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Tardocastrismo boxeará por un puñado de dólares y tantea pio tai yuma

La dictadura cubana dispone de una reserva táctica de presos políticos, moneda habitual de negociación bilateral desde Bahía de Cochinos hasta el embullo Obama.

Díaz-Canel en inauguración de un gimnasio de boxeo © ACN
Díaz-Canel en inauguración de un gimnasio de boxeo Foto © ACN

Este artículo es de hace 1 año

El tardocastrismo quiere que sus esclavos peleen por un puñado de dólares y anda pidiendo pio tai a Estados Unidos, asegurando que no teme conversar, como hizo tácticamente Fidel Castro Ruz, con su adversario más rentable para sobrevivir y ganar tiempo; aunque siempre fue alérgico al boxeo profesional.

La Casa Blanca ha pedido, reiteradamente, al Palacio de la Revolución que dialogue con el pueblo cubano, pero la casta verde oliva y enguayaberada respondió con la ola represiva post 11J, que le permite disponer de una reserva táctica de presos políticos, moneda habitual de negociación bilateral desde Bahía de Cochinos hasta el embullo Obama.

El apaleamiento, prisión preventiva y largas condenas de cárcel a los manifestantes pacíficos del 11J no cuenta con el apoyo mayoritario de la sociedad cubana que, en su día y por muchos años, dio la espalda a sus hermanos encarcelados y a familiares de fusilados por oponerse al castrismo; pero que ahora sabe quien es el mayor culpable de todas sus angustias.

¿Va a entregar Díaz-Canel a los fugitivos de la justicia norteamericana protegidos en Cuba? ¿Va a intercambiar a Ernesto Borges por Ana Belén Montes, abandonada a su suerte por La Habana, después de haberle prestado valiosos servicios o apresará a otro Alan Gross? ¿Cómo hará para cortar la estampida migratoria provocada contra Estados Unidos y América Latina, asumiendo el riesgo de otro estallido?

El presidente, invocando a Fidel Castro, dice estar dispuesto a dialogar con Estados Unidos, mientras anda pastoreando a agricultores norteamericanos que venden sus productos a Cuba, incluidos los vitales pollos congelados; y a médicos estadounidenses que acudieron a una maratón de ¡Arriba corazones! en La Habana, donde donarán técnicas e instrumental quirúrgico, equipos y medicinas a la élite de la desvencijada potencia médica.

En paralelo y desoyendo a Fidel Castro, el gobierno cubano anunció la entrada en el profesionalismo de boxeadores cubanos, como empleados del INDER, que no ha informado detalles de los contratos rectores para fajarse por un puñado de dólares; aunque conociendo los esclavistas del MINSAP, resulta sencillo apostar 75% para el voraz y ruinoso estado y 25% para el gladiador, dejando siempre una parte en el Banco Financiero Internacional (BFI) y una migaja mensual en tarjeta para que la familia-rehén acuda a las tiendas dolarizadas por el ordenamiento Made in Marino Murillo, abducido por el espíritu de Carilda Oliver Labra.

Vale la pena leer la cobertura de Granma, tratando de explicar lo inexplicable y que debería formar parte de la antología del periodismo orwelliano; título: "Es realidad un reto añorado"; lead: "Lo que era un secreto a voces dentro de la familia del boxeo cubano finalmente se ha oficializado en las últimas horas, luego de notificarse que Cuba participará en circuitos profesionales de boxeo a partir del mes de mayo"; o sea, anhelantes fajadores, entrenadores, directivos y gedosianos vigilantes; animados y belicosos con la orden de ¡viaje a la vista!

Nota de Granma sobre profesionalización boxeo cubano / Foto: Captura CiberCuba

Fidel Castro era alérgico al boxeo rentado, como mostró en su reflexión sobre el frustrado intento de fuga de los pugilistas Erislandy Lara y Guillermo Ringondeaux, en el verano de 2007, acusándolos de "traición" y cuando aseguró: "Cuba, cuyos resultados y esfuerzos en el deporte amateur nadie puede negar, sufre más que otro país las mordidas de las pirañas"; serán ahora los propios heraldos de su continuidad quienes lleven la carne fresca del pugilismo patrio a las pirañas del boxeo rentado, la nueva búsqueda de la dictadura más antigua de Occidente.

Obviamente, autorizar a fajadores cubanos a pelear profesionalmente, obedece a la crisis estructural comunista; de tal calibre, que el supuesto agredido con un bloqueo recrudecido pondrá en manos del bloqueador, parte del capital humano creado por la revolución, en este caso, la otrora magnífica escuela cubana de boxeo, arrasada por falta de dinero y la jubilación, muerte y emigración de varios de sus mejores entrenadores y especialistas.

¡Menos mal que quien está en crisis y necesita un SOS es Estados Unidos y no Cuba!

Pero La Habana llega tarde a la entrada en razón mercantil-deportiva y arranca en desventaja en su intento de normalizar relaciones con Estados Unidos, que mantiene a Cuba en la irrelevancia política; persuadido de que toca a Díaz-Canel mover ficha, pues ya Obama lo hizo generosa y unilateralmente, desatando el pánico en Raúl Castro y sus servidores.

Boxear por un puñado de dólares está a la vuelta de abril; arreglarse con Estados Unidos es una pelea entre león y mono, con el simio amarrado y pidiendo el agua y platanitos por señas. ¡Manden refuerzos, que vamos con todo!, grita Díaz-Canel, cual pioneril Peter Pan y lacayo de Rusia; pero su hueca consigna, una más, apenas trasciende ante el ensordecedor tableteo de sus ametralladoras contra la mayoría del pueblo cubano.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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