Los habitantes de Fort Lauderdale, Florida, comienzan a recuperar sus propiedades, afectadas la mayoría por las fuertes lluvias e inundaciones de las pasadas semanas.
La ciudad reportó 585 casas con daños mayores, lo que significa que a los dueños les entró al menos 18 pies o más de agua adentro de sus residencias y según una epidemióloga, esa agua acumulada trae sus peligros, advirtió Telemundo 51.
“Al tener contacto (con agua estancada) puedes tener infecciones, si la tragas puedes terminar hasta en hospitalización”, alertó la doctora Dadilia Garcés, especialista en epidemiología.
Aunque numerosas casas han quedado inhabitables, los residentes están luchando para salvar lo poco que les queda y empezar la reconstrucción de sus hogares, informó el canal América Te Vé.
Los vecinos más afectados por las inundaciones están teniendo que llamar a las aseguradoras y empezar el largo proceso de arreglar sus hogares y deshacerse de los artículos destruidos por la lluvia.
Muchas personas han expresado su tristeza, ante la pérdida total de muebles, juguetes de niños y ropa, entre otras cosas, incluso hay familias que no tienen dónde vivir.
Grupos de trabajadores de diferentes compañías ayudan en las labores de limpieza y reestructuración de las casas, pero algunas familias, como la de Shrel Dies no tienen seguro contra inundaciones y tienen que esperar la ayuda de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA).
La lluvia fue tan intensa que algunas áreas quedaron cubiertas de hasta tres pies de agua, lo que provocó la destrucción de paredes, suelos y muebles, y las condiciones de humedad han provocado la aparición de moho peligroso para la salud.
Los trabajadores de las empresas que ya comenzaron sus labores de restauración utilizan mascarillas para evitar problemas respiratorios.
Además, las autoridades sanitarias comenzaron a fumigar las zonas, para evitar la presencia de mosquitos que transmiten enfermedades y que depositan sus huevos en los charcos de agua estancada que quedaron tras las lluvias.
Varias zonas de Florida son propensas a inundaciones debido a varios factores, entre ellos su topografía, porque gran parte del estado es plana y baja, lo que significa que el agua no puede drenarse con facilidad y puede acumularse rápidamente en las calles y las áreas bajas.
En Fort Lauderdale se declaró un estado de emergencia, tras vivir una 24 horas de inundaciones extremas, sin precedentes en esa localidad de Florida.
Una de las consecuencias del desastre fue la interrupción en servicios básicos, como la venta de gasolina en Miami, que estuvieron desabastecidas porque las carreteras estaban cortadas y no podían transportar los camiones cisternas para garantizar el producto.
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