Una joven cubana denunció en sus redes sociales su mala experiencia al visitar recientemente la popular heladería Coppelia de La Habana.
Cruz Meluh compartió en su muro de Facebook varias fotos tomadas en la instalación, donde tuvo que hacer más de cuatro horas de cola (desde la 1:00 pm hasta las 5:15 pm), para finalmente salir más disgustada de lo que entró.
"Muy mala atención, y sin hablar del trapicheo que tienen formado aquí. Un lugar tan famoso y tan malo: 11 trabajadores en una cancha y ninguno te atiende, el agua caliente… En fin, todo malo. Hace más de dos años que yo no venía al Coppelia y por lo que viví hoy no pienso venir más", aseguró.
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"Es cierto, siempre es lo mismo, la gente saliendo con las tinas en mochilas a la cara y los custodios normal; perra cola y adentro siempre te expones al maltrato del dependiente que no está para eso", relató un profesor.
"Las bolas de helado por la mitad parece que la pican con una cuerda de guitarra, tremendo descaro", dijo un trabajador de salud pública.
"Después no quieren que les caigan a trompones, es una falta de respeto, ellos no están para brindar un buen servicio, sino para llenar su bolsillo", expresó una habanera, en alusión a la reciente pelea entre clientes y camareros de la instalación.
"Pasan los años, lo pintan, lo arreglan, cambian de administración y el resultado sigue siendo el mismo", cuestionó un internauta.
"Total ese lugar es corrupto, desde el limpiapisos hasta el director, y no hablar de la subdirectora y sus dependientes mal educados, vulgares y ladrones, pero por alguna extraña razón todos siguen allí y nadie resuelve nada", lamentó una espirituana.
"El inspector y todos los directivos que tienen que ver con el lugar tienen sus tinas de helado aseguradas y su búsqueda, como digo yo. Así funciona todo aquí desgraciadamente, por tanto, nadie nunca ve nada, todo está bien. Corrupción, desorden, mala atención y mala calidad", dijo una internauta.
"Eso no funciona porque despiden a un director y meten otro más ladrón", afirmó una joven.
"La cola mucha demora, y cuando subes están todas las mesas vacías, tienes que escoger los sabores que ellos quieran, etc. Tampoco iré en mucho tiempo, pero a ellos no les importa, porque así tienen más para vender a sobreprecio", señaló una universitaria.
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