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¡Olé, Chanel!

Izquierda y derecha torpedearon a la cantante cubana española y su canción SloMo, hasta que conquistó el tercer lugar en Eurovisión.

Chanel Terrero, cantante cubana española © Twitter / RTVE
Chanel Terrero, cantante cubana española Foto © Twitter / RTVE

Este artículo es de hace 1 año

La cantante cubana española Chanel Terrero Martínez dejó en evidencia el sectarismo de la izquierda; siempre tan proclive a la dictadura castrista, y la puerilidad suicida del Partido Popular, queriendo imitar algunos comportamientos de los rojos y pastelear con el galleguismo de marketing.

Una parte de la izquierda española quiso acribillar a Chanel, pero el fusilamiento les salió por la culata, al conseguir la artista el tercer lugar para España en Eurovisión, el concurso musical televisado más visto en el mundo.

En enero, tras la elección de Chanel y la canción SloMo para representar a España en Eurovisión, el Grupo confederal Unidos Podemos-En Comù Podem-En Marea registró en el Congreso de los Diputados una batería de preguntas sobre el proceso; sembrando la duda entre españoles porque el jurado no había seguido sus pautas a favor de canciones feministas y nacionalistas.

El Partido Popular, aun dirigido por Pablo Casado, -en rara coincidencia con el sindicato comunista Comisiones Obreras, que pidió anular el concurso- puso en duda la profesionalidad del jurado de la estatal Radio Televisión Española, siendo miembro influyente de su Consejo de Administración; y pidiendo un desglose del voto del Benidorm Fest, donde ganó Chanel el derecho a representar a España en Eurovisión.

La puerilidad del PP, que quiso aprovechar una oportunidad para congraciarse con electores gallegos y dar una imagen progre, captar voto moderado del PSOE y diferenciarse de Vox, con quien gobierna en varios puntos de España, contribuyó a que la candidatura de España se hundiera en las casas de apuestas, afectadas por el descrédito de la canción española dentro de su propio país. La política hace extraños compañeros de cama y combatir la ludopatía también puede ser revolucionario.

Socialistas, comunistas, nacionalistas, independentistas y periodistas al servicio del gran Pedro Sánchez, insultaron a Chanel, llamándola instigadora de prostitución, extranjera, capitalista, cubana, descerebrada y otras bajezas, que quedaron registradas en medios de comunicación y redes sociales, pero como son unos cara de guantes no tardaron ni cinco minutos en cambiar sus ataques por los elogios, pero ya habían quedado retratados hasta en el Congreso de los Diputados.

La diputada por Cataluña Lidia Guinart -que siendo periodista de profesión es analfabeta funcional porque no sabe decir postrimerías y pronuncia postrerías- se despachaba, representando al PSOE en sede parlamentaria, contra el tema cantado por Chanel, acusando a la canción de violenta, de ser una forma de prostitución y de normalizar la mercantilización del cuerpo de la mujer.

El PSOE, haciendo gala de su cinismo, nada más saberse que Chanel había conquistado el tercer lugar para España, se confesó emocionado, soñando con la victoria y que Europa había valorado el talento, la música y el gran trabajo de España.

La vicepresidenta comunista Yolanda Díaz, nueva musa de la izquierda decadente, apostó por la canción de Tanxugueiras, un grupo de su tierra, mostrando extrañeza porque no hubiera sido seleccionada para representar a España; sin criticar, pero tampoco animar a Chanel, pero una vez la supo ganadora, soltó: Pase lo que pase, ya eres ganadora. No es fácil ver algo así sobre un escenario.

Irene Montero, ministra de Igualdad y madre de los hijos de Pablo Iglesias, tuvo el gesto, ya en la tarde de Eurovisión de animar a Chanel, pese a que apostó públicamente por la canción "Ay mamá", de Rigoberta Bendini, a la que agradeció el regalo de un hermoso lema feminista y ensalzó porque cuestiona el miedo de los hombres a las tetas de las mujeres.

Como es habitual en la izquierda sectaria, no se trataba más que de incoherencia, pues son los mismos que se opusieron al enjuiciamiento del rapero Valtony, cuyas letras contienen perlas como estas: "A ver si ETA pone una bomba y explota"; "O que explote un bus del PP con nitroglicerina cargada" o "Que pena que no haya cerca gulags como Siberia".

Tanto cínico contra el triunfo de una emigrante que llegó con tres años de Cuba, tuvo que apartarse de las redes sociales por haber ganado el Fest Benidorm ante el acoso de los mataperros de la izquierda y el nacionalismo, pese a que ha forjado una destacada carrera musical en España; huyendo de la sinrazón empobrecedora de la dictadura más antigua de Occidente, aun con grandes apoyos en políticos, intelectuales y periodistas españoles; siempre prestos a la mansedumbre frente al terror comunista y acosando a una talentosa mujer de 30 años.

Chanel number three desnudó a la izquierda sectaria y la puerilidad del Partido Popular, en ese afán infantil por lo políticamente correcto, que no es más que un truco de la factoría comunista post Muro de Berlín, donde tuvo que dejar de hablar de proletarios para fingir ser feminista, promotor de gays y lesbianas de izquierda, ecologista, y fans del castrismo, que no incluyó el feminicidio en su nuevo Código Penal, destrozó la vida de miles de homosexuales y destruyó el medio ambiente de Cuba.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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