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Cineasta cubano sobre participación en festival de Cine de La Habana: "Es como soñar viajar a Cannes o Venecia"

Voz autónoma dentro de la institucionalidad cultural del régimen cubano, el crítico de cine ha llevado sus ideas y su compromiso por un terreno incómodo al “establishment” cultural, posicionándose públicamente en varias ocasiones en contra de la censura y a favor de la libertad de expresión.

Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (imagen de referencia) © Xinhua / Joaquín Hernández
Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (imagen de referencia) Foto © Xinhua / Joaquín Hernández

Este artículo es de hace 1 año

El Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana ha devenido en un evento inasequible para profesionales y aficionados cubanos al séptimo arte, confirmando que la llamada “continuidad” enmascara una implacable lógica de mercado que se refugia en eslóganes como el de “no dejar a nadie desamparado”.

Así lo percibió el crítico de cine cubano Juan Antonio García Borrero, presencia habitual en esta cita que este próximo diciembre cumple 43 años de celebración, y que hizo pública a través de sus redes sociales las dificultades que enfrenta para poder asistir a un evento que se celebra en la capital de una Cuba que, bajo el gobierno de Miguel Díaz-Canel, navega hacia un capitalismo de Estado en el que la cultura, como todo, se resiente con la doctrina del “fin de las gratuidades”.

Captura de pantalla Facebook / Juan Antonio García

“Mi querido amigo Mario Naito, presidente de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica, me pregunta si asistiré al venidero Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana: ¡y cuánto desearía yo estar en esa fiesta!”, expresó este lunes García Borrero en sus redes sociales.

El crítico, que se negó a firmar una declaración de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba (UNEAC) que negaba la represión del régimen contra los cubanos que protestan en Cuba contra los apagones y la falta de libertades, reconoció que asistir en estos tiempos a la cita supone un desembolso que no puede asumir como intelectual y profesional del cine.

“En la Cuba de hoy, planificarse desde provincia ir por nuestra cuenta al Festival de La Habana, es como soñar viajar a Cannes o Venecia”, aseguró García Borrero, refiriéndose a la falta de apoyos institucionales y la clara orientación hacia la “captación de divisas” de un evento que en otros tiempos constituyó un referente para creadores y profesionales de las llamadas “culturas periféricas”.

Voz autónoma dentro de la institucionalidad cultural del régimen cubano, el crítico de cine ha llevado sus ideas y su compromiso por un terreno incómodo al “establishment” cultural, posicionándose públicamente en varias ocasiones en contra de la censura y a favor de la libertad de expresión y de artistas incómodos como los aglutinados en torno al Movimiento San Isidro (MSI).

Así lo manifestó en noviembre de 2020, cuando salió en defensa de los huelguistas del MSI y aseguró que, aunque no compartía sus mismas ideas, respetaba a “aquellas personas que deciden sacrificar de ese modo sus vidas en nombre de sus ideales y su libertad individual”.

“Son pocos los individuos que en el mundo asumen acciones de ese tipo: ningún 'mercenario', debemos dejarlo claro, haría algo así”, agregó el crítico en un post colgado en su cuenta de Facebook.

La reciente declaración del UNEAC, encaminada una vez más a lavar la imagen de los dictadores que se autoproclaman “continuidad” de la llamada “revolución”, provocó una reflexión del intelectual que dejó al desnudo la servidumbre de la institucionalidad cultural cubana hacia el régimen totalitario que censura y reprime la libre expresión, y mantiene capturado al Estado y la nación cubana en una violenta ficción al servicio de sus propósitos de dominación.

“Si me preguntaran qué es lo que, como intelectual, ahora mismo más me atormenta de lo que está sucediendo en Cuba, creo que respondería de inmediato que no son los apagones, ni los embates de la inflación, ni el éxodo descomunal que estamos experimentando, sino la falta de un sentido común (teleología insular, diría Lezama, o querencia colectiva, Mañach) que nos haga pensar en la nación como una casa aglutinante, y no como algo excluyente”, dijo García Borrero.

Tras la partida de su hijo hacia Estados Unidos, el historiador del cine cubano escribió un sentido texto en el expresó que deberá “aprender a vivir sin la luz cercana” de su nieta. El académico camagüeyano manifestó el dolor que sintió por la salida de su hijo, que decidió “sumarse a esa lista de cubanos que han elegido marcharse del país, arriesgándolo todo”.

“Pasaje, hospedaje, alimentación: la suma de todo eso me trae a la mente otra suicida manera de querer ver de cerca los volcanes”, expresó García Borrero este lunes, en una nueva constatación de la degradación del régimen que ha sumido a Cuba en una crisis sistémica en la que la economía y la cultura han devenido eriales administrados por gordos e ineptos capataces, provocando el mayor éxodo migratorio de su historia.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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