"Darse un chapuzón y rumbear": El llamado de Cuba y Venezuela a sus emigrantes para "ayudar a la patria"

Los regímenes de Cuba y Venezuela instan a emigrantes a regresar para apoyar la economía. El régimen cubano busca remesas y turismo, mientras Venezuela promete recuperar el "respeto" y la "diversión" para sus ciudadanos.


Atrás quedaron los tiempos en que la “revolución cubana” (léase el dictador Fidel Castro) gritaba a los emigrantes cubanos “no los queremos, no los necesitamos”.

A punto de cumplirse 45 años de aquella sentencia del responsable de la división de la familia cubana entre “revolucionarios” y “contrarrevolucionarios”, el régimen totalitario fundado por el dictador intenta ser más diplomático e implora a sus “connacionales” en el exterior que sean solidarios y apoyen a Cuba y a los cubanos.


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Esta es la forma más elegante que encuentran en el ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) para pedir el agua por señas o recabar apoyos para su proyecto de dominación, ese que se sustenta en el terror, en la vulneración de derechos y libertades, el silencio, la simulación y el oportunismo disfrazado de patriotismo.

Sin el respaldo de la “tubería” soviética de los años 80, sumidos en una crisis sin precedentes -desatada por el colapso en cámara lenta de un sistema contrario a las leyes económicas del mercado y a las que protegen los derechos universales del hombre-, el régimen cubano lleva décadas haciendo malabares geopolíticos para perpetuarse en el poder.

Luego de parasitar Venezuela y aledaños del ALBA, arrastrarse como plañideras por medio mundo y entre “simpatizantes” de la región, luego de consumar la más artera cesión de soberanía a manos de Vladimir Putin y abrir las puertas de Latinoamérica a los intereses de Moscú, Pekín y Teherán, entre otras satrapías, los herederos de la “continuidad” que lidera Miguel Díaz-Canel han devenido oligarcas preocupados por el desastre, la miseria y el hartazgo de sus súbditos.

Pero, a salvo sus caudales, se dan cuenta que el erario público es un páramo que no da para garantizar canastas básicas o servicios públicos, y que, 66 años después de “recuperar” la soberanía y expropiar a empresarios (desde magnates hasta zapateros), Cuba es un país sin tejido productivo, sin capacidad de apalancamiento financiero y sin las más elementales infraestructuras para potenciar el emprendimiento o garantizar la inversión extranjera.

¿Qué le queda entonces al régimen cubano para parasitar y tener una entrada más o menos estable de divisas? Pues las remesas, ese flujo de dinero que mueven los lazos familiares. Les queda explotar ahora esa división que fomentó el viejo dictador y que lanzó a millones de cubanos a la diáspora, el exilio, la separación y el drama de la emigración.

Del arrogante “no los queremos, no los necesitamos”, la cúpula del régimen cubano echa mano ahora de líderes continuistas con otra “sensibilidad”, como la subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del MINREX, Johana Tablada de la Torre, que en estos días llama a extranjeros y cubanos de la diáspora a viajar a la isla a “darse un chapuzón”.

Captura de pantalla Facebook / Johana Tablada

“Ahora que Marco Rubio y Claver Carone la emprenden contra remesas, viajes, servicios y negocios. Ahora que se ensañan con su sueño fracasado de reventar a Cuba, es hora para los que quieren a este pueblo de venir y darse un chapuzón. Viajar a Cuba sí es ayudar a los cubanos y será divertido dejar con las ganas de nuevo a Narco Rubio”, dijo Tablada de la Torre en sus redes sociales, que parecen las de una agencia de viajes de tanta "diversión", posteo de playas y paraísos tropicales.

Tantas mentiras y tanto cinismo terminan por empobrecer el lenguaje y dejar sabor a estiércol en la propaganda. La “continuidad” ha conseguido el más bajo nivel intelectual para su proyecto de dominación y la “revolución cubana” ha terminado equiparando su narrativa a la de sus epígonos y títeres como Nicolás Maduro en Venezuela.

Mientras Tablada de la Torre llama a revertir el efecto de las políticas de la nueva administración estadounidense invitando a un “chapuzón” en aguas del Caribe, el dictador venezolano abre los brazos a sus emigrantes deportados por Estados Unidos, invitándolos a “cantar, bailar y rumbear”.

"Por eso los migrantes saben que en su regreso a Venezuela recuperan muchas cosas: el respeto como seres humanos, pero también su derecho a venir a rumbear con su familia, con sus panas. ¿Cuánto sufre un migrante por allá, en Chicago, en Nueva York, cuando ve a sus panas jueves, viernes, sábado y domingo rumbeando aquí y él allá, ya saben, sufriendo", dijo el títere de La Habana.

Y remató, parafraseando al cambolo de Santa Ifigenia, "sí los queremos, sí los necesitamos". Más burdo, pero más directo que los portavoces de la "continuidad" en la cancillería.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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