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Más de 173,000 personas en Cuba carecen de acceso a sistemas adecuados para la eliminación de aguas residuales y excretas, mientras que apenas el 37 % de la población está conectada a sistemas de alcantarillado.
La mayoría de los cubanos, el 61 %, depende de sistemas de saneamiento a través de fosas sépticas y letrinas, un modelo que, aunque extendido, no ofrece garantías de salubridad ni sostenibilidad ambiental para la recolecta, transporte y trata de las aguas residuales de hogares, negocios y la escorrentía pluvial, según datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) publicados por el periódico oficial Granma.
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Aunque el gobierno asegura que ha habido avances, la cifra de personas sin saneamiento básico sigue siendo alta, con mayor incidencia en las provincias de Mayabeque, La Habana y el municipio especial Isla de la Juventud, indicó la fuente.
En una reciente reunión de trabajo anual, el INRH informó que en 2024 se resolvieron 16 zonas de inundación, que beneficiaron a 27,345 personas, y se ejecutaron 64 kilómetros de redes de alcantarillado y colectores. Según el informe, también se realizaron 3,940 nuevas conexiones, las cuales favorecieron a 19,666 personas.
Sin embargo, las inundaciones siguen golpeando a la población, sobre toda en las zonas bajas de la capital del país.
De acuerdo con las autoridades, la acumulación de basura en las calles, el vertimiento de objetos indebidos y el robo de tapas de registros y rejas de tragantes provocan obstrucciones que impiden el funcionamiento adecuado del sistema de drenaje en La Habana.
Funcionarios de la empresa Aguas de La Habana (AH) afirmaron que “en la mala gestión del saneamiento incide la indisciplina de la población”, obviando referirse a la causa fundamental: la basura se amontona en las calles porque la entidad estatal que representan, encargada de recogerla, no cumple con su responsabilidad.
Andrea Miranda López, directora de Saneamiento y Electromecánica de Aguas de La Habana, aseguró que “en varios lugares retiras la basura acumulada y en cuestión de minutos el sistema de alcantarillado comienza a funcionar” y que “algunas rejillas terminan tupidas por la falta de barrido sistemático en numerosas vías de la ciudad”.
Los directivos de AH adujeron que los robos de rejas de alcantarillas y tapas de registros son una de las principales causas de inundaciones, y que estas actividades delictivas son más recurrentes en los municipios de La Lisa, Centro Habana, Cerro, Diez de Octubre, Plaza de la Revolución y Playa.
Un reciente reportaje del portal oficialista Cubadebate expuso además otras causas, como la falta de mantenimiento a la obsoleta red de alcantarillado y saneamiento, falta de financiamiento y equipos, equipamiento envejecido y ausencia de piezas de repuesto, lo cual apunta a la mala gestión gubernamental.
El deplorable estado del sistema de alcantarillado habanero, agravado por gran cantidad de alcantarillas y desagües sin tapa, implica riesgo para la vida de sus habitantes por posibles accidentes, lesiones o muertes, sobre todo ante la ocurrencia de lluvias intensas o inundaciones costeras.
Inversiones locales no logran revertir el panorama
En La Habana, se inició la primera etapa del Sistema de Tratamiento de Residuales Casa Blanca, con impactos positivos en La Habana Vieja y Centro Habana, “al solucionar los grandes vertimientos en estas zonas”, según afirma la nota de Granma.
En la actualidad, en esa inversión se está terminando la infraestructura exterior de varias estaciones de tratamiento de residuales, y se sustituyen cinco codos de salida en la colectora de Casa Blanca, precisó Jorge Suárez García, subdirector de Saneamiento y Drenaje Pluvial de AH.
A pesar de estas obras, los resultados siguen siendo limitados frente al deterioro generalizado de la infraestructura, los hábitos de la población y la escasa y demorada respuesta gubernamental.
La red soterrada de La Habana fue construida a principios del siglo XX (1905-1915) para unos 600,000 habitantes, pero en la actualidad, la población capitalina ronda los dos millones de personas lo cual desborda ampliamente las capacidades del sistema.
En otros lugares hay fosas, como es el caso de San Miguel del Padrón y Arroyo Naranjo, mientras que en La Lisa, Playa y Marianao se sirven fundamentalmente de fosas sépticas. Por los años de explotación muchas han perdido la solvencia y son un lugar con constantes vertimientos “y donde quisiéramos construir redes de alcantarillado”, aseguraron directivos recientemente.
En diciembre de 2024, el propio periódico Granma apuntaba que existían más de 11,000 fosas en vertimiento pendientes de limpieza en toda Cuba.
Preguntas frecuentes sobre la crisis de saneamiento y gestión de residuos en Cuba
¿Cuántas personas en Cuba carecen de acceso a sistemas adecuados de saneamiento?
Más de 173,000 personas en Cuba carecen de acceso a sistemas adecuados para la eliminación de aguas residuales y excretas.
¿Cuál es el estado del sistema de alcantarillado en La Habana?
El sistema de alcantarillado en La Habana es obsoleto y está saturado, pues fue construido para una población mucho menor de la actual, lo que resulta en frecuentes inundaciones y problemas de salubridad. La red fue diseñada a principios del siglo XX para unos 600,000 habitantes, pero ahora debe servir a una población de aproximadamente dos millones.
¿Cómo impacta la acumulación de basura en las inundaciones en La Habana?
La acumulación de basura obstruye los sistemas de drenaje, lo que impide el flujo adecuado del agua durante las lluvias intensas, causando inundaciones severas. Esta situación es frecuente en barrios del municipio de Diez de Octubre y en El Vedado, en Plaza, agravando las condiciones de vida de los residentes.
¿Qué medidas han tomado las autoridades cubanas para mejorar el sistema de saneamiento?
A pesar de algunas inversiones locales, las mejoras en el sistema de saneamiento en Cuba han sido limitadas y poco efectivas. Se han realizado proyectos como el Sistema de Tratamiento de Residuales Casa Blanca en La Habana, pero la infraestructura sigue deteriorada y la respuesta gubernamental es insuficiente para enfrentar el problema.
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