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Madre cubana pierde a un segundo bebé en menos de dos años por negligencia médica

“Por segunda vez en dos años se demuestra la irresponsabilidad falta de toma de decisiones del director del materno doctor Cosme", denunciaron familiares afectados.

Bebé recién nacido © MINSAP
Bebé recién nacido Foto © MINSAP

Este artículo es de hace 1 año

Una madre cubana perdió a su bebé con más de 37 semanas de gestación este lunes en Sancti Spíritus, en un dramático desenlace que se repite en su vida: es el segundo de sus hijos que muere por negligencia médica en menos de dos años, según denunciaron familiares y amigos.

Los padres de la pequeña fallecida, a quienes CiberCuba no nombrará para proteger su privacidad, son trabajadores de la salud. Uno de ellos como oficinista y el otro como chofer.

La denuncia

“Por segunda vez en dos años se demuestra la irresponsabilidad falta de toma de decisiones del director del materno Doctor Cosme, del Hospital Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus al nacer fallecida una niña anoche”, denunció este martes Giselle Pedraza desde el perfil de Facebook de Carlos Aquino, ambos familiares de los padres afectados.

Captura de Facebook / Carlos Aquino

Pedraza acusó al doctor en cuestión de “no querer realizar una cesárea de 37.5 semanas desde el día 27 de agosto”, y de esperar a que la embarazada cumpliera las 39 semanas de gestación. Asimismo, la pariente remarcó que la familia había perdido a otro bebé “de la misma madre con las mismas características” y señaló al doctor Cosme por lo sucedido.

“Lo hago responsable del triste suceso. Sin tener respuesta de tanta negligencia continuamos dirigiendo y destruyendo familias. Su tía que no conoció a su sobrina, Giselle Pedraza”, sentenció.

Una amiga -por muchos años vecina de la familia-, Teresa Valles Valdivia, dijo a CiberCuba que todos están devastados por lo que pasó.

“En noviembre de 2020, por negligencia médica, (…) perdió al bebé, que era varón. Este 22 de agosto ingresó por alto riesgo… y el 27 que es el cumpleaños de su hija, suplicó para que le hicieran la cesárea, y no quisieron hacérsela porque era fin de semana y le dijeron que esperarían al lunes”, explicó Teresa.

Varios testimonios a los que CiberCuba pudo acceder aseguran que la más reciente pérdida, con cerca de 38 semanas de gestación, era una bebé que nació con dos circulares del cordón umbilical en el cuello.

También se conoció que fue un nacimiento meconio, que es cuando el neonato ha expulsado heces fecales en el vientre de la madre, lo cual puede traer serias y, en algunos casos, fatales complicaciones tanto para la puérpera como para la criatura.

¿Qué dicen los médicos?

Un miembro del equipo médico de guardia la noche de este lunes en el hospital espirituano explicó a CiberCuba, bajo condición de anonimato, que “nadie se explica lo que le pasó a la pobre mujer”.

“Nunca he visto un caso semejante de que una paciente tenga dos óbitos fetales. No le puedo decir mucho del tema”, dijo refiriéndose a lo convulso del turno en el que tuvo que trabajar: “Tuvimos una guardia pésima ese día”.

De acuerdo a su testimonio, tras la insistencia de la madre para que le practicaran la cesárea, los médicos valoraron hacerle el procedimiento el martes 30.

“Se discute en colectivo para hacerle la cesárea para el otro día del suceso. A las cinco de la tarde le hacen un ultrasonido y todo estaba perfecto con el bebé y a las seis y pico o siete le pasan visita y le hacen la CTG de rutina y ahí creo ya estaba obitada la bebé”, indicó.

La CTG (cardiotocografía, también conocida como monitorización fetal electrónica) es una prueba que registra los cambios en la frecuencia cardíaca fetal y su relación temporal con las contracciones uterinas que, en este caso, no pudo encontrar los latidos del corazón de la pequeña.

“La mandan corriendo para el salón para hacerle la cesárea. A pesar de ya saber que estaba obitada, teníamos la esperanza que al nacer dios hiciera un milagro y naciera viva, pero no fue así. Cada uno de los que estuvimos en el quirófano derramamos una lágrima por la triste situación al saber que la paciente hacía un año o dos había perdido otro de semejante forma”, lamentó.

