Régimen eleva las Proyecciones a “Programa de gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”

El régimen cubano presenta un programa económico para 2025 que carece de medidas concretas, repitiendo viejas promesas sin cambios reales. La falta de reformas estructurales y el aumento de desigualdad continúan.


El gobierno cubano dio un nuevo giro en su retórica económica al anunciar la aprobación de un "Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en 2025".

Una nota publicada en el sitio oficialista Cubadebate informó de la presentación del programa durante la primera reunión del Consejo de Ministros en 2025, y se hizo eco de las valoraciones del primer ministro Manuel Marrero Cruz, quien afirmó que en la anterior reunión, celebrada en diciembre, se presentaron y aprobaron las propuestas de objetivos y proyecciones, el sistema de trabajo y los pasos para la elaboración del programa.


Lo más leído hoy:


"El hecho nos permite ampliar el alcance de las acciones y pasar de las Proyecciones de Gobierno a este Programa de Gobierno que está compuesto por objetivos, proyecciones, acciones, indicadores y metas, cronograma con fechas de cumplimiento y responsables", indicó el primer ministro flanqueado por un despistado y agotado Miguel Díaz-Canel, tal y como captaron las cámaras del NTV.

Sin embargo, como señaló el economista Pedro Monreal en un incisivo análisis en su cuenta de X, no existe un plan detallado ni medidas concretas sobre la mesa. Lo que antes eran simples "proyecciones" han sido renombradas como "programa de gobierno", pero sin el más mínimo cambio estructural.

En su análisis, Monreal desglosó la falta de sustancia en este anuncio, señalando que la nota informativa sobre el supuesto programa solo menciona aspiraciones generales y detalles sobre educación e inteligencia artificial, sin ofrecer datos específicos, objetivos cuantificados ni recursos asignados.

La falta de un análisis autocrítico y la omisión de cualquier referencia al fracaso de la "Tarea Ordenamiento" –que no solo no resolvió las distorsiones económicas, sino que generó otras nuevas, como la dolarización descontrolada, la inflación y el empobrecimiento masivo– revelan la naturaleza propagandística de esta iniciativa.

La gran promesa de la "Tarea Ordenamiento" de generar "importantes beneficios para todos" ha quedado en el olvido. No hay indicios de que el gobierno pretenda evaluar sus errores ni corregirlos de manera efectiva, como tampoco de que se hayan atendido los reclamos de la ciudadanía que "exige resultados".

En cambio, se mantiene un discurso vacío, carente de información verificable sobre cómo se corregirán las distorsiones económicas o se reimpulsará realmente la economía en 2025.

En ese sentido, Monreal identificó tres aspectos clave que deberían ser abordados en cualquier programa económico serio y que, sin embargo, están ausentes en este caso:

1. Estabilización macroeconómica: La crisis sigue profundizándose y, aunque el régimen insiste en que se logrará un repunte en 2025, la CEPAL estima que el país sufrirá un escenario de estanflación, es decir, estancamiento económico combinado con alta inflación.

2. Transformación del modelo económico: Para reimpulsar la economía no bastan medidas coyunturales. Se requiere una transformación estructural del modelo de crecimiento y desarrollo, algo de lo que el gobierno no habla y sobre lo que no presenta ninguna estrategia concreta.

3. Bienestar de los hogares cubanos: A pesar del empobrecimiento masivo y el aumento de la desigualdad, el gobierno ha optado por el silencio estadístico, evitando publicar datos sobre ingresos reales y nivel de vida de la población. Sin embargo, indicadores indirectos, como la caída de la remuneración de los trabajadores en relación con el PIB, muestran una situación comparable con los ajustes neoliberales más severos.

En esencia, lo que el régimen presenta como un "programa" no es más que un cambio de etiqueta a lo que ya se conocía: una economía sumida en la crisis, sin reformas de fondo y con un gobierno que persiste en evitar cualquier transformación estructural real.

