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Cubanos obligaron a España denunciar prácticas estalinistas de La Habana

El problema de Cuba no son los corresponsales extranjeros, periodistas independientes; ni siquiera los Enviados Especiales en busca de oro informativo; sino la realidad inclemente y represión a mansalva contra la discrepancia.

Pedro Sánchez y Miguel Díaz-Canel en La Habana © RTVE
Pedro Sánchez y Miguel Díaz-Canel en La Habana Foto © RTVE

Este artículo es de hace 2 años

La pujanza de la sociedad cubana opuesta a la dictadura más antigua de Occidente, reclamando cobertura mundial y nacional de los juicios contra los rebeldes del 11J y el 15N, obligó a España, vía la estatal agencia de noticias EFE, a desvelar las prácticas estalinistas del tardocastrismo, que apenas habían trascendido.

Hasta esta semana, EFE había manejado el desencuentro con el gobierno cubano, que arrastra desde el año pasado, con discreción y apoyada por el Ministerio de Asuntos Exteriores español; pero la exigencia de familiares de los enjuiciados por el 11J y 15N, opositores, activistas, curas y cubanos a los medios internacionales para que cubran los juicios estalinistas, obligó a Madrid a reaccionar.

Los cubanos que no comulgan con la criminalidad en el poder, han vuelto a derrotar a la dictadura en el arranque de 2022, como ya hicieran el año pasado con el paquete neoliberal que el gobierno intentó perpetrar en su contra; alguien con cabeza fría en La Habana debía sacar cuentas de que la dictadura ha sido derrotada consecutivamente en cuatro ocasiones, en menos de un año.

La torpeza totalitaria del dúo Díaz-Canel/López Calleja contra la corresponsalía de la agencia EFE en La Habana, una agencia estatal supeditada a un gobierno que ha cuidado las relaciones con Cuba, dejan en evidencia su vocación totalitaria y en ridículo a su embajador en ante ONU Ginebra, negando el destierro forzoso de los periodistas independientes, Esteban Rodríguez y Héctor Valdés Cocho.

El problema de Cuba no son los corresponsales extranjeros, periodistas independientes; ni siquiera los Enviados Especiales en busca de oro informativo; sino la realidad inclemente y represión a mansalva contra la discrepancia, como demostró Díaz-Canel en su regaño a los informadores oficialistas, tras el 11J.

La casta verde oliva y enguayaberada sigue empeñada en concebir el mundo a su imagen y semejanza; intentando marcar el paso a ritmo de carretas con ejes chirriantes y tiradas por bueyes flacos, mientras la mayoría del planeta se mueve a 5G.

El paquetazo Murillo, el 11J, el 15N y los actuales juicios estalinistas mantienen contra las cuerdas a la dictadura más antigua de Occidente, que cuando se siente cuestionada en foros internacionales por censurar, desterrar y encarcelar periodistas extranjeros e independientes; suele alegar que en Cuba no se mata ni desaparecen reporteros; como si el respeto a la integridad física y profesional de los comunicadores fuera excepción y no regla en el mundo.

Otra táctica estalinista consiste en el asesinato de la reputación de opositores y activistas, deslizando medidas activas sobre supuestos delitos y fallas humanas de los perseguidos; ¡craso error!, la mayoría de los cubanos opuestos al comunismo de compadres, nacieron y crecieron dentro de la revolución; algo falló en la mística de hambre y cárcel.

Curiosamente, México -aliado del tardocastrismo- ostenta el triste récord de 47 periodistas asesinados en los últimos cinco años; mientras que China, otro socio de La Habana, es la mayor cárcel del mundo para informadores, según el balance de Reporteros sin Fronteras (RSF), que constató un descenso mundial en la criminalidad contra el gremio, el año pasado.

Hay que ser muy torpe políticamente para abrir brecha con España y Europa en medio del aislamiento creciente de la dictadura en el ámbito mundial y regional; cuando la Casa Blanca ha dejado claro que no cree en lágrimas de cocodrilos antiembargo; sedientos de remesas, y que toca a La Habana abrir el baile democrático.

El próximo presidente de Chile, Gabriel Boric, aseguró que no habrá excepcionalidad con Cuba y partidos de izquierda como el Frente Amplio de Uruguay y la coalición que promueve una candidatura transversal de Lula en Brasil, están incómodos con la represión post 11J, los juicios y largas condenas de cárcel a cubanos descontentos; solo apoyadas por los sátrapas Nicolás Maduro y Daniel Ortega.

La decisión de la presidencia de la agencia EFE de colocar un aviso en cada nota sobre Cuba, alertando a sus clientes que el tardocastrismo torpedea y hasta impide su trabajo en La Habana, ha devuelto al gobierno Díaz-Canel-López-Calleja a la época batistiana de suspensión de garantías constitucionales y censura de prensa, cuando los periódicos y revistas crearon la coletilla.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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