William Manuel Leyva Pupo, manifestante del 11J, fue trasladado a una cárcel de mayor rigor en Holguín en represalia a sus protestas por las pésimas condiciones del penal.
La activista Camila Rodríguez denunció en redes sociales el atropello contra el joven preso político y agregó que lleva cuatro días plantado, pues se niega a ingerir los alimentos elaborados en el recinto penitenciario.
Aseguró que esta es la tercera ocasión que se manifiesta contra los malos tratos recibidos en la cárcel. En la Prisión Provincial de Holguín, donde estaba recluido antes de su traslado al penal de máxima seguridad conocido como "La vieja", protagonizó otras huelgas de hambre y fue víctima de golpizas y humillaciones a manos de los guardias.
El pasado 14 de febrero, Leyva Pupo conoció su sanción de 12 años de privación de libertad por el presunto delito de sedición. En una conversación reciente con la activista, anunció su decisión de protestar nuevamente si no mejoraba la higiene del pantry de la cárcel, donde las bandejas siempre están sucias y no cuentan con recipientes adecuados para sustituirlas.
Rodríguez explicó que el manifestante ha sido constante en sus denuncias de la crisis de alimentación e higiénico-sanitaria que sufren los internos de la Prisión Provincial de Holguín. Asimismo, ha revelado las amenazas, vejaciones, tratos crueles y degradantes que reciben, colocando a todo el sistema penitenciario cubano en una posición de vulnerabilidad y descrédito.
En su post, la activista explicó que la fiscalía inició un proceso investigativo sobre los eventos de tortura a los que ha sido sometido Leyva Pupo, quien continuó siendo tratado con hostilidad por los guardias del recinto. Su madre, Idelsy Pupo, acudió en tres ocasiones a esa institución del Estado para exigir respuestas, sin conseguir resultado alguno.
“Este reciente movimiento repentino, forma parte de una estrategias de desestabilización al recluso y a sus familiares. Es un método de castigo usualmente usado contra los presos políticos”, argumentó la activista, y reveló que en la provincia de Matanzas, el manifestante del 11J Daniel Joel Cárdenas también está plantado.
Igualmente, se refirió al asedio del que es víctima María Celia Aguilera García, madre del preso político Luis Armando Cruz, sentenciado a 15 años de privación de libertad por el presunto delito de sedición, por manifestarse en las inmediaciones de la Esquina de Toyo.
Aguilera García lleva varios días sitiada sin poder salir de su casa y entre los represores que la vigilan identificó al agente de la seguridad del estado Abel, uno de los que estuvo presente en su interrogatorio del 18 de marzo último.
En respuesta a la publicación de Rodríguez, varios internautas han exigido la inmediata libertad de los cubanos encerrados por participar en el estallido social de julio de 2021. “Es un atropello horrible, castigan a los hijos, a las madres y a todo el pueblo por exigir derechos humanos”, agregó una forista, mientras que otro compartió en su perfil la noticia del traslado de Leyva Pupo a la cárcel de máxima seguridad "La vieja".
“Abajo el abuso de poder, la crueldad y las injusticias cometidas por los tribunales al servicio de la dictadura cubana”, afirmó un usuario de Facebook, en tanto una tercera persona manifestó su desacuerdo con los abusos, el acoso a los familiares y a los activistas que denuncian estos casos.
Una de las huelgas de hambre protagonizadas por Leyva Pupo en Holguín ocasionó perjuicios físicos considerables al joven de 22 años, con antecedentes de esquizofrenia. El preso político perdió al menos cuatro kilogramos de peso al negarse a ingerir alimentos.
La activista Salomé García Bacallao informó en aquella oportunidad que fue necesario ponerle un suero y que además de no comer impidió que lo asearan o le prestaran atención médica. En enero de este año se había plantado junto a otros holguineros detenidos por participar en el estallido antigubernamental.
Días antes, su mamá había denunciado una de las múltiples agresiones físicas que recibió en la cárcel. Pupo aseguró que su hijo fue golpeado, agarrado por el cuello e incluso tirado contra los cables de corriente y torturado.
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