada en la calle del domicilio de Carolina Barrero. Twitter / Carolina Barrero

Barrero, quien fue detenida la tarde del 15 de noviembre por salir a la calle para unirse a la convocatoria de la Marcha Cívica por el Cambio, pasó 24 horas en el centro de investigaciones del Vivac, “recluida en un pabellón sola con un guardia en la puerta”.

La historiadora del arte fue puesta en libertad este martes luego de que una instructora penal le abriera un expediente con una denuncia formal por el presunto delito de “instigación a delinquir” y le impusiera por ello una medida cautelar.

Horas después de su liberación, Barrero relató que fue arrestada por la policía a pocos pasos de su casa, en medio de insultos de partidarios del régimen que, no conformes, le hicieron también un mitin de repudio al padre de la joven.

“Cuando salí a marchar logré caminar entre gritos e insultos una media cuadra antes de que me metieran a la fuerza en la patrulla. Ahora supe que luego vinieron a mi casa unas 50 personas a hacerle un acto de repudio a mi padre”, manifestó la activista.

Con improperios y música a todo volumen, los represores del régimen atormentaron aún más al padre de Barrero. “No puedo estar más orgullosa de mi padre y de cómo los enfrentó de vuelta. Vuelvo a pensar ahora lo mismo que les dije mientras me detenían: ¿son estas las ideas que ustedes defienden? Se retratan”, expresó la joven intelectual.

Barrero, quien lleva más de seis meses en prisión domiciliaria y bajo un continuo asedio y vigilancia de la Seguridad del Estado, sobresalió en la sentada del 27N frente al Ministerio de Cultura en solidaridad con los acuartelados del Movimiento San Isidro (MSI).

Desde entonces su activismo la ha llevado a convertirse en uno de las figuras más visibles de la sociedad civil cubana que promueve el derecho a tener derechos y un cambio en Cuba que conduzca hacia una verdadera democracia.

Por ello, Barrero ha estado en el foco de los represores de la Seguridad del Estado que, mediante el acoso y las amenazas constantes pretenden doblegarla y silenciarla, algo que no han conseguido ante la argumentación y la dignidad de una joven que los desarma moral e intelectualmente.

“Mejor regrese a España”, le propuso el capitán Gustavo a Carolina Barrero a principios de febrero, pocos días después de la protesta protagonizada por un grupo de artistas y activistas que se congregaron nuevamente el 27ENE frente al Ministerio de Cultura y que terminó con un arranque de violencia, que incluyó al ministro Alpidio Alonso empujando y dando manotazos a los jóvenes mientras estos eran detenidos violentamente por agentes de la Seguridad del Estado vestidos de civil.

Acusada de “clandestinidad de impresos” por un cartel que imprimió con un dibujo y unos versos de José Martí, la joven dijo a sus represores que “lo imprimiría mil veces más”. Finalmente el caso fue archivado por falta de pruebas.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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