Un "merenguito" hecho con huevo cascado se comercializa a nueve pesos en una cafetería estatal en Matanzas por el déficit de huevo fresco en la provincia.
En La Matancera, ubicada en la calzada de Tirry de esa ciudad del occidente de Cuba, el famoso producto que alguna vez se vendía en los recesos escolares a través de los muros no solo cuesta caro, sino que está confeccionado con huevo cascado o “sucio”, según trascendió en una nota del diario local Girón.
El hecho, confirmado por el administrador de la cafetería, viola incluso las normas “establecidas para lograr una eficiente inocuidad de los alimentos”.
Según explicó al diario Yadelis Cutiño Oduardo, funcionaria del Departamento de inocuidad e higiene de los alimentos, “ese huevo no puede ir a población abierta. Se selecciona por la Empresa Avícola y se dirige a un organismo con previa autorización del Gobierno; de no ser así, se incurre en una violación”.
Sin embargo, de acuerdo con lo expuesto en la nota, en un complejo contexto de producción de huevo, donde ha habido un déficit considerable por la falta de posturas y de reemplazo de gallinas ponedoras -en la provincia hay 70,000 gallinas menos y cada día se dejan de producir 40,000 posturas-, el denominado “cascado” o “sucio” se destina a la gastronomía en "pequeñas cantidades", pues se prioriza la distribución de huevo fresco en los sectores de educación, salud y deporte.
La decisión, tomada por el gobierno, busca “paliar la difícil situación de la alimentación en la provincia”, según trascendió en la nota.
“La producción en el territorio es insuficiente para los diferentes destinos pactados que responden al balance nacional y que comprenden tanto la canasta básica como el consumo social. Para poder cumplir con nuestros compromisos en estos momentos recibimos un porciento del producto de provincias como Villa Clara”, dijo a Girón Yirenia Arasay Zulueta, funcionaria del Gobierno encargada de la distribución de alimentos en la ciudad de los puentes.
Boris Tiel Carrabelo, director de la Empresa Avícola de Matanzas, declaró que, además, se fijó un precio interno para comercializar el huevo sucio a ocho pesos y el cascado a cinco -antes el cascado costaba 1,63 y el sucio 2,68-, por lo cual aumentó el valor de los productos hechos con esta categoría de huevo.
La tortilla en la céntrica Cafetería La Pelota, frente al parque de La Libertad, también aumentó su precio por estar hecha con cascados o sucios, que deben consumirse antes de las 24 horas y solo puede emplearse para elaborar alimentos cuya cocción sea a altas temperaturas.
Su precio queda a merced de la Empresa Avícola, pues en el decreto 71 y la Resolución 263, donde se fijan las nuevas tarifas y precios de productos como el huevo, solo se hace referencia al fresco.
Según se explicó en el texto del medio local, el tratamiento de estos productos es "complejo"; el huevo sucio queda con restos de heces de la gallina, que podría solucionarse con un "eficiente proceso de lavado” para lo cual se desarrollan soluciones con cloro; el cascado, en cambio, debe transitar por otro proceso, pues presenta una fisura en su membrana que, aunque minúscula, “resulta una puerta de entrada a microorganismos perjudiciales para la salud”.
En un país con una de las mayores inflaciones del mundo, los cubanos deberán seguir pagando cifras exorbitantes por alimentos hechos con huevo de mala calidad mientras en algunas zonas del país se recurre a la cría de codornices por la escasez en la nación caribeña.
El déficit de huevos en toda Cuba ha disparado su precio en el mercado y los cubanos llegan a pagar más de la mitad del salario mínimo por un cartón de huevos.
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