La barbarie totalitaria ejercida por el tardocastrismo contra los intelectuales cubanos Jorge Fernández Era y Alina Bárbara López, en plena Semana Santa, confirman que la República sigue subordinada al clan militar prosirio, partidario de un baño de sangre antes que negociar una salida pactada a la crisis de la nación.
Cadetes y camilitos ascendidos por Raúl Castro a las jefaturas de los tres ejércitos, armas, unidades de designación directa y del Estado Mayor General imponen su dominio sobre la casta enguayaberada; que luego debe poner la cara para que se la partan en foros internacionales por tropelías como las cometidas esta semana contra dos cubanos decentes, que trabajan por una nación diferente e inclusiva.
El táctica de los guardias jóvenes prosirios apuesta porque el sector radical de la oposición y exilio cubanos critiquen a moderados como Fernández Era y López por sus posiciones política y éticas; alejadas de cualquier revanchismo y sectarismo; intentando dividir a sus adversarios, como viene haciendo la dictadura más vieja de Occidente desde sus inicios.
Cuando en una próxima reunión internacional, un mandatario critique a Díaz-Canel y Bruno Rodríguez por la brutalidad ejercida contra el dúo de intelectuales; que el presidente y comandante en jefe de las fuerzas armadas, según la Constitución vigente, exija responsabilidades al ministro del Interior y al jefe del Estado Mayor General, Roberto Legrá Sotolongo, cabeza de los radicales prosirios.
Un país destartalado que funcione bajo los criterios del FARINT solo puede fracasar en todos los ámbitos como ha vuelto a demostrar el desgraciado accidente que segó la vida a dos cubanos valiosos en la termoeléctrica matancera "Antonio Guiteras"; cuyas familias han tenido que soportar un rescate erróneo y el escarnio de la prensa pagada por el partido comunista y secuaces del pan con na´; trufando de triunfalismo patriotero la muerte innecesaria.
Toda esa energía represiva contra cubanos pacíficos y honrados debería emplearse en favor de Cuba y no de unos contra otros; acumulando niveles récord de desgaste e impopularidad, que crecerán en proporción directa a la intromisión del deteriorado FARINT y sus incapaces gestores en la desgraciada vida de la mayoría.
Mientras el ejército siga mangoneando la economía y el MININT reprimiendo a cubanos, Cuba será infeliz y acumuladora de impotencias y rencores legítimos de los aplastados, que son muchos más que los soldaditos prosirios, por muy poderosos que luzcan desde sus carros chinos y mansiones.
Un principio justo puede más que un ejército, advirtió José Martí hace muchos años, pero los cadetes y camilitos prosirios odian al Apóstol -como a todo lo auténticamente cubano- incluidos Jorge Fernández Era y Alina Bárbara López, cuyo delito es pensar.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en:
Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.