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La CIA sublevó a Los Palacios, regó el dengue por Cuba y dejó en cueros al tardocastrismo

A cuatro días del primer aniversario del 11J, los despreciados volvieron a sacudir el poder.


Este artículo es de hace 1 año

La estadounidense Central de Inteligencia (CIA); aliado imprescindible de la dictadura más antigua de Occidente, sublevó Los Palacios, cortó la calle Reina, cesó al director de un preuniversitario, ha diseminado el dengue por toda Cuba y volvió a dejar en cueros al tardocastrismo, divorciado del pueblo desde el 11J y enfrascado en el reparto selectivo de prebendas y migajas.

Los vecinos del municipio pinareño de Los Palacios que protestaron pública y ruidosamente no lo hicieron por hartazgo, sino porque cobran de Langley; la madre habanera con hijas y sin casa, que protagonizó el conato que cortó la calle Reina, es una agente encubierta de la CIA, el cesado director del Pre "Eduardo García Delgado" recibe órdenes de la embajada americana y por eso matriculó a una cadete enemiga en su escuela.

Curiosa vara de medir blande el apencado poder; el nieto preferido de Raúl Castro es teniente coronel sin mérito alguno, el hijastro de Miguel Díaz-Canel hace de Cangrejo en la tribu presidencial y los hijos de Manuel Marrero Cruz viajan en aviones ejecutivos; pero el director de un pre, que se mueve en bicicleta, es tronado por ayudar a un compañero. ¡Nada como la fraternidad revolucionaria para entender la magia vaciladora!

La actual epidemia de dengue, silenciada oficialmente hasta las primeras muertes, es fruto de un bombardeo selectivo de mosquitos Aedes aegypti infectados con el virus y lanzados desde drones invisibles del Pentágono y no de su condición endémica en Cuba, como reconoció, hace algunos años, el IPK (Medicina tropical) en un evento científico, donde brilló el doctor Francisco Durán, con una ponencia.

El gobierno Díaz-Canel hace agua por todas partes, con sus ministros achicharrados políticamente, el Estado legislando contra la nación, el partido comunista convertido en el más formidable club anticubano y mentiroso y la Seguridad del Estado, tropas especiales y turbas paramilitares protegiendo a la casta verde oliva y enguayaberada de la rabia ciudadana; que sigue huérfana de liderazgo por el tacticismo de la mayoría de la oposición.

Menos mal que el 11J, dizque Díaz-Canel, fue una victoria de la revolución que, si llega a ser un empate, aún estarían corriendo muchos de esos pingú; siempre prestos a la exaltación genital para espantar el miedo crónico que los posee, cual macho dominante.

Muchos cubanos siguen dando muestra de su valentía cívica en pequeños, medianos y grandes conatos de rebeldía; aunque no todos alcancen la difusión en redes sociales y medios de comunicación independientes; mientras el tardocastrismo sigue instalado en la negación de la evidencia, el reparto de prebendas a acólitos que, una vez trasvestidos en pequeños y medianos empresarios se apuntarán a ayudas a fondo perdido Made in USA and Europa; con la obligación de lealtad perpetua a la cochambre.

Visibilizar el crónico descontento ciudadano; incluso de aquellos que atribuyen su protesta, incluida la forzosa emigración, a razones económicas; es la única vía para intentar persuadir a la administración Biden que no profundice el alivio parcial de sanciones; teniendo en cuenta la pérdida de influencia en la Casa Blanca de los demócratas opuestos a un deshielo incondicional; alentado por agentes de influencia castristas y la condición de Cuba como pieza diminuta, sin peso alguno en la geopolítica pre y post invasión rusa a Ucrania.

Pero con visibilizarlo no basta; Cuba necesita que los acorralados y vilipendiados opositores diseñen un programa alternativo, empezando por un gobierno en la sombra, que no solo incorpore las justas demandas ciudadanas, sino que diga claramente a los cubanos cómo democratizarán y resolverán sus carencias crónicas.

La próxima designación de un nuevo embajador norteamericano en La Habana; Timothy Zúñiga-Brown acaba de finalizar su misión como uno de los mejores Encargado de Negocios, y la dimensión que el Departamento de Estado conceda a su misión diplomática en Cuba; darán una idea de las prioridades Biden; aunque señales como la valla Katapult-Etecsa en una carretera de Miami podrían leerse como un aperitivo de lo que viene; salvo que sea un libretazo de los amos de Birán, S. A. para medir el ambiente o una ocurrencia de sus quintacolumnistas en suelo yanqui.

A cuatro días del primer aniversario del 11J, los despreciados volvieron a sacudir el poder; menos mal que solo se trata de comandos entrenados y pagados por la CIA, empeñada en crear una situación revolucionaria en ese bajareque amoroso diseñado por el partido comunista y la prensa que paga; ahora ensimismada en una Ley de Comunicación Social, que incomunica y es antisocial, aunque será otra victoria de la revolución y el socialismo frente a esos desagradecidos sin capacidad para entender que el comunismo es una sucesión perpetua de desgracias y coherencia liberticida.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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