La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a las importaciones de petróleo de Canadá y México elevará el precio de la gasolina en las estaciones de servicio estadounidenses, según analistas y comerciantes del sector.
La medida, diseñada para proteger a la industria nacional y presionar a los países vecinos en temas de inmigración y narcotráfico, podría generar un efecto contrario al encarecer los combustibles.
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Estados Unidos importa aproximadamente 4 millones de barriles diarios de petróleo canadiense, de los cuales el 70% se refina en el Medio Oeste.
A su vez, las importaciones de petróleo mexicano superan los 450,000 barriles diarios, mayormente destinados a refinerías en la costa del Golfo.
Los nuevos aranceles impuestos por Trump contemplan un gravamen del 10% a los productos energéticos de Canadá y del 25% a las importaciones energéticas mexicanas, lo que inevitablemente incrementará los costos de producción de combustibles terminados, como la gasolina.
Estos costos serán trasladados a los consumidores.
Patrick De Haan, analista de GasBuddy, advirtió en redes sociales que los precios de los combustibles podrían subir significativamente si el petróleo y los productos refinados no son exentos de los aranceles.
En declaraciones a Reuters, De Haan aseguró que el impacto será mayor mientras más tiempo se mantengan vigentes estas tarifas.
La Asociación Estadounidense de Fabricantes de Combustibles y Petroquímicos espera que los aranceles sean eliminados antes de que los consumidores sientan el impacto.
No obstante, el director de energía de Oasis Energy, Alex Ryan, señaló que su equipo aún espera respuesta de las refinerías sobre los costos adicionales, aunque subrayó que "cualquiera que sea el costo, en última instancia, terminará en el regazo del consumidor".
Diferencias entre regiones y efectos en el comercio petrolero
Las refinerías del Medio Oeste, que dependen en gran medida del crudo canadiense, podrían retrasar el impacto debido a sus altos niveles de producción y almacenamiento reciente de petróleo canadiense.
Sin embargo, en la Costa Este, la situación podría volverse crítica, ya que la región satisface casi la mitad de su demanda de combustible a través del oleoducto Colonial, el cual opera al máximo de su capacidad.
Con las importaciones canadienses sujetas al arancel del 10%, la región podría tener que recurrir a combustible europeo, lo que aumentaría los costos.
En la Costa del Golfo, las refinerías tendrán más facilidad para encontrar crudo alternativo, debido a su acceso a cargamentos marítimos.
No obstante, la estructura del comercio de petróleo en América del Norte podría sufrir trastornos significativos, ya que las refinerías estadounidenses están diseñadas para procesar crudo pesado y medio, característico de Canadá y México.
John LaForge, del Wells Fargo Investment Institute, advirtió que "alguien va a salir perjudicado aquí", debido a la interdependencia entre la producción de crudo canadiense y las refinerías estadounidenses del Medio Oeste, que dependen de esta fuente.
Mercado del petróleo y la reacción de la OPEP+
El anuncio de los aranceles ha generado volatilidad en el mercado del crudo.
Este lunes, los futuros del Brent subieron un 1.03%, alcanzando los 76.45 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) escaló un 1.88%, llegando a los 73.89 dólares.
Sin embargo, las ganancias han sido limitadas por la preocupación de que las tensiones comerciales puedan afectar el crecimiento económico global.
Analistas de Goldman Sachs prevén un impacto limitado en los precios mundiales del petróleo a corto plazo, pero advierten que las refinerías estadounidenses enfrentarán mayores costos debido a la dependencia del crudo pesado canadiense y mexicano.
Si los aranceles de EE.UU. persisten, podrían desencadenar recortes en la producción de Canadá y México, lo que beneficiaría a la OPEP+ al facilitar su estrategia de ajuste de oferta.
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