“La guardia estuvo pésima porque tuvimos muchas urgencias, ese día no paramos (como siete casos) y para terminar con un caso así de triste, que nadie quisiera tener porque somos humanos (…) y la pérdida de un hijo es un dolor inexplicable que creo nunca se supera”, agregó.

¿Quiénes son los responsables?

En Facebook, algunos internautas atribuyeron la responsabilidad a los directivos médicos. “Es negligencia médica. Se sabe que una embarazada de alto riesgo y con antecedentes no se debe esperar a las 39 semanas”, aseguró una persona que también culpa al doctor Cosme, mientras otra agrega a la lista de negligentes al director provincial de Salud Pública, Manuel Rivero Abella.

“Ese inepto de Cosme tendrá que responder por su negligencia pues ya basta de tanta indolencia”, arremetió una usuaria y alguien le recordó el caso de la doctora Julia Elizalde, especialista en segundo grado en Ginecología y Obstetricia, quien fuera expulsada del mismo hospital tras el fallecimiento de una embarazada.

“Julita no tuvo culpa y fueron implacables con ella”, alegó. “Pero ahí sigue el inepto de Cosme y el otro director provincial Manuel que se cree dueño y señor”, agregó un tercero.

Al parecer, hay varios casos de accionar negligente que involucran a los directivos, según comentarios de espirituanos en las redes y a CiberCuba.

“En ese materno han hecho atrocidades, no de ahora, desde hace tiempo", dijo a CiberCuba el doctor Carlos Moisés Ávila Simón, amigo de la familia afectada y actualmente residente en Estados Unidos. “Me dicen que la niña venía con una circular en el cuello y no le hicieron la cesárea a tiempo”, acotó, sin aportar más detalles de la tragedia.

Aunque son minoría, también hay personas que señalan hacia la responsabilidad del equipo médico que asistió a la madre, por no tomar la decisión de realizar la cesárea. La respuesta está en el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), considerado por el discurso oficial como uno de los pilares de la Salud Pública en Cuba, que limita la toma de decisiones del personal médico y lo obliga a rendir cuentas cuando se trata de practicar cesáreas.

Sobre el poder de decisión para practicarlas, la persona del equipo que estuvo de guardia la noche de la muerte de la bebé aseguró: Los médicos de la guardia sí pueden hacerlo. Ejemplo: una paciente que llegue de urgencia con alguna alteración de algo o una que esté en parto que lleve horas y no haya dilatado o tenga un estado fetal intranquilizante que quiere decir cuando la criatura empieza el corazoncito a disminuirle”.

En estos casos de inminente peligro para la vida, los sanitarios “la anuncian de urgencia, de inmediato, pero al otro día tienen que ir a una entrega de guardia a discutirla nuevamente y decir por qué la hicieron”, aclaró.

Esperar a que se presente una situación límite para tener la potestad de decidir practicar el procedimiento quirúrgico en lugar del parto, conlleva no pocas complicaciones, sufrimiento fetal y materno, así como desenlaces fatales que, posiblemente, hubieran podido evitarse.

Otras dos sanitarias que asistieron a la madre

Uno de los comentarios públicos fue el de la doctora Yanet Martínez, quien respondió a los familiares que hicieron la publicación en Facebook y llamó cobardes a quienes denuncian en redes sociales.

“Yo soy doctora de ese materno que tanto critican, donde trabajamos muy duro un colectivo de médicos, ¡¡que dejamos nuestros hijos y familias para atender a cada paciente!! Pero además, soy la esposa del doctor Cosme, la testigo más cercana de toda su entrega y sacrificio, de sus noches de desvelo, ¡¡de dejar a sus hijos con fiebre para irse a atender una materna!!", dijo.

"Yo sufro con él cada cada derrota, y lo acompaño en cada y victoria y puedo decirle al mundo entero y sin temor a equivocarme que él no se esconde de nada ni de nadie porque no hay nada que esconder... y para hablar y juzgar primero tienen que saber... y la vía no es esta... Por aquí solo los cobardes hablan... es muy fácil culpar a alguien... y mucho más sin conocerlo", agregó.

Captura de comentarios de Facebook

A la doctora le pareció una injusticia de parte de la familia apuntar a su esposo como responsable de la muerte de la bebé y dijo haber estado involucrada en el equipo médico que examinó los signos vitales de la pequeña antes del fatal desenlace.

