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Abogado y profesor cubano denuncia acoso de la Seguridad del Estado en Cuba

A Roberto Antonio Acosta Mora se le negó la distinción de Título de Oro y se le obligó a pedir la renuncia del Tribunal Provincial de Justicia donde trabajaba a raíz de sus comentarios críticos contra el régimen.

Roberto Antonio Acosta Mora © Facebook / Roberto Antonio Acosta Mora,
Roberto Antonio Acosta Mora Foto © Facebook / Roberto Antonio Acosta Mora,

Este artículo es de hace 1 año

El abogado y profesor cubano Roberto Antonio Acosta Mora, quien emigró este mes a España, denunció el acoso al que lo sometió la Seguridad del Estado (SE) por su postura crítica hacia el régimen.

En los últimos años, Acosta Mora, quien reside desde el 16 de septiembre en Madrid, fue sometido a interrogatorios como parte de un acoso constante de la SE.

El hostigamiento culminó en la negación de la distinción de excelencia de Título de Oro en la Universidad de Las Tunas y la obligación a renunciar a su trabajo en el Tribunal Provincial de Justicia, según relató en una transmisión directa en Facebook.

Los inicios de sus “incidentes” con la Seguridad del Estado se remontan a los años 2016-2017 cuando impartía clases de Matemáticas en una secundaria tunera y se enmarcan en el momento posterior al fallecimiento de Fidel Castro.

En primer lugar, contó Acosta, se mostró de acuerdo cuando unos alumnos manifestaron que no querían acudir a las honras fúnebres; luego, devolvió a la escuela a unos estudiantes que se habían perdido, impidiendo que firmaran el libro de condolencias; realizó una broma mientras pasaba la caravana con las cenizas de Fidel hacia Santiago de Cuba.

Posteriormente, dirigió una obra de teatro escolar -sin contenido político- que fue interpretada como una ridiculización de la secretaria del Partido en la escuela.

A raíz de esos hechos, agentes del departamento de la SE le pidieron a Acosta -que profesa la religión católica- que colaborara con ellos para espiar dentro de la iglesia católica y dentro de la Universidad y se le instigó a firmar un acta de advertencia que él rechazó.

Años después, en 2021, mientras se hallaba cursando el cuarto y quinto año juntos, en la Universidad, fue citado a un “conversatorio” por Gustavo Josué López Ramírez, decano del centro de estudios quien le pidió a Acosta retirar unos comentarios de un post de Facebook, porque “no podía perder la carrera” porque estaba a punto de graduarse.

En el Tribunal Provincial de Justicia en Las Tunas, donde laboraba, le comunicaron que no podía seguir trabajando en ese sitio porque sus publicaciones en las redes evidenciaron que no era revolucionario, contrario a uno de los requisitos establecidos en el código de ética del Tribunal.

Acosta, entonces, que temía que esa situación complicara la obtención de su grado académico, fue obligado a renunciar bajo amenazas de sanción si se rehusaba.

El hostigamiento llegó a un grado tal que, al momento de su titulación, le fue negada la distinción de Título de Oro "aunque los profesores y alumnos estuvieron a favor de que se otorgara".

“Me comunicaron que por ese incidente [los comentarios en Facebook] yo no iba a poder obtener esa categoría, porque eso era solamente para alumnos integrales y un alumno que tuviera problemas políticos no podía ser un alumno integral”, expresó.

Acosta acompañó su publicación con los documentos legales donde muestra el recurso de apelación presentado ante la rectora para apelar a esa medida arbitraria y donde se reivindica la decisión de no ofrecer el reconocimiento de excelencia porque había sido “hipercrítico hacia el estado”, entre otras causas que se usan como argumento.

"Nunca se preguntaron si yo era justo, si yo era honrado, si yo era una persona que hacía un buen trabajo, solamente si era revolucionario”, expresó Acosta.

“Eso es lo que importa en Cuba, el que no esté con el Gobierno no tiene derecho a nada”, sentenció, relatando, además, que luego de un recurso de apelación y súplica, no le fue concedido siquiera el derecho a exponer en tribunales su caso, y todo ello se convirtió en una “marca social” que le imposibilitaron ejercer como abogado.

El joven letrado concluyó su testimonio explicando que ese estigma lo tienen aquellos que quieren "una Cuba nueva". "Quedamos aplastados" por el comunismo porque en los centros y las universidades, dijo, no se puede ir en contra del régimen.

El acoso para quienes critican el régimen no cesa. Profesionales, activistas, periodistas independientes, padres que exponen sus denuncias sobre la situación cubana o expresan públicamente su oposición hacia la forma y gestión del gobierno en Cuba, son llamados a interrogatorios y viven episodios de intimidación por las autoridades cubanas.

Muchos se ven obligados a salir de Cuba ante la persecución política a que son sometidos en la isla o son instados a abandonar su profesión.

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