En lugar de reconocer el fracaso de sus políticas y proponer soluciones efectivas, el oficialismo se aferra a la propaganda, con discursos diseñados para simular control y planificación, cuando en realidad el país continúa en caída libre.

Como concluyó Monreal en su análisis, este no es un programa público de política económica, sino "la tertulia de un círculo limitado de políticos", alejado de las urgencias reales de la economía cubana y del bienestar de su población.

La evolución de las "proyecciones" de 2024

Para comprender el alcance de la estrategia discursiva del régimen cubano, es necesario analizar cómo han evolucionado las llamadas "proyecciones" a lo largo de 2024. Unas proyecciones que Díaz-Canel presentaba a finales de enero de 2024 como la vía para "a ir a una mejor situación, y abrir el definitivo camino a la prosperidad y el desarrollo que merece este pueblo, que es un pueblo heroico”.

En diversas ocasiones, el gobierno anunció medidas de "gran envergadura" y "ajustes necesarios", pero en la práctica no hubo cambios sustanciales en la política económica, insistiendo en la centralidad de la empresa estatal socialista, y frenando, persiguiendo y controlando la actividad y el surgimiento de "nuevos actores económicos" privados.

El año comenzó con la promesa de corregir las distorsiones económicas con un enfoque en la bancarización y el control del tipo de cambio. Sin embargo, en abril, el propio gobierno reconoció el fracaso de la bancarización, admitiendo que no logró los efectos esperados sobre la inflación ni sobre la estabilización monetaria.

Paralelamente, el aumento descontrolado de los precios y la crisis energética generaron más incertidumbre, con medidas que fueron rechazadas incluso por sectores afines al oficialismo.

Entre las decisiones más polémicas de 2024 se encuentra el alza desproporcionada en el precio de los combustibles, anunciada en enero, con un incremento de hasta el 500% en algunos casos. Esta medida provocó un encarecimiento en el transporte y en los productos de primera necesidad, exacerbando aún más la crisis económica.

Durante la segunda mitad del año, los discursos oficiales giraron en torno a la supuesta "implementación efectiva" de las medidas anunciadas, sin ofrecer pruebas concretas de los "avances" pregonados.

En septiembre y octubre, altos funcionarios insistieron en la necesidad de mayor "preparación y exigencia" por parte de los dirigentes, una retórica que sigue culpando a la responsables intermedios sin reconocer errores estructurales de las políticas económicas.

"¡Vamos a irle arriba a la blandenguería!", avisó Marrero Cruz a finales de enero del 2024, enunciando así la "metodología" contemplada como parte de las Proyecciones que ahora devienen "Programa de gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía".

La dolarización parcial de la economía: ¿una novedad?

Dentro del supuesto "Programa de Gobierno", la única medida que podría considerarse novedosa es la dolarización parcial de la economía, aunque esta tendencia ya venía manifestándose en la práctica.

A finales de 2024, el régimen aprobó regulaciones que permiten el uso del dólar en transacciones mayoristas, minoristas y en determinados sectores de comercio exterior.

El oficialismo justifica esta medida como un intento de captar más divisas y estabilizar la oferta de bienes esenciales, pero en la práctica ha acentuado la desigualdad social, ya que solo quienes tienen acceso a dólares pueden beneficiarse.

Para colmo, la decisión contradice declaraciones pasadas de Díaz-Canel, quien en 2020 negó cualquier intento de dolarizar la economía. Pero nadie rinde cuentas en Palacio, los herederos de la "continuidad" dicen y se desdicen sin consecuencias.

El impacto de esta dolarización parcial ha sido el encarecimiento de bienes y servicios en pesos cubanos, la expansión del mercado informal de divisas y la consolidación de una economía dual que beneficia solo a una "élite" conectada al poder.

En lugar de resolver las distorsiones, esta política las profundiza, reforzando un modelo excluyente y aumentando la brecha entre quienes tienen acceso a dólares y quienes dependen del miserable salario estatal.

VER COMENTARIOS (2)

Archivado en:

Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

+1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada