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Humberto López limpia imagen del régimen en visita a prisión de mujeres Manto Negro

Como si Cuba no recordara el forcejeo que sostuvo con una mujer que lo interpeló a la salida del domicilio de su presunta amante, el presentador mostró en la televisión cubana la Prisión de Mujeres de Occidente, donde quedó “impresionado sobremanera” por la “participación de las reclusas en los programas de reinserción social”.


Este artículo es de hace 1 año

El resucitado Humberto López, desaparecido de los platós desde que agredió físicamente a la activista cubana Yeilis Torres, ha vuelto a colocarse ante las cámaras de la televisión del régimen cubano para mostrar la “realidad” de sus cárceles y destruir “matrices de opinión” que denuncian la sistemática violación de los derechos de los reclusos.

“Regresamos esta noche en Hacemos Cuba. Segundo programa dedicado a los derechos y garantías de las personas privadas de libertad. Mostraremos imágenes de nuestro recorrido por diferentes establecimientos penitenciarios y el desarrollo de los programas de reeducación y reinserción social”, indicó este lunes el vocero de la dictadura en sus redes sociales.

El segundo programa contó nuevamente con la participación del Primer Coronel Osmani Leyva Ávila, Segundo Jefe de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior, un alto oficial que el MININT pone de rostro visible y “amable” para ocultar la verdadera cara, menos amable, de los verdaderos mandamases del sistema penitenciario.

Porque no todos pueden exhibir el talento de Humberto López, esa desfachatez y ese cinismo con los que presenta espacios televisivos dictados y pagados por la contrainteligencia y los capos ideológicos del régimen. No todos pueden mentir, difamar, amenazar e ir de víctimas como lo hace Humbertico, ese soldado de la llamada “revolución” al que cada día le crecen más los mofletes, no se sabe si de inflar globos o por degustar arrobas de chicharrones.

Este lunes, como si Cuba no recordara el forcejeo que sostuvo con una mujer que lo interpeló a la salida del domicilio de su presunta amante, López mostró en la televisión cubana la Prisión de Mujeres de Occidente, conocida popularmente como Manto Negro, donde quedó “impresionado sobremanera” por la “participación de las reclusas en los programas de reinserción social”.

El programa repitió el formato de los anteriores, en los que visitó el Combinado del Este y la Prisión de Jóvenes de La Habana, y en los que el prestidigitador López se acompañó de la plana mayor de las cárceles cubanas para “conversar” con unos reclusos con uniformes nuevos, limpios, bien alimentados y felices del trato que reciben por parte de sus carceleros. Un plano general, un close-up, un paneo y López saca una tonfa... perdón, un conejo de su sombrero.

“Hay un proceso de remodelación”, aclaró el presentador mientras en las imágenes se ven cuadrillas de reclusos repellando y pintando el “interior penal” de Manto Negro, donde no llegan los familiares cuando visitan, con edificios para los “colectivos de internamiento”, compuesto por “cubículos” y habitado por reclusas con camisetas y pantalones recién estrenados.

Empeñado en mostrar el “humanismo” del castrismo, López alabó el Programa “Educa a tu hijo” que se imparte en las prisiones cubanas, de hombres y mujeres a los que la llamada “revolución” quiere enseñar a ser buenos padres, esos que trabajan y no roban, a pesar de recibir los salarios que paga el Estado. Esos que enseñan a sus hijos a no meterse en problemas, a no meterse en política, a querer a los líderes históricos y a ser, en definitiva, buenos patriotas.

“En la familia vamos todos a cantar, educa a tu hijo, tu programa, va a empezar”, se escucha cantar a las reclusas y animadoras de Manto Negro. Luego se les oye disertar sobre la maternidad en una charla sobre el nuevo Código de la Familia. Luego cantan “We are the World” traducido al español (“podemos rescatar la fe que nos puede salvar juntos tú y yo”) y luego bailan un guaguancó.

Idílico. “¿No era más pomposa esta actividad porque estábamos nosotros allí presente?”, preguntó López a Leyva Ávila. “No, es la cotidianeidad de todos nuestros establecimientos”, respondió el primer coronel. “Nosotros ganamos cuando hacemos esto con la población penal”, añadió el funcionario, orgulloso de lo buenos que son los represores del régimen.

“¿Es la fuerza lo que permite que este sea el clima en nuestras prisiones?”, quiso saber el presentador, comparando la “paz” que reina en la población penal cubana en comparación con la ingobernabilidad de centros penitenciarios en otras partes del mundo.

“No, el éxito está en dos cosas fundamentales”, acotó el oficial del MININT. Por un lado, “la disciplina que hemos logrado en nuestros establecimientos penitenciarios”, y por el otro “la interacción”, la clave para “ganarse” a la población penal.

“Intercambiamos con ellos, los escuchamos, les resolvemos todos sus problemas, los atendemos desde el punto de vista humano y eso nos da prestigio y autoridad ante ellos”, explicó Leyva Ávila, asegurando que en las cárceles de Cuba “no hay ingobernabilidad”.

“En nuestros establecimientos penitenciarios mandan los combatientes, que son los que imponen el orden, la disciplina y cuando hay que tomar alguna medida disciplinaria lo hacen los jefes de colectivo, que los atienden directamente [a los “indisciplinados”] y los traen al consejo disciplinario”, afirmó el funcionario. “Porque eso sucede, no todo es color de rosa en nuestros establecimientos penitenciarios”, añadió.

Como si los cubanos fuesen seres adoctrinados al punto de no percatarse de nada, el régimen se empeña en desmentir a millares de reclusos, presos políticos y familiares que han conocido las prisiones en Cuba y que han dado testimonio de las condiciones de estas, así como de las prácticas degradantes y violentas que en ellas se realizan.

La continuidad ya no enseña escuelas y hospitales, como hacía en otros tiempos más gloriosos de la dictadura. Ahora instruyen a la población sobre la “buena vida” que se vive en las cárceles cubanas. Entre uniformes nuevos y manos de pintura, quizás hasta se animen a mostrar las cárceles “modelos” a los visitantes y simpatizantes internacionales. La genial idea le valdrá a López otra réplica de machete mambí.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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