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Los apagones en Cuba continúan afectando gravemente la vida cotidiana de la población. El 4 de enero la máxima afectación fue de 767 MW a las 18:20, coincidente con la hora de más demanda.
Las cifras actualizadas del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) muestran que esta problemática está lejos de resolverse. Para el 5 de enero, se prevé una afectación máxima de hasta 693 MW.
Este déficit eléctrico es un reflejo de las profundas carencias en la infraestructura energética cubana, marcada por averías recurrentes y una alarmante falta de combustible.
Afectaciones recientes y previsiones para el 5 de enero
El 4 de enero, los cortes de suministro se registraron en dos momentos clave, desde las 7:32 a. m. hasta las 2:10 pm., y nuevamente desde las 2:30 p. m. hasta las 8:52 pm. La máxima afectación se produjo principalmente a la zona centro-oriental del país.
Para el 5 de enero, las previsiones tampoco son alentadoras. Según los datos oficiales, la disponibilidad del SEN será de 2,127 MW frente a una demanda máxima estimada de 2,700 MW, lo que generará un déficit de 623 MW.
Este déficit provocará cortes eléctricos de hasta 693 MW en el horario pico nocturno, un escenario que impactará principalmente en el centro y oriente de la isla.
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La situación del SEN se agrava por la combinación de varios factores:
- Averías en unidades clave: Las plantas termoeléctricas (CTE) Nuevitas, Renté y Felton tienen unidades fuera de servicio, mientras que otras, como las de Santa Cruz y Cienfuegos, están en mantenimiento prolongado. Estas averías representan una pérdida significativa de capacidad de generación.
- Limitaciones en generación térmica: El SEN reporta limitaciones de 263 MW debido al desgaste y la falta de mantenimiento adecuado.
- Falta de combustible: Las 58 centrales de generación distribuida fuera de servicio por falta de combustible representan una pérdida de 260 MW adicionales. Aunque se prevé la recuperación de 50 MW en estas unidades, el impacto general sigue siendo preocupante.
Impacto en la población y la economía
El impacto de los apagones trasciende lo técnico, afectando directamente la calidad de vida de los cubanos. Las familias enfrentan largas jornadas sin electricidad, imposibilitadas de realizar actividades básicas como cocinar, refrigerar alimentos o mantener la iluminación en sus hogares.
Además, las interrupciones afectan sectores esenciales de la economía, como la industria, el comercio y los servicios públicos.
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