José Luis Escalona Suárez, un cubano que reside actualmente en el extranjero, estuvo a punto de morir en el Servicio Militar en Cuba cuando unos proyectiles vencidos explotaron sobre él.
Su testimonio forma parte de la serie con que Cubalex, la organización defensora de los derechos humanos, busca documentar las arbitrariedades y los peligros a que están expuestos los jóvenes que se ven forzados a pasar el Servicio Militar Obligatorio en Cuba.
Escalona Suárez cuenta, en un video publicado en el Facebook de Cubalex, cómo mientras daba mantenimiento a un avión de combate, siendo recluta, sufrió un accidente debido a la obsolescencia de unos proyectiles.
“Nos tocaba hacer la profilaxis a los aviones de combate, cambiábamos los pirocartuchos que lleva la silla o catapulta del avión. Recuerdo que había quitado algunos cartuchos de estos que son muy largos y estaban de vencimiento. Había sacado cuatro del depósito, que son los que explotan para elevar las sillas. Y cuando los junté, uno de los filos de unos de los proyectiles tocó el detonador del otro y eso me explotó en mis manos”, relata.
Escalona Suárez recuerda que “toda la parte del abdomen, lo que era la camisa militar se me quemó. Fue un estruendo terrible. Vinieron los jefes, vino todo el mundo. Pensé que tenías los intestinos afuera. Una locura”.
“Pude haber muerto. Esos pirocartuchos estaban vencidos”, concluye.
Cada vez son más comunes las denuncias de jóvenes muertos debido a negligencia o arbitrariedades durante el Servicio Militar en Cuba. Su carácter obligatorio ha provocado históricamente las críticas de muchos cubanos.
En agosto pasado, una campaña contra el Servicio Militar en Cuba cobró fuerza en las redes sociales tras la muerte de varios reclutas en labores de extinción del incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas.
Con el hashtag #NoAlServicioMilitarObligatorio, internautas cubanos exigieron a la dictadura que se derogue la ley que obliga a los adolescentes varones a formalizar su inscripción en el registro militar al cumplir los 16 años.
A la par, han surgido varias denuncias de familiares de soldados que relatan las terribles condiciones a las que los han sometido en sus unidades militares.
Una carta enviada a CiberCuba por el hermano de un recluta detalla que se pasan hasta 10 días con la misma ropa sin lavarla, y cuando se rompe la turbina están días sin bañarse y casi sin tomar agua.
“Todos sabemos cómo está la situación con la comida, y aun así no los dejan que lleven cosas desde la casa. (...). Ahora la última es que, como no hay pan, les están dando arroz blanco de desayuno: tres cucharadas de arroz blanco”, dijo.
“Hay que hacer algo por visibilizar la situación de los muchachos en el Servicio. No solo se están muriendo por mandarlos a hacer cosas que no les competen, como pasó en Matanzas, sino que los están tratando como si estuvieran en un campo de concentración”, agregó.
Muchos consideran que esta es una etapa en la que los jóvenes pierden el tiempo, lejos de sus familias y obligados a posponer sus sueños y proyectos.
En los últimos tiempos varias madres cubanas se han negado a enviar a sus hijos al Servicio Militar.
En septiembre, en medio de las crecientes críticas de la población y las propuestas para eliminar su carácter obligatorio, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (MINFAR) salió en defensa del Servicio Militar.
En su cuenta de Twitter, el MINFAR definió al Servicio Militar como “una de las vías principales que permite a los ciudadanos cubanos de ambos sexos cumplir con el honroso deber de servir con las armas a la patria”.
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