Un joven cubano, que dejó su carrera como médico en Barcelona para mudarse a Miami y perseguir su sueño de convertirse en tatuador, comparte en redes sociales su día a día como fuente de inspiración.
En Tiktok, @enmichao_ narra el emocionante proceso de construir su nueva vida, lleno de desafíos, aprendizajes y pequeñas victorias que lo acercan cada día más a su objetivo.
Su camino hacia la realización comenzó al abandonar su carrera como médico en Barcelona para entregarse por completo al tatuaje en Miami, donde logró integrarse en un prestigioso, describiendo este giro como un cambio “radical”, pero lleno de esperanza y determinación.
“Perseguir un sueño es un acto de valentía, es apostar por lo que te mueve, aunque el camino esté lleno de obstáculos, no importa cuántas veces caigas lo importante es levantarte y seguir avanzando, porque los sueños no llegan solos”, reflexionó el joven emprendedor.
“El verdadero triunfo no está en llegar sino en haber tenido el coraje de intentarlo”, afirmó con convicción.
Cada “capítulo” de su historia comienza con la motivadora frase: “Construyendo mi nombre como tatuador en Miami”, reflejando que cumplir un sueño exige dedicación y esfuerzo renovado a diario.
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“Hoy empiezo como tatuador en el estudio”, expresó emocionado al contar que, en menos de 10 minutos, ya había conseguido a su primer cliente.
“Así es como empieza esta nueva etapa. La emoción fue indescriptible; sentí que el estudio me recibió con los brazos abiertos y con la mejor vibra para arrancar. No podía imaginar un comienzo mejor, lleno de motivación y ganas de demostrar todo lo que puedo dar”, relató con entusiasmo.
También compartió que, desde el momento en que el cliente se sentó, todo fluyó de manera natural, y describió la experiencia diciendo: “Ver cómo cada trazo toma vida en la piel es lo que me conecta con mi arte. Este proceso tan preciso y creativo es lo que más disfruto de este trabajo”.
En cada video, el joven cubano mezcla relatos de su proceso como tatuador en Miami con interesantes descripciones sobre el oficio.
Por ejemplo, destacó una diferencia que le sorprendió respecto a Barcelona: en Miami, quienes abastecen a los tatuadores “son rodantes y van directo al estudio para sustituir a los artistas, una comodidad que no me imaginaba y que hace todo más práctico”.
También señaló que cada día representa una oportunidad para aprender nuevas técnicas y estilos: “Aprovecho cada momento para aprender de mis compañeros, verlos en acción, observar la forma de tratar a los clientes y cómo agotan cada diseño”.
El más reciente video del joven relata su experiencia con su segunda clienta: “Cada vez que tatúo confirmo que esto es lo mío, ser médico fue importante, pero tatuar es otra cosa, aquí siento que estoy creando, conectando y dejando algo único en cada persona, esto para mí no tiene comparación”.
“Así termino otro día y no pude estar más feliz con mi nueva vida, cada paso me confirma que tomé la decisión correcta”, expresó, destacando la satisfacción y felicidad de estar avanzando hacia su meta de consolidarse como tatuador en Miami.
Muchos cubanos, al emigrar, logran realizar sus sueños de tener sus propios emprendimientos.
Hace un poco más de dos años, el cubano Dariel López Ramos llegó a Estados Unidos. En la frontera le dieron un Formulario I-220A y tras ser liberado comenzó a abrirse camino en un país completamente nuevo para él, un lugar lleno de retos, pero también de oportunidades.
"Soy un I-220A. Cuando llegué tuve tres y cuatro trabajos diarios hasta que un día logré comprarme un carrito. En Cuba nunca tuve carro, así que me emocionaba tenerlo siempre limpiecito", dijo Dariel al perfil de TikTok Genomultiservice (@genomultiservice).
"Compré una máquina para limpiar asientos y luego se me ocurrió la idea de hacer un car wash móvil", así surgió su proyecto, pero necesitaba recursos.
Poco a poco logró ahorrar lo suficiente para adquirir sus propias herramientas y, como no podía permitirse pagar el alquiler de un local, equipó un van para hacer limpieza de carros a domicilio en Tampa.
Similar historia es la del joven cubano Aldo Góngora, que con esperanzas de mejorar la situación económica de su familia, llegó a Nicaragua, y tras desempeñarse como barbero, decidió emprender un negocio de pan con lechón, al cual llamó “Q’Rico Asere”.
“La idea principal fue poder traer a mi esposa y a mi niña para acá”, explicó Góngora a Noticieros CDNN23.
Su empleo en la barbería no generaba suficientes ingresos para cubrir los costos de los boletos, de ahí que decidió iniciar la venta de pan con lechón.
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