“Si, yo soy su esposa y estoy defendiendo la injusticia que han hecho... fui yo quien le hizo el ultrasonido a ella delante de su esposo y vieron su corazón latir... yo soy madre y entiendo su dolor!! Y fuimos personalmente a darle la cara a ella... porque no hay nada que esconder!! Lávese la boca para hablar de mi esposo y mi maternidad”, replicó airada.

Sin embargo, la dinámica propia del hospital espirituano complica las cosas para el doctor Cosme, en tanto -de acuerdo a la persona que trabaja en el salón de partos-, “el materno está dentro del hospital por lo que hay dos directores. Las cesáreas se discuten con el director del materno”, explicó.

Otra sanitaria, Yanisleidy Ulloa, brindó sus condolencias a la familia y, en la misma red social, dijo estar afectada por lo sucedido:

“Me uno al dolor de la familia como al de esa madre sin consuelo que necesita mucha fuerza y apoyo para superar un dolor insuperable por segunda vez. Soy la enfermera que asistió la cesárea anoche de la madre y de la niña fallecida. No hay dolor más grande que la pérdida de un hijo. Fuerza a la familia y a esa madre todavía tengo el pecho oprimido al ver tanto dolor”, confesó.

Un dolor compartido

Varias usuarias se solidarizaron con la pérdida de los padres que CiberCuba ha decidido no nombrar por respeto a su privacidad, y compartieron sus experiencias y traumas a la hora de dar a luz en el mismo hospital.

Alguien aseguró haber tenido una experiencia parecida: “Lo viví en carne propia y es algo muy duro, muy difícil de asimilar”, lamentó.

Otra madre también perdió a su criatura, pero al segundo intento pudo tener a su bebé. “Pasé por eso, y cuando tuve el segundo embarazo, el profesor Zayas siempre dijo que en esos casos con malos antecedentes obstétricos debe interrumpirse el embarazo (cesárea) a las 37 semanas. Tristemente conozco ese dolor. A pesar de que felizmente pude a los dos años tener a mi hija, nunca lo he olvidado”, confesó.

“Me uno al dolor, ¡por dios! ¡Qué tristeza, dios mío! Me pongo en el lugar de ustedes porque con mi embarazo fue todo un juego. Era un embarazo gemelar, pero solo pude tener uno, pero aquí en Sancti Spíritus no respetaron mi decisión”, dijo una tercera que reconoció la buena atención en la capital.

“Lo único que hicieron fue maltratarme y mandarme a La Habana antes de tiempo, sin consultar con nadie”, agregó mientras culpaba al doctor en cuestión como “el causante de todo” y se preguntó “hasta cuándo van a seguir las muertes maternas y los niños fallecidos por irresponsable”.

Cientos de mujeres aseguraron ser víctimas de la violencia obstétrica en Cuba en una investigación periodística independiente, titulada Partos rotos, que recoge en un sitio web testimonios, estadísticas y análisis del tema.

De 514 cuestionarios que fueron respondidos inicialmente por madres cubanas, el 60 % tuvieron a sus hijos por parto natural y el 40 % mediante cesárea. En estos momentos, muchas más han sumado sus vivencias.

Tras denuncias de violencia obstétrica, el Ministerio de Salud Pública comenzó la capacitación de personal médico hacia partos humanizados en conjunto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFRA).

Lo anterior no sugiere en ningún modo que la muerte de la bebé se haya debido a una mala práctica o a la violencia institucional. Apenas apunta a una de las tantas causas de secuelas irreversibles en niños y mujeres, así como en las estadísticas relativas a la natalidad y mortalidad infantil en un país envejecido.

La disminución de la natalidad en 2021, cifrada en 5,942 nacimientos menos que en 2020, se explica entre otras causas por el estrepitoso aumento de la tasa de mortalidad infantil a 7,6 por mil nacidos vivos y por la inestabilidad económica, política y social en Cuba, que también afecta al sistema de salud y a sus trabajadores.

A pesar la cifra negativa a nivel nacional, "Sancti Spíritus presenta hoy la menor tasa infantil entre las provincias cubanas", con 1,6 por cada mil nacidos vivos, de acuerdo con un reporte de la prensa estatal del domingo último, apenas una horas antes del fallecimiento de la bebé en el hospital espirituano.

“Si ellos le hubieran hecho la cesárea el sábado 27 como ella quería, el mismo día del cumpleaños de la hija mayor, ahora ella tuviera a su niñita en sus brazos o tal vez no. Solo Dios sabe”, reflexionó Teresa.

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Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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