El régimen cubano negó el violento arresto de los hijos del actor Frank Artola durante las protestas callejeras en La Habana a comienzos de octubre, a pesar de las huellas físicas que dejaron las golpizas y del testimonio fotográfico de la Agencia AFP, que captó el momento en que su hija era violentada por un represor vestido de civil.
“Esos hechos no ocurrieron”, afirmaron las autoridades judiciales en la respuesta al recurso de habeas corpus interpuesto por el actor y que le fue denegado con “respuestas son muy raras”, como que “las fotos de AFP no son aceptables”.
Tras permanecer un mes en calabozos de instrucción en el centro de detención de 100 y Aldabó, los hijos de Artola fueron enviados a prisión a comienzos de esta semana. “Aunque tenga que tocar la última puerta, la puerta del cielo, les prometo su libertad. Dios con nosotros”, dijo la madre de ambos jóvenes, Ibis Plasencia.
En declaraciones este miércoles a CubaNet, Artola comentó los esfuerzos hechos por el matrimonio para sacar a sus hijos de las prisiones, así como las respuestas recibidas por parte de las autoridades, ante las cuales el actor cubano ha interpuesto una demanda por la violencia empleada por individuos vestidos de civil y sin identificar que detuvieron a sus hijos “de forma improcedente e ilegal”.
Quince días después de la detención, como marca la ley, los padres de Frank Artola (17 años) y Hillary Gutiérrez (26) presentaron su queja ante la Fiscalía, que tiene 60 días para responder. En la entrevista del medio independiente, Artola informó que su hijo fue trasladado a la prisión de Jóvenes de Occidente y su hija a la de Mujeres de Occidente. A ambos les ha sido negado un “cambio de medida”.
A Hillary, madre de una niña de seis años, no se le permitió recibir la visita de su madre “por razones sanitarias”, y esta solo pudo entregar el aseo y la ropa a las autoridades penitenciales. Sin embargo, Artola si pudo ver a Frank dos horas e indicó que se encontraba desanimado, pero bien de salud.
Asimismo, el actor reveló que la fiscalía le negó el recurso de habeas corpus en el plazo legal de 48 horas después de presentado, razón por la cual recurrió la decisión al Tribunal Supremo. Sin embargo, resulta sorprendente el argumento esgrimido por la Fiscalía, negando que se hubiera ejercido violencia contra sus hijos, a pesar de las evidencias que demuestran lo contrario.
“Los detuvieron de forma deplorable. A Francito lo golpearon salvajemente. Perdió el conocimiento, sangró por las fosas nasales, tuvo un ojo inflamado durante una semana y heridas en las piernas porque lo arrastraron por el asfalto. Todo esto lo hicieron personas vestidas de civil, desconocidos sin identificar. A Hillary también la agredió un civil, el hombre del que quedó testimonio gráfico”, dijo Artola a CubaNet.
Acusados de los presuntos delitos de “desacato” y “desorden público”, los jóvenes podrían tener condenas de 3 meses a un año. A ambos no se les han aceptado el cambio de medida solicitado en dos ocasiones para esperar la resolución judicial en casa.
“No lo entiendo, no comprendo la razón de la negación del cambio de medida”, indicó Artola, aferrado al argumento de que sus hijos no tienen antecedentes. A la hija de Hillary, relató, le tienen que ocultar la realidad y decirle mentiras sobre la ausencia de su madre.
Por último, el actor agradeció a quienes han expresado su solidaridad, especialmente en el gremio de actores y artistas cubanos, y consideró que ese gesto no puede ser considerado “contra la revolución ni contra ningún sistema”.
Entre ellos, el actor Erdwin Fernández Collado, que calificó de bestias a los represores y aseguró que uno de los que atacó a los hermanos es el mismo que aparece en las fotos de AFP abofeteando a una mujer en el Vedado.
Publicadas en redes sociales, las imágenes provocaron que activistas cubanos lanzaran un mensaje para que la ciudadanía ayudara a identificar al represor que aparecía golpeando brutalmente a una mujer que se manifestaba en las protestas que estallaron en el habanero barrio del Vedado por los prolongados y frecuentes apagones, y jaleadas al grito de Libertad.
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