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Error de Yunior

Yunior debió avisar a sus compañeros de Archipiélago que marchaba al destierro.

Yunior García Aguilera © Diario de Cuba
Yunior García Aguilera Foto © Diario de Cuba

Este artículo es de hace 2 años

Yunior García Aguilera cometió un error que no invalida su gesto valiente, pero que lesionará internamente a Archipiélago, una plataforma surgida al calor del deterioro de las libertades en Cuba y con una estructura democrática apolítica, que funcionó bien hasta el abandono, sin aviso previo, de su líder, quebrado por la razia totalitaria y que no pudo calcular la desilusión que provocaría.

La horizontalidad de Archipiélago falló en un momento cumbre -alimentada por la perniciosa idea cubana de día cero;-y es responsabilidad de Yunior el haber roto esa cualidad, antes presentada como hecho diferencial democrático del movimiento; las reglas deben respetarse, como garantía de coherencia y responsabilidad.

Yunior debió avisar a sus compañeros de Archipiélago y a Cuba que la tiranía lo había quebrado, que marchaba al destierro porque entendía que era la mejor opción; su silencio -que atribuye a obstáculos de comunicación provocado por la represión, burlados para llamar al Cardenal de La Habana- provocó detenciones y mítines de repudio en la isla; aun cuando el gobierno tenia el dato clave que volaría a Madrid; pero el tardocastrismo está necesitado de machacar, de sepultar a todo cubano que se levante; y aplicó la táctica napoleónica de enemigo que huye, puente de plata.

En cualquier caso, tuvo la opción de sacar un cartel por la ventana diciendo "Viajo a España; les debo una explicación"; o usando los teléfonos del team de evacuación que lo sacó de casa y llevó al aeropuerto, para mandar un mensaje circular a los miembros de Archipiélago: Compañeros, viajo a España, les debo una explicación.

Una máxima política establece que cuando no hay solución, debe haber una explicación sensata y coherente con la trayectoria de los actores; cuando eso no ocurre, se provoca desencanto, enfados y críticas hasta irracionales e injustas que obedecen más al dolor, la raba y la frustración que a la gravedad del hecho juzgado.

El desterrado debe ser consciente de su error porque está incómodo, desde que llegó a Madrid, y se precipitó en comparecer ante los medios de comunicación; en vez de haber dejado reposar las intensas emociones vividas para intentar reconstruir el diálogo interno de Archipiélago y luego explicar públicamente sus razones; a veces los afanes publicitarios amigos y aliados chocan con la racionalidad política, en actos que trascienden el ámbito personal.

Yunior García se metió en camisa de once varas políticas, sin ser político; persuadido de un afán moral que lo ennoblece, pero que lo llevó a cometer errores, convenientemente aprovechados por la dictadura más antigua de Occidente, la Iglesia Católica y el Gobierno de España; compartiendo silencios que posibilitaron hasta mítines de repudio a sacerdotes de base en Cuba. donde el descontento y las ansias de libertad son clamor.

Cuando un activista traspasa la frontera de lo político y negocia con sotanas y carteras ministeriales, debe asumir las ventajas e inconvenientes; especialmente, frente a un adversario herido de muerte al que obligó a descomunal movilización con el aviso de un hombre portando una rosa blanca en busca del Quijote.

La política exige un tiempo, un lenguaje y una estrategia que debe tener en cuenta el pulso de las sociedades con las que se interactúa, evaluando y estableciendo acciones a medio y largo plazo; sin dejar de aprovechar las oportunidades que brinda la decadencia crónica del adversario y posibles aliados tácticos internos y externos; quienes no lo han hecho así y sobran ejemplos, han acabado como Chaplin en El gran dictador, saliendo del hueco de una calle con una bandera roja, señal de peligro, en la mano. y arrastrado por una multitud que protestaba por motivo ajeno al protagonista involuntario.

El problema de Cuba no es Yunior García Aguilera, sus aciertos y errores; sino el desastre comunista que mantiene conculcadas las libertades, hambreados y sin medicinas a los cubanos y, aunque el destierro del líder del Archipiélago hace menos libre aun a opositores y activistas y sume en la frustración y desesperanza a muchos cubanos, la dictadura más antigua de Occidente ha cosechado un estruendoso fracaso porque expulsar a un hombre de la cultura, retrata a sus verdugos, sin valor para encarcelarlo.

Las burlas y risas apresuradas de servidores del tardocastrismo, al paso de Yunior García Aguilera por Aduana e Inmigración de La Habana, solo confirman que Díaz-Canel obtuvo una victoria pírrica y que sigue mintiendo innecesariamente, pretendiendo hacer creer que no había tenido nada que ver con el destierro del dramaturgo; convenientemente desmentido este jueves por el gobierno español.

La dictadura nada tiene que celebrar porque le esperan tiempos aún más adversos con muchos cubanos sin miedo; Yunior deberá reflexionar sobre los tres días que estremecieron a Cuba, identificar fortalezas y debilidades y seguir sirviendo a la patria con valor y sabiduría; sabiendo que en política hay que tener mayor capacidad para gestionar derrotas, que triunfos.

Antonio Maceo ripostó políticamente al Pacto del Zanjón, pero no se inmoló, aceptó un exilio negociado con Arsenio Martínez Campos, en 1878, y volvió a la carga en 1895; y los más enfervorizados castristas no cesan de aludir a la Protesta de Baraguá como ejemplo de patriotismo. ¿Fue el Titán de Bronce tan cobarde como Yunior?

Cuba vive una crisis terminal de la dictadura comunista, con un gobierno fallido en todos los frentes porque está acobardado, hace rato dejó de pensar y apuesta su suerte a la solución extranjerizante: Remesas y turistas; como si los cubanos no valieran para protagonizar la libertad y producir riqueza, justicia y bienestar